El desarrollo de una app que registre datos de la salud de personas con afecciones cardíacas que le adviertan al médico de situaciones complejas y faciliten la interacción en la consulta es uno de los cuatro sistemas informáticos que presentó Franco Simini, profesor de ingeniería e informática biomédica, en la segunda edición de la Escuela de Verano que desarrolló la Facultad de Enfermería de la Universidad de la República (Udelar) del 14 al 16 de febrero.
Estos sistemas buscan fortalecer el uso de tecnologías de la información y la comunicación para la atención de la salud y profundizar la interacción entre pacientes y profesionales. En la conferencia, Cecilia Muxi, integrante de Salud.Uy, un programa que impulsaron en 2012 el Ministerio de Salud Pública (MSP), el Ministerio de Economía y Finanzas y la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (AGESIC) para apoyar el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) mediante el uso de TIC, hizo un repaso de la instalación de la Historia Clínica Electrónica Nacional (HCEN).
Con la HCEN, el médico dejó de registrar los datos y pasó a hacerlo en un sistema electrónico. Luego, en 2019, se presentó la posibilidad de que cada usuario pudiera acceder a su historia clínica a través de la web. Además, los datos están disponibles para todos los prestadores del SNIS a los que el usuario acceda; el custodio legal de su historia clínica es su prestador de salud habitual, aunque el usuario también puede limitar el acceso a su información.
La HCEN uruguaya, que es la primera de la región, según Muxi, se encuentra en la fase 5, que se enfoca en la analítica de datos de los pacientes. Hasta el momento cuenta con más de 102 millones de documentos y alrededor de 907.000 han sido intercambiados entre prestadores de salud.
Relación médico-paciente
Si bien las exposiciones del conversatorio revisaron y valoraron el avance que significó para el SNIS el registro electrónico de los datos de la historia clínica, también reflexionaron sobre el impacto negativo que puede llegar a generar el cambio en la relación médico-paciente, debido a la distancia que se puede establecer durante la consulta, en la que el profesional debe estar en continuo registro de datos, mientras la persona aguarda sin intervenir demasiado y sin generar un diálogo fluido.
“La informática fue introducida a la salud con criterios de comercio e industria, y algunas veces significó una carga adicional para el personal; resultó en lo administrativo, pero no siempre en lo asistencial”. Franco Simini
Además de valorar el avance que significó la incorporación de la informática en la salud, Simini consideró que “puede y debe rendir más”, y sugirió intervenir para apoyar y no dificultar el vínculo entre el médico y el consultante. Agregó que en Uruguay “la informática fue introducida a la salud con criterios de comercio e industria, y algunas veces significó una carga adicional para el personal; resultó en lo administrativo, pero no siempre en lo asistencial”.
En esa línea presentó cuatro sistemas informáticos: Sistema Informático de Manejo de la Insuficiencia Cardíaca (SIMIC), Retroalimentación Activa en la Marcha de personas con Enfermedad de Parkinson, Sistema de Enfermería y Participación de Usuarios, y Seguimiento Perinatal Personalizado. “Los cuatro sistemas son el resultado de un trabajo interdisciplinario elaborado en la Udelar, entre clínicos e ingenieros, en el que participaron la Facultad de Medicina y la Facultad de Ingeniería [de la Udelar], tanto docentes como alumnos”, explicó Simini a la diaria. Agregó que, enfocados en cuatro patologías distintas, “lo que buscaron los equipos con el resultado fue facilitar el trabajo de la medicina”.
Basados en la premisa de que hasta ahora la informática ha ingresado en el sistema de salud casi que únicamente para el registro de datos, los especialistas en medicina e informática dieron un paso más y buscaron complejizar el rendimiento de los sistemas para que sigan el proceso asistencial de los pacientes. “La variabilidad que poseen los registros médicos de los pacientes es algo que hasta ahora los sistemas informáticos empleados no han sabido seguir”, consideró Simini. “Luego de relevar lo hecho hasta ahora, elaboramos y probamos cuatro sistemas para que el paciente no se sienta desubicado cuando el médico dialoga con la computadora”, explicó el biomédico, y destacó que “el nuevo enfoque registra datos cuando es necesario, pero a la vez busca que sean los [datos] que realmente importan entre la relación del paciente y el médico”.
Sistema para insuficiencia cardíaca
Un ejemplo concreto de la innovación informática es SIMIC, una aplicación que el médico tratante puede recomendar al paciente, al igual que se receta un fármaco. Se instala el programa en el teléfono celular de la persona y comienza el cambio en los registros. El sistema se desarrolló basado en la experiencia y el análisis de la Unidad Multidisciplinaria de Insuficiencia Cardíaca (UMIC) del Hospital de Clínicas.
El funcionamiento de la aplicación consiste en que, cada tanto, el sistema le haga preguntas al paciente, le recuerde algunas cosas y lo “haga sentir cuidado, pero sin insistencia y con la información necesaria”, detalló Simini. Además, puede pedir datos como el peso, registrar esa información y entrometerse en la vida del paciente para facilitar la consulta presencial, y hacer parte del trabajo que en la actualidad realiza el médico y registra en esa instancia. “También plantea otras novedades que acercan al profesional con el consultante, detalles como por ejemplo enviar felicitaciones al paciente el día de su cumpleaños, de parte del médico”, contó Simini.
El sistema está personalizado y, según el avance de la enfermedad en cada persona, ajusta la medicación, entre otras cosas. Pero el médico tratante “siempre es el que decide la cantidad de veces que solicita datos al paciente y en su pantalla, tiene un resumen de todos esos datos, por lo cual no es necesario que en la consulta presencial tenga que estar registrando todo”, aclaró Simini. Los datos que registra la aplicación se suben automáticamente a la HCEN, y si el estado de salud de la persona se complica, el sistema alerta que hay un problema con los valores que ha registrado, o por otras cuestiones como la cantidad de meses que hace que el paciente no acude a una consulta presencial, alerta al médico para que se contacte con la persona lo más rápido posible.
El principal cambio en el seguimiento radica en la continuidad que ofrece el sistema porque actualmente, si bien las instituciones de salud pueden contactar por teléfono a los usuarios, “eso por lo general no sucede ya que no dan a basto”, dijo Simini.
Consultado sobre el estado actual de los sistemas, Simini dijo que “están cerca de ser utilizados, pero si bien la etapa de investigación finalizó, lo que se necesita es empresas que lo tomen como un producto y lo comercialicen”. El software ya se registró en la Biblioteca Nacional, resta la parte técnica, que aún no fue adquirida por ninguna empresa y a seis meses de terminada la investigación, el proyecto está en espera de un comprador.
Los tres restantes también consisten en una aplicación que se instala en el teléfono de los usuarios, y cada una de ellas se enfoca en la afección que la caracteriza y en base a eso, se programa.