La hospitalización diurna está contemplada en la Ordenanza 1.488 que aprobó el Ministerio de Salud Pública en noviembre de 2019 y que define los dispositivos de la red de atención de la nueva Ley de Salud Mental. La ordenanza define el hospital de día como un “dispositivo interdisciplinario” ubicado en un hospital pediátrico o en un sanatorio general que “brinda atención especializada en salud mental ambulatoria intensiva”. Es “una alternativa a la hospitalización a tiempo completo, para personas que cuentan con una red social de apoyo”.

El primer hospital de día de salud mental para niños, niñas y adolescentes tendrá una capacidad de diez plazas y estará ubicado en el predio del Centro Hospitalario Pereira Rossell, de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). Es un proyecto que pensó en 2016 la Facultad de Medicina de la Universidad de la República y que se espera que pueda ser inaugurado en setiembre, informó a la diaria Gabriela Garrido, psiquiatra infantil, profesora y directora de la Cátedra de Psiquiatría Pediátrica. Las obras “están avanzadas”, adelantó Garrido, quien especificó que están en el área del servicio de psiquiatría, en la planta baja.

En el caso de la atención de niños, niñas y adolescentes, la ordenanza ministerial señala que los objetivos clínicos de un hospital de día “son el tratamiento y rehabilitación” de quienes atraviesan situaciones agudas o están en transición desde una hospitalización breve hacia una atención ambulatoria. Busca brindar “un espacio terapéutico de mediana continencia que asegura la continuidad del tratamiento en coordinación con la red sanitaria, educativa y territorial comunitaria”, además de acompañar el proceso de reinserción familiar, educativo y social.

Garrido sostuvo que en Uruguay “ha venido incrementándose la hospitalización en las salas pediátricas de chiquilines y chiquilinas con problemas de salud mental grave”. “Esta no es una realidad que se da exclusivamente en nuestro país, sino a nivel de todo el mundo”, explicó. Como ejemplo mencionó que en Estados Unidos en los últimos 15 años se han duplicado las cifras de hospitalización y la llegada de niños y niñas con problemas de salud mental a las emergencias. En este contexto, señaló que cada vez más se piensa en qué tipo de atención se debe dar a estas situaciones y pidió “que no sea únicamente, como nos pasa muchas veces a nosotros: la hospitalización de tiempo completo”.

Según Garrido, la idea es que los hospitales de día brinden una atención “más intensiva” que la que ofrecen los equipos comunitarios en territorio. Destacó la posibilidad no sólo de que los pacientes sean vistos y atendidos con una frecuencia diaria o semanal, sino también con dispositivos de atención que además de cubrir la parte psiquiátrica y psicológica, incluya los procesos psicoterapéuticos, de trabajo grupal y de talleres que habiliten una reinserción paulatina del niño, niña o adolescente en el entorno familiar, educativo y social.

La ordenanza señala que se trabajará para “continuar con el proceso de estabilización clínica, ofreciendo un tratamiento más intensivo del que es posible brindar en la atención ambulatoria especializada”. Otro de los puntos establece la realización de “un diagnóstico y tratamiento interdisciplinario e integral, con un abordaje psiquiátrico, psicológico, educativo y social que consolide una mayor estabilización clínica”. A su vez, propone “actuar sobre circunstancias sociales que afectan el curso clínico, detectando factores de riesgo y protección”.

Para Garrido esta “alternativa de atención” también ayudará a abreviar algunas hospitalizaciones y a bajar el número de reincidencias. El retorno de los pacientes sin escalas –como venía sucediendo– desde la internación a la casa, a la escuela o al liceo, a la vida en general, “no es fácil”, y lo que sucede, la mayoría de las veces, “es que regresan con frecuencia con los mismos problemas o con otras formas de presentación”.

La directora de la Cátedra de Psiquiatría Pediátrica se mostró “optimista” respecto de este proyecto, que no sólo será un nuevo “eslabón” de la cadena asistencial, sino que también puede ser un lugar –como lo son los equipos comunitarios y otros dispositivos– para la formación de recursos humanos y en especial para la formación interdisciplinar. “Tenemos pocas oportunidades para la formación en conjunto”, subrayó. De todos modos, alertó: “Esto no va a solucionar la magnitud de los problemas que estamos viendo y recibiendo, tanto en cantidad como en complejidad”.

El hospital de día atenderá a pacientes de hasta 15 años, que es el límite de la atención pediátrica en el Pereira Rossell. “Nuestra idea es que si funciona bien en el futuro se pueda ir ampliando” el servicio. El horario pensado en un principio para su funcionamiento es de 8.00 a 16.00. Dependerá de las necesidades de cada persona la cantidad de horas y de días que asistirá. “Algunos vendrán todos los días y estarán en el horario completo, pero otros podrán ir haciendo sus actividades educativas y, a su vez, venir al hospital de día”, comentó.