La confirmación de la llegada de la variante P1 del SARS-Cov-2 al país generó preocupación por la situación epidemiológica y varias dudas sobre su transmisibilidad, viralidad y morbimortalidad. También surgieron preguntas sobre su incidencia en la vacunación, la reinfección y hasta en el uso de terminología adecuada. Estos temas, entre otros, fueron abordados en la actividad “Teleclínica, variantes y reinfecciones por Sars-CoV-2. ¿Cómo impactan en la práctica clínica?”, organizada ayer por el proyecto ECHO de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar) y el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE).
¿Qué es una mutación y qué es una variante?
Para entender qué es una variante, primero es necesario definir qué son las mutaciones de un virus. Las mutaciones son cambios que se producen a nivel genético y ocurren naturalmente en los procesos de transmisión comunitaria, explicó Eduardo de Mello, microbiólogo con maestría y doctorado en virología y asesor del Consejo del Directorio del IIBCE. Todos los virus mutan. Desde que apareció, el SARS-Cov-2 ha experimentado múltiples mutaciones. Muchas pasan desapercibidas, pero otras pueden llamar la atención, por ejemplo, si aumentan la transmisibilidad del virus. Para el análisis de estas mutaciones se generan hilos filogenéticos: una especie de árbol genealógico donde se agrupan en ramas todos los parientes (mutaciones) del virus que comparten características y para identificarlos se les designa una serie de números y letras. A esas agrupaciones se las denomina “variantes”. Así tenemos la variante británica B.1.1.7, las brasileñas P1 y P2, la sudafricana B.1.351, entre otras menos conocidas.
¿Cómo se clasifican las variantes?
El director de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la Udelar, Julio Medina, explicó que hay variantes de riesgo (VOC, por sus siglas en inglés) y variantes de interés (VOI). Dijo que las VOI –“que hay unas cuantas”– incluyen variantes que determinan un “aumento en la transmisión comunitaria, pero no tan diseminada” y ocasionan “múltiples focos” del virus. En cambio, las VOC generan preocupación por el “aumento de la transmisibilidad o un cambio perjudicial en la epidemiología”, porque producen “un aumento de la virulencia o cambia la presentación clínica de la enfermedad”, o una “disminución de la eficacia de las medidas sociales y de salud pública, de los métodos de diagnóstico, vacunas y tratamientos disponibles”. Dentro de esta categoría están las variantes británicas B.1.1.7 y la B.1.1.7 con la mutación E484k, la sudafricana B.1.351 y la brasileña P1.
¿Qué características tienen las VOC?
Este tipo de variantes son de mayor preocupación porque entre sus características tienen mutaciones importantes, como la E484K y la N501Y. La primera está vinculada a la evasión del reconocimiento por anticuerpos neutralizantes del SARS-Cov-2, y la segunda mutación le confiere a la variante una mayor afinidad por el receptor de las células humanas, por lo que, con menor carga viral, tendría mayor éxito de transmisión que otras variantes, manifestó Medina.
¿Qué se sabe de la variante P1?
Si bien aclaró que hace falta evidencia más contundente, Medina planteó que con la variante P1, que ya circula en Uruguay, la transmisibilidad del virus aumentó de “1,4 a 2,5 veces” respecto de la cepa que circulaba previamente en Brasil. Además, se produjo un aumento de la hospitalización y de probabilidad de reinfecciones. En relación con Uruguay, mencionó los datos presentados el lunes por el trabajo del Grupo de Trabajo Interinstitucional en Vigilancia de SARS-CoV-2.
¿La variante P1 disminuye la eficacia de las vacunas contra el coronavirus?
Las vacunas de Pfizer, Sinovac y Astrazeneca contra el SARS-CoV-2 experimentan una “disminución en la neutralización por anticuerpos” frente a la variante brasileña, dijo Medina. No obstante, señaló que eso “no quiere decir que las vacunas pierdan su capacidad, porque no se llega a una disminución crítica”. En el caso de la P1, para la vacuna Pfizer se encontró una disminución in vitro de 2,6% a 6,7% de neutralización de anticuerpos, y para Sinovac, en un estudio de 20 muestras nasofaríngeas también hubo disminución de la neutralización, comentó.
¿Qué sabemos de la respuesta inmunológica a la infección por SARS-CoV-2 y a la vacunación hasta el momento? ¿Es posible la reinfección?
La médica Isabel Fernández relató que se ha demostrado la generación de anticuerpos neutralizantes tras cursar la infección de SARS-CoV-2, pero que no se sabe cuánto tiempo dura esa protección, aunque dijo que se estima que podría ser mayor a los seis meses. Agregó que está en discusión el nivel de anticuerpos requerido para generar protección y que la respuesta de un paciente que se curó de la enfermedad frente a una nueva exposición a la infección puede ser variable. Según dijo, las posibilidades son amplias: “Una respuesta esterilizante, o sea que impida la infección; una respuesta inmune, que pueda ser protectora y reduzca la severidad o el contagio; o una respuesta de hiperestimulación que agrave la enfermedad”. “Lo mismo puede suceder a la hora de la vacuna”, manifestó, y señaló que el objetivo de las vacunas es “generar memoria inmunitaria adaptativa sin necesidad de que el individuo tenga una infección auténtica”.
¿Es frecuente la reinfección por SARS-Cov-2?
Fernández presentó los datos de un sitio holandés que realiza un seguimiento de los informes de reinfección por covid-19. Este martes la cantidad de casos confirmados de reinfectados era 66, agregó que dos de ellos habían muerto y 48 ya se habían recuperado. El intervalo entre una y otra infección era de 98 días. No obstante, el informe agrega que existen 13.093 casos sospechosos, de los cuales 37 murieron. ¿Qué se sabe sobre los reinfectados en Uruguay? Según el boletín epidemiológico del Ministerio de Salud Pública, hasta el 28 de febrero se habían registrado 14 casos de reinfecciones sin confirmación. La médica agregó que hasta ahora se ha registrado un solo caso confirmado y que los 14 casos siguen siendo estudiados.
De acuerdo con un estudio publicado en diciembre en Catar, 133.226 pacientes fueron analizados entre febrero y agosto de 2020 y se identificaron al menos 243 personas con test positivos a más de 45 días de la primera infección. El riesgo de reinfección documentada es de 0,02%, con una tasa de incidencia de reinfección de 0,36. “En comparación al número de casos confirmados a nivel mundial este no parece ser un gran problema, pero creo que es algo para pensarlo, va a generar serias dificultades. Hay un subregistro de los casos de reinfección determinado por la incapacidad de secuenciación genómica masiva”, manifestó Fernández.
¿Las reinfecciones son más leves o más graves que la infección previa?
El estudio de Catar determinó que entre los 54 casos confirmados de reinfección, 23 fueron sintomáticos (uno solo requirió hospitalización) y el resto no presentó síntomas, contó Fernández. Otro estudio realizado en Reino Unido identificó 44 reinfecciones posibles en una población de 6.614 personas y 66% no tuvieron síntomas. En contraposición, un estudio realizado en Brasil que identificó 37 casos de sospecha de reinfección encontró que la reinfección fue más grave, porque hubo más casos de hospitalización que en la primera infección: 12% requirió hospitalización en la reinfección, algo que no había ocurrido con ningún caso de la primera infección.