El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, anunció en la conferencia de prensa del martes la creación de 129 camas de CTI. En diálogo con la diaria, Luis González Machado, presidente de la Junta Nacional de Salud y director del Sistema Nacional de Salud (Ministerio de Salud Pública, MSP), informó que se está trabajando en la adquisición de equipamiento, en el acondicionamiento de plantas físicas en centros asistenciales y en la disposición de los recursos humanos para habilitar unas 150 camas, que se sumarán a las 900 con que se cuenta actualmente, aunque no todas están operativas en este momento, por falta de dotación de personal (puntualmente por cuarentenas y aislamientos), reconoció el jerarca.

Camas y centros covid

¿Dónde se ubicarán esas 150 camas? González Machado mencionó que el Banco de Seguros del Estado (BSE), el MSP y la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) firmarán un convenio para destinar 50 camas del nuevo hospital del BSE para crear un centro de recuperación poscovid, para pacientes que salen de CTI “y quedan con secuelas y requieren cuidados prolongados dentro del CTI pero ya no usan respirador”. Dijo que en principio irán pacientes de ASSE –será una forma de “descongestionar” el Hospital Español y también podrán ser trasladados algunos que están en centros del interior–, pero no se descarta que puedan ir también pacientes del sector privado.

ASSE creará un segundo centro covid en Montevideo, que no será en el Hospital Pasteur, como trascendió días atrás, sino en el Instituto Nacional de Ortopedia y Traumatología (INOT) y contará con 44 camas de terapia intensiva y 14 de cuidados moderados, anunció este miércoles el presidente de ASSE, Leonardo Cipriani. Los pacientes del INOT están siendo trasladados a los hospitales Maciel y Pasteur.

35 de las nuevas camas se instalarán mediante ampliaciones que están haciendo el Casmu y Casa de Galicia en Montevideo. Se recurrirá, también, a las camas de los institutos de medicina altamente especializada (IMAE) de Montevideo (entre ellos cardiológicos y traumatológicos), que son centros privados que son financiados mayormente por el Fondo Nacional de Recursos. González Machado estimó que con el feriado quirúrgico que rige desde el martes y hasta el 30 de abril, los pacientes que requieran cirugías de urgencia no ocuparán más de 30% de las camas de los IMAE y que quedarán disponibles unas 30 camas. Según había anunciado Lacalle, el Hospital Militar crearía diez nuevas camas.

González Machado afirmó que esta ampliación es “inmediata” y que en los primeros días de la semana próxima ya podrán usarse las camas del sanatorio del BSE.

En cuanto al equipamiento, Lacalle había dicho que se compraron 120 monitores y que se adquirirán 30 más, y que el sábado se traerán de Córdoba (Argentina) 80 respiradores de 150 que se encargaron. El MSP procura, además, asegurar el abastecimiento de fármacos, dijo González Machado.

Recursos humanos y su distribución

La dotación de recursos humanos para estas camas es “bastante exigente”, dijo el jerarca, y mencionó que la pauta para áreas covid-19 (por turno) durante la pandemia es de “un médico intensivista cada cinco pacientes, una licenciada en enfermería cada cuatro pacientes y una auxiliar de enfermería cada dos pacientes”.

El MSP pretende recurrir a los 390 que están cursando la capacitación que imparte la Cátedra de Medicina Intensiva de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, en coordinación con el MSP y con los prestadores de salud en los que se están desarrollando las prácticas. González Machado dijo que esta capacitación terminará el 7 de abril. Días atrás, en una entrevista con la diaria, Arturo Briva, docente grado 4 de la Cátedra de Medicina Intensiva, había comentado que hay dos grupos de médicos: uno, conformado por casi 100, en el que hay pediatras intensivistas, anestesistas, cardiólogos y residentes de Medicina Intensiva, que podrán sumarse al trabajo de CTI; el otro grupo, conformado por casi 300 médicos internistas y emergencistas, no podría incorporarse al trabajo de CTI porque la capacitación de un mes no era suficiente, había dicho Briva. Consultado al respecto, González Machado dijo que “si en un servicio hay cuatro médicos, uno de ellos puede llegar a ser uno de estos anestesistas o cardiólogos”, o cualquiera de los 390 capacitados, porque “no van a quedar a cargo del CTI”.

En cuanto a los licenciados y auxiliares en Enfermería, González Machado dijo que se recurrirá a quienes hicieron los cursos que impartió la Comisión Nacional Asesora de Enfermería (Conae), en los que participaron alrededor de 900 trabajadores. En diálogo con la diaria, la decana de la Facultad de Enfermería de la Udelar, Mercedes Pérez, manifestó que si bien los cursos teóricos de la Conae fueron completados de manera exitosa, la comisión desconoce en qué medida se desarrolló la orientación práctica, que debía hacerse en los servicios asistenciales.

Los recursos de enfermería son altamente demandados. Pérez comentó que a la facultad han llegado solicitudes de instituciones de salud ofreciéndoles trabajo a los estudiantes; la facultad recomienda que quienes se sumen a esas propuestas tengan título de auxiliar en enfermería y que haya un plan de contingencia para que personal que ahora trabaja en emergencia o en block quirúrgico pase a CTI, y que los estudiantes puedan ocupar los puestos que estos trabajadores liberan, porque el manejo de pacientes con covid-19 implica una alta complejidad.

Límites en la distribución de recursos humanos

González Machado reconoció que los trabajadores que irán a buscar “no están desocupados” y que tendrá que redistribuirse o “aprovechar las jornadas que ellos tienen disponibles para poder reforzar los CTI”.

Lacalle había explicado que el aumento de camas buscaría reducir los traslados, sobre todo los que se dan desde departamentos ubicados al norte del río Negro hacia centros del sur del país. Sin embargo, la gran mayoría de las 150 camas se crearán en Montevideo. Consultado al respecto, González Machado respondió que contra la descentralización “conspira la propia distribución de las rutas nacionales”, y que han barajado con ASSE y con la Federación de Prestadores Médicos del Interior la posibilidad de tener alguna institución del centro del país a la que hacer derivaciones, pero que “no existe la posibilidad”. Por eso, apuestan al traslado de pacientes que no tienen covid-19, que es más sencillo de hacer que el de aquellos que requieren aislamiento.

Números preocupantes

Según el registro de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI), anoche había 225 camas de CTI ocupadas con pacientes con covid-19 (28,4% de las 800 camas operativas), y la ocupación total de camas de CTI era de 65,3%. Según el cuadro de riesgo definido por los intensivistas y avalado por el MSP (graficado en una escala de cuatro colores: verde, amarillo, naranja y rojo), cuando la ocupación de camas por covid-19 está entre 21% y 35% el riesgo es de color naranja, y en ocupación total se está en riesgo amarillo entre 51% y 70%.

El domingo, la SUMI proyectó que a este ritmo de incremento diario de casos críticos, el 4 de abril se alcanzarán los niveles rojos en las dos variables mencionadas. Este miércoles, en diálogo con la diaria, Julio Pontet, presidente de la SUMI, dijo que la curva proyectada “se sigue cumpliendo en forma perfecta” y que esos porcentajes se establecieron a nivel internacional y por encima de ellos se puede comprometer la atención, incluso de pacientes no covid.