Durante los primeros 20 días de mayo, el promedio de muertes por covid-19 en Uruguay fue de 53,8 personas por día; además, el jueves hubo un pico de 4.581 casos nuevos de coronavirus, que, según el matemático Marcelo Fiori, integrante del Grupo de Datos del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) y el Grupo Interdisciplinario de Análisis de Datos Covid-19 (Guiad), todavía no se puede decir que sea producto del Día de la Madre; “algunos casos pueden ser, sobre todo por los que se detectan a través de test rápidos, pero creo que no es atribuible completamente al Día de la Madre”.
A pesar de que en 2020 la pandemia parecía controlada, a partir de enero de este año los casos y las muertes se dispararon, y una situación que antes era elogiada por medios internacionales pasó a ser un ejemplo de la falta de control sobre la enfermedad.
El 14 de mayo, The New York Times publicó una nota titulada “Uruguay tiene el número de muertos per cápita más alto del mundo”. El medio de Estados Unidos destaca que se agotó la buena fortuna de Uruguay y que esto “aparentemente” fue impulsado por “una variante altamente contagiosa identificada por primera vez en Brasil”. Los primeros días de este mes en Brasil descubrieron una nueva cepa de la variante P1 en Río de Janeiro. Según un estudio realizado por el Grupo de Trabajo Interinstitucional de Vigilancia Genómica de SARS-CoV-2, la variante P1 –también conocida como la variante brasileña del virus– fue predominante en Uruguay, alcanzando en marzo 75% de las muestras y en abril, 89%.
El medio habló con el doctor Julio Pontet, presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva, que dirige el departamento de cuidados intensivos del hospital Pasteur, que dijo que el pico de mediados de mes, ligeramente más bajo que el de los primeros días, no podía indicar una tendencia, cosa que quedó demostrada con los números del jueves. The New York Times destaca que la esperanza en Uruguay está en el buen ritmo de vacunación. Hasta ayer se habían inoculado con la primera dosis 1.547.427 personas (43% de la población) y con la segunda, 972.402 personas (27%). En total, se aplicaron 2.519.829 dosis, según datos del Ministerio de Salud Pública.
The Washington Post en julio del año pasado decía que “la nación de 3,4 millones de habitantes mantenía el virus a raya”. En ese momento el periódico afirmaba que las “autoridades y analistas” le daban el crédito del relativo éxito del país “a un liderazgo estable y unido, un sistema de salud nacional robusto y una cuarentena voluntaria pero generalizada”. Menos de un año después, el 12 de mayo de este año, el mismo medio publicó una nota con el siguiente titular: “Uruguay, otrora modelo de coronavirus, lucha contra una ola mortal”. Sobre el pasado, asegura: “En los primeros días de la pandemia, Uruguay era un modelo global. Los líderes de la nación progresista, estable y de altos ingresos, se unieron detrás de medidas basadas en la ciencia para contener la propagación del coronavirus. El bajo número de casos le permitió reabrir escuelas y negocios antes que muchos de sus vecinos más virulentos”. Pero con relación a la actualidad, señala: “El país, encajado entre Brasil y Argentina en la costa atlántica de América del Sur, no ha podido evitar la ola mortal que ahora envuelve al continente. Sudamérica lidera el mundo en nuevos casos y muertes per cápita, y Uruguay lidera Sudamérica en ambos”. Además de iniciar el artículo con el relato del contagio de Gonzalo Álvarez, jugador de básquetbol, menciona la muerte del comunicador Alberto Sonsol y el fallecimiento de la primera mujer embarazada, hechos que sucedieron en abril. En cuando al sistema sanitario, dice que el gobierno ha estado agregando camas, “pero el sistema de salud está luchando para dotar de personal a las unidades de cuidados intensivos” y el sistema de atención primaria, “donde se trata a la mayoría de los pacientes con coronavirus, muestra signos de saturación”. Además, señala que las autoridades se resisten a imponer bloqueos, y recuerdan que desde el año pasado el lema del gobierno presidido por Luis Lacalle Pou es el de la “libertad responsable”, “pero 14 meses después, el espíritu se ha desmoronado a medida que la gente se reúne en parques, bebe en bares reabiertos y aborda autobuses abarrotados para ir a trabajar”.
Además de tener una nota sobre las ollas populares, el 27 de abril de este año la CNN publicó un artículo titulado “‘Antes los pacientes paraban, morían, pero no de esta manera’: la dura situación que se vive en los hospitales de Uruguay”, que además fue acompañado por un video con testimonios de médicos intensivistas del Casmu. “Estos con respirador el 80% se mueren y los que no tiene respirador la mitad [fallece]. Así que tenemos una mortalidad muy elevada”, dijo Marcelo Gilard, coordinador de cuidados intensivos de ese centro de salud.
El artículo de BBC News, publicado unos meses antes, el 16 de marzo, es similar a los mencionados. En este caso el titular fue “Cómo Uruguay pasó de ser una excepción en la pandemia de coronavirus al país con mayor tasa de casos nuevos en América Latina”. Cita a Julio Medina, catedrático de enfermedades infecciosas en la Universidad de la República. El 29 de noviembre del año pasado tuiteó: “Inexorablemente vamos perdiendo nuestro lugar de privilegio. Debemos restringir nuestra movilidad e interacción física para desacelerar la propagación del virus”.
El medio destaca que el domingo 14 de marzo Uruguay pasó a Brasil como la nación latinoamericana con mayor número de casos nuevos de covid-19 por cada millón de habitantes, según el promedio móvil de siete días de Our World in Data, pero aclara que, “si bien las posiciones en este ranking pueden variar de un día al otro, los expertos observan preocupados el panorama uruguayo”.