En el marco de la semana en la que se conmemora el Día Mundial de la Trombosis, una enfermedad frecuente en todo el mundo, la diaria habló con especialistas sobre su prevención y los factores de riesgo para evitar esta “formación de un coágulo o trombo dentro de una vena o de una arteria”.
Cecilia Guillermo, vocera de la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia (ISTH, por sus siglas en inglés) y profesora titular de la Cátedra de Hematología del Hospital de Clínicas, y Pablo Muxi, hematólogo e integrante de la Academia Nacional de Medicina, hablaron sobre sus consecuencias y el tratamiento de la trombosis venosa, el tipo más frecuente.
Las más frecuentes son “las trombosis venosas que se producen en los miembros inferiores” del cuerpo, desde donde pueden desprenderse partes del trombo y generar una embolia en el pulmón, detalló Muxi. Acotó que las trombosis arteriales pueden darse en cualquier vaso arterial y, a modo de ejemplo, “si ocurre en una de las coronarias produce un infarto de miocardio”, y si ocurre “en uno de los vasos cerebrales produce una de las formas de accidente cerebrovascular” (ACV).
Agregó que “la formación de un coágulo o trombo es un mecanismo de defensa del organismo” para evitar el sangrado frente a la lesión de la pared de un vaso sanguíneo. Lo que sigue a la formación del coágulo es la fibrinolisis, “la disolución del trombo para que una vez reparada la pared del vaso la circulación vuelva a ser normal”, aunque si hay un “desbalance entre estos dos mecanismos se puede producir una trombosis excesiva o un sangrado”.
Ambos hematólogos coincidieron en que las trombosis pueden tener consecuencias graves tanto a nivel venoso como arterial y producir cuadros críticos que pueden llevar a la muerte o dejar secuelas. De hecho, “la trombosis venosa es responsable de 25% de las muertes y se considera la principal causa de muerte prevenible en los hospitales”, comentaron.
Factores de riesgo, prevención y tratamientos
Los factores de riesgo más importantes se relacionan con la inmovilidad, por lo tanto, influye “toda situación que implique que la persona esté quieta en su rutina habitual o en ocasiones puntuales, por ejemplo, durante una internación prolongada”, detalló Guillermo. Dijo que la internación es un factor de riesgo aún más elevado si se realiza por una intervención quirúrgica, otro de los factores de riesgo de trombosis venosa.
Por eso, acotó que es importante que los pacientes sean activos y al encontrarse en la situación detallada le pregunten a su médico cuál es su riesgo de trombosis. En determinados casos, “el médico puede aplicar escalas de riesgo luego de sumar los factores del paciente y a raíz de eso tomar medidas” que se basan en recomendaciones específicas y “en algunos casos en recetar algunos medicamentos que en bajas dosis también ayudan a la prevención”. Muxi coincidió en que “conocer los factores de riesgo de cada paciente” es lo más eficiente para prevenir el evento.
Otro de los factores de riesgo son las hormonas. “Las mujeres que ingieren estrógenos, por ejemplo, a través de anticonceptivos, luego de un embarazo, en las semanas posteriores”, durante lo que se denomina puerperio, “tienen alto riesgo trombótico”. También en otras etapas, como la menopausia, “cuando la mujer ingiere hormonas para controlar determinados síntomas” de ese momento.
El cáncer es otra de las enfermedades que generaN riesgo trombótico a raíz de que la enfermedad “produce algunas alteraciones que son protrombóticas” porque “hacen que aumenten algunas proteínas de la coagulación de la sangre que se relacionan con la inflamación del cuerpo y se alteran”. El cáncer también puede “alterar las paredes de los vasos sanguíneos” y, por último, también son un riesgo “los cuerpos extraños que se introducen” con frecuencia, por ejemplo, durante las quimioterapias, porque “favorecen la formación de coágulos”.
El consumo de tabaco, la hipertensión, el colesterol o los triglicéridos elevados, la diabetes, el sedentarismo y la obesidad también son factores de riesgo.
La cantidad exacta de cuántas personas sufren trombosis al año no se sabe porque en Uruguay no existe un registro nacional; de todas maneras, la ISTH “trabaja en ese objetivo y espera lograrlo en 2023”, adelantó Guillermo.
Vacunas y trombosis
Durante la pandemia por coronavirus en varias oportunidades se asoció a las vacunas contra el virus con el riesgo de padecer trombosis. Los hematólogos confirmaron que algunas de las vacunas utilizadas para el SARS-COV 2 se vinculan con eventos trombóticos. Muxi, por su parte, consideró que, de todas maneras, “la frecuencia de trombosis que se les atribuye es mucho menor que el riesgo de trombosis de alguien que padece covid-19”.
Guillermo coincidió con Muxi y agregó que luego de haber estudiado los eventos, la comunidad científica concluyó que “específicamente en quienes se aplicó la vacuna AstraZeneca se notó aumento de riesgo de trombosis venosa cerebral” un tipo de trombosis “que es muy poco frecuente”. Aún así también “se demostró una vinculación entre algunos componentes de la vacuna y la generación de anticuerpos que generaban los coágulos” pero en “escasos pacientes que fueron decenas y ni siquiera llegaron a ser cientos”.