En 2020 hubo 110 personas en Uruguay que fallecieron por tuberculosis; la cifra sitúa a la letalidad en 11,3%, 1% más que en 2019 y 2% más que en 2018. Así lo muestra el informe de 2020 que presentó el viernes el Programa Nacional de Tuberculosis de la Comisión Honoraria para la Lucha Antituberculosa y Enfermedades Prevalentes (CHLAEP). A las autoridades del programa les preocupa, también, el descenso de nuevos casos de tuberculosos: en 2020 se diagnosticaron 968 casos, 89 menos que en 2019. La incidencia de la enfermedad se situó en 27,4 casos cada 100.000 habitantes (en 2019 estaba en 30).
“Bajamos la incidencia, pero eso no nos enorgullece: son casos que no captamos y están en la comunidad”, afirmó, en diálogo con la diaria, Gabriela Amaya, subdirectora del Programa Nacional de Tuberculosis CHLAEP. Cayó 21% el volumen de muestras diagnósticas que ingresaron al Laboratorio Nacional de Referencia de tuberculosis, fundamentalmente “por la disminución de la movilidad; los pacientes no consultaban”, especificó Amaya. Preocupa, también, la situación de 2021: entre enero y abril se recibió 46% menos muestras que en 2020. “Las cifras provisorias de 2021 muestran una situación aún peor a lo que veíamos agravado en 2020. La tuberculosis se desarrolla de manera muy lenta y probablemente la mortalidad aumentada la veamos el año que viene”, explicó Amaya.
La CHLAEP señala la necesidad de que las cárceles mejoren la pesquisa: con respecto a 2019, el laboratorio de referencia recibió 800 muestras menos de personas privadas de libertad, que son población de riesgo para esta enfermedad.
A nivel de la población general, recordaron la responsabilidad de los prestadores de salud en el diagnóstico de nuevos casos y que busquen esta enfermedad; como ejemplo, Amaya mencionó que hubo pacientes que recién al quinto hisopado por covid-19 les detectaron que lo que tenían era tuberculosis. Solicitan, además, que los diagnósticos se hagan por PCR, que tienen 90% de sensibilidad, contra 60% que tienen las baciloscopías.
Seguimiento y control
La CHLAEP valora que en 2020 se haya logrado recuperar 111 casos que habían perdido el seguimiento. El tratamiento de esta enfermedad –que es producida por el bacilo de Koch y se transmite por vía aérea– debe hacerse de manera estricta; de ahí que se supervise la ingesta diaria de la medicación. Amaya destacó que se logró implementar el seguimiento de la toma de la medicación por videollamada, algo que estaba pendiente en Uruguay.
Sigue preocupando la pérdida de seguimiento de casos (que fue de 11%) porque “si un paciente abandona el tratamiento, la enfermedad sigue avanzando y la bacteria se vuelve resistente”, dijo Amaya, y surgieron luces amarillas. “En promedio teníamos tres, cuatro casos de resistencia todos los años, pero ahora tuvimos 12 casos; en números absolutos no es tanto, pero triplicamos los casos”, lamentó, aunque aclaró que se aumentaron las técnicas de sensibilidad para detectar la resistencia.
Dijo que muchos de los casos que se pierden son de personas que están en situación de calle o tienen consumo problemático de alcohol y otras drogas, y que para cambiar la pisada “se precisa interinstitucionalidad”.
80% de los casos de tuberculosis se da en personas que tienen entre 15 y 54 años. Amaya explicó que, considerando que había más casos en población joven, se priorizó la búsqueda de contactos pediátricos: detectaron 61 casos, el mayor número en los últimos 15 años; 93% tuvo un tratamiento exitoso y ninguno falleció.