Desde el 23 de diciembre, la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) se ocupa de la gestión transitoria de Casa de Galicia, a raíz de que el fallo judicial ordenara el cese de actividades de la mutualista y le encomendara a ASSE esa tarea. Esta mañana, al ser consultado por la situación de la mutualista y el rol de ASSE, Leonardo Cipriani, presidente de la institución, dijo en el programa Así nos va, de radio Carve, que “para nosotros [ASSE], es un centro más que se puede seguir gestionando sin problema” y que “quedarse con la infraestructura de Casa de Galicia sería poder ampliar la atención en la zona norte, que es muy necesaria”. Añadió que esta propuesta se la presentaron al MSP y que depende “del ministerio, de la economía –por lo cual se están haciendo números– y del sector judicial”.
Consultado por la diaria, Pablo Cabrera, representante de los trabajadores en el Directorio de ASSE, consideró que es bueno “lograr tener en salud pública el fortalecimiento de los servicios que en esa zona se necesitan”, y que los trabajadores “estarían muy de acuerdo, ya que ASSE tendría la capacidad de expandirse y que la estructura de Casa de Galicia sea nuestra”.
Esta era una de las propuestas que los legisladores del Frente Amplio (FA) de las comisiones de Salud de Diputados y Senadores les habían presentado a las autoridades del Ministerio de Salud Pública (MSP) y a los legisladores de la oposición el 27 de diciembre, cuatro días después del fallo judicial. En concreto, el planteo del FA era que se aprobara un proyecto de ley que le brindara potestades a ASSE para comprar la infraestructura de la mutualista y que, según había informado a la diaria el senador Daniel Olesker (FA), una opción era que “los afiliados de Casa de Galicia pasen a ser Fonasa [Fondo Nacional de Salud] de ASSE y ASSE se quede con todo, o que se quede con una parte y los usuarios pasen a formar parte de un conglomerado con otras instituciones de la zona”.
“Las propuestas que presentó el Frente Amplio, aún no tienen ninguna respuesta”, dijo a la diaria la senadora frenteamplista Lucía Topolansky. Dijo que una de las cosas que propusieron, que “se iban a aprobar al día siguiente, cosa que nunca ocurrió”, era “parar el proceso judicial hasta que se despejara el panorama”. En cuanto a las declaraciones de Cipriani, Topolansky consideró que “amerita una ley; es una de las soluciones que el FA planteó y permitiría que la institución mantenga su mera estructura”.
Sobre la situación general y la interna de la Asociación de Funcionarios de Casa de Galicia (Afuncag), Topolansky dijo que le preocupa, pero que entiende el conflicto ya que el plan B que se revocó en la última asamblea, sobre el que venían avanzando la Federación Uruguaya de la Salud, Afuncag y el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, “aseguraba la distribución de algunos trabajadores, porque otros se iban a la bolsa”. Topolansky considera que el plan B, que propone redistribuir a los socios de la mutualista y a una determinada cantidad de trabajadores, es “una oferta miserable en relación a los equilibrios del sistema”. También se refirió al accionar de los socios de la mutualista, y valoró que hasta ahora “es notorio que no se quieren ir”. Además, calificó de “vergonzosa” la respuesta que recibieron los socios en la sentada pacífica que hicieron el 29 de diciembre frente a la residencia de Suárez y Reyes, ya que “les dijeron que estaban en una reunión y que al otro día los recibirían, cuando en realidad estaban en un asado de fin de año y al otro día no los recibieron”, agregó.
La ida a Suárez y Reyes no fue la única movilización de los socios de la mutualista, que el 4 de enero fueron recibidos en la Torre Ejecutiva por Nicolás Martinelli, asesor del presidente de la República, José Luis Satdjian, subsecretario de Salud, y Alberto Yagoda, presidente de la Junta Nacional de Salud. El sábado 15, realizaron una asamblea en la quinta de Casa de Galicia, en la que, además de reafirmar la decisión de revocar la aceptación del plan B, propusieron pagar una sobrecuota para contribuir al salvataje de la institución. Luego de la asamblea de los socios, a lo que se suma la tensión que se venía gestando desde varios días atrás entre los trabajadores de Afuncag, renunció la mesa directiva del gremio.