Nuevos actores se suman a las voces que desaconsejan revisar la normativa de tolerancia cero al conducir: la Organización Panamericana de la Salud (OPS) junto con la Fundación Gonzalo Rodriguez, presentaron un informe donde relevan investigaciones científicas que demuestran las ventajas de mantener en cero el nivel de alcohol en sangre permitido para manejar.
En la investigación, que dio a conocer este jueves Búsqueda se reseñan “13 publicaciones en revistas arbitradas y cuatro documentos que forman la base de las evidencias encontradas. Entre ellos, un trabajo de revisión de 112 estudios entre 1981 y 1998 vinculados a experimentos con diferentes concentraciones de alcohol en sangre, comprueba que varias de las habilidades necesarias para manejar se alteran con medidas distintas de cero. Asimismo, otro estudio refleja que los conductores bajo el efecto del alcohol son más impulsivos y arriesgados y su capacidad de juicio, vigilancia, tiempo de reacción y control disminuyen de forma acorde”.
Tal como había informado la diaria, la publicación de la OPS también recoge los resultados de una investigación que indica que la ley de alcohol cero en sangre salvó vidas en Uruguay, al hacer una comparación con países que tienen límite de 0,3 gramos por litro.
Asimismo, el informe incluye la información elaborada en Uruguay por la emergencia del Hospital de Clínicas, que concluye que “la posibilidad de un trauma severo está dada por el solo hecho de haber tomado alcohol, independientemente de su cantidad”. En ese mismo informe se destaca que puede haber un “posible subregistro en la cantidad de espirometrías positivas en siniestros graves y análisis de alcohol en sangre en siniestros fatales, en consonancia con otras investigaciones internacionales”.
El informe concluye que “de la revisión surge que el alcohol en cantidades muy inferiores que las requeridas para producir una intoxicación genera efectos fisiológicos y cognitivos. La habilidad para conducir se ve afectada con niveles inferiores a 0,05% y, por lo tanto, no está relacionada con la intoxicación”.
Parte de los argumentos que esgrimen el senador Sergio Botana y el ministro de Ganadería Carlos María Uriarte para subir el límite a 0,3 gramos es una necesidad del sector vitivinícola. Por eso, la investigación releva si el cambio de la normativa a 0 gramos de alcohol en sangre incidió en la venta de alcohol. La conclusión a la que llegan es que “las ventas de alcohol no han sufrido variaciones significativas”.
Por otra parte, la cantidad de siniestros cada 100.000 habitantes “presentan disminuciones incluso desde antes de la entrada en vigor de la ley, pero particularmente sostenidas luego de enero de 2017”.