La Asociación de Funcionarios de Casa de Galicia (Afuncag) resolvió aceptar el preacuerdo que se firmó este martes en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) en una nueva instancia de negociación tripartita por la contratación de los trabajadores no médicos de los cinco prestadores que recibirán a los socios, que son Círculo Católico, Hospital Evangélico, Universal, Cudam y Crami.

El documento pactado por las tres partes tiene dos mejoras respecto del primer preacuerdo que se había firmado el miércoles 23 y que había rechazado la asamblea de Afuncag el viernes 25. El actual establece que las empresas incorporarán 21 funcionarios no médicos cada 1.000 usuarios (en el primer documento proponían tomar a 20 trabajadores cada 1.000 usuarios) y, además, los trabajadores no médicos que tengan como única fuente de ingresos a Casa de Galicia recibirán un subsidio por 70% de sus remuneraciones nominales.

Los trabajadores serán contratados a modo de prueba por un período de 30 días. Transcurrido ese plazo, en caso de dejar de prescindir de sus servicios, los prestadores podrán contratar a nuevos trabajadores de los que están registrados en la base de datos del MTSS.

Aquellos que en primera instancia no queden asignados a ningún prestador tendrán derecho a acceder a un seguro de paro especial, como lo establece la Ley 20.022. El preacuerdo detalla que la duración del seguro será de un año y que los trabajadores recibirán 50% de los ingresos que habían cobrado en Casa de Galicia en los últimos seis meses. Además, quienes tengan familiares a cargo podrían cobrar 20% más de ese 50%.

La asamblea aprobó el preacuerdo pero consideró necesario hacer algunas modificaciones, incorporar algunos cambios que, según supo la diaria, “no hacen al fondo de la cuestión”, pero deben estar en la redacción final del documento. “Estamos a la espera de que se nos convoque a firmar el acuerdo definitivo”, publicó Afuncag en sus redes sociales, en la noche de este miércoles.

Este jueves cierra el sanatorio

Este martes comenzó el traslado de pacientes que estaban internados hacia los nuevos prestadores que quedarán afiliados. La calle de atrás del sanatorio, por donde salen las ambulancias con los pacientes, está vallada y con custodia policial desde las primeras horas de la mañana del martes, y también desde ese día la puerta principal de ingreso al sanatorio tiene custodia policial.

Por diferentes motivos, muchos de los socios fueron a la mutualista hasta el último día. Antes, y en diferentes oportunidades, también se movilizaron para evitar el cierre definitivo, y con gran apego y angustia, finalmente se despiden del sanatorio que a algunos de ellos hasta los vio nacer.

Nelda Correa es una de las socias de Casa de Galicia que fueron al sanatorio el miércoles, el día previo al cierre, pero no para atenderse, sino “a saludar a la gente, a las funcionarias, las que están en la caja, en el laboratorio y en todos lados, que me han atendido divino”, valoró. La mujer contó a la diaria que vive en la zona y que ahora se atenderá en el Hospital Evangélico. “Me fui para ahí porque me parecía que en el [Círculo] Católico, a donde me habían mandado, iba a haber menos especialistas para atenderse, porque yo no soy de vivir en el médico, pero cuando necesito algo, como todos, tenemos que ir al médico”, detalló.

Correa era socia de Casa de Galicia desde 1962 y, con sus 86 años, dijo que “le parece mentira” que el sanatorio cierre. Todavía no sabe si podrá atenderse con “las doctoras que tengo acá, todavía no se sabe nada, es terrible esto”, lamentó Correa y agregó que la situación “la desarma” y la tiene “con una tristeza horrible”.