El último reporte del Ministerio de Salud Pública con respecto a los casos positivos de covid-19 dio cuenta de que la cantidad de fallecidos en la semana del 29 de mayo al 4 de junio duplicó los de la semana anterior: de 11 personas fallecidas por covid pasaron a ser 24.
Los casos positivos de la última semana fueron 9.184, y en la anterior 8.344. El mes de mayo se caracterizó por un aumento sostenido de los casos positivos, y en cierta medida, también de los fallecimientos. Entre el 15 y el 21 de mayo, las muertes fueron 12, cuando en la semana del 8 al 15 del mismo mes los fallecimientos fueron dos y en la anterior tres. Mientras que en la última semana de abril las muertes fueron seis.
El crecimiento de fallecidos, pero sobre todo la duplicación de la cantidad en la última semana, abrió el interrogante de en qué punto de la pandemia se está. Hablar de una tercera ola ya no es algo lejano: de hecho, la infectóloga e integrante de la Comisión Nacional Asesora de Vacunaciones Victoria Franchetz aseguró a la diaria que, dada la dinámica del crecimiento de casos positivos, “estamos en la tercera ola, claramente, desde hace varias semanas”. Henry Albornoz, infectólogo y asesor del Ministerio de Salud Pública (MSP), habló de una “probable nueva ola”.
Esta tercera ola, como un hecho o como una probabilidad, es atravesada ‒ a diferencia de la primera y la segunda ola ‒ por un “adelantamiento” de infecciones respiratorias, particularmente de la gripe ‒ virus influenza ‒, según afirmó a la diaria Albornoz. La cocirculación “concomitante” de ambas hace que haya “demandas en el sistema de salud, tanto a nivel hospitalario como ambulatorio”.
Por otro lado, tanto para Franchetz como para Albornoz, las muertes por covid-19, que vienen creciendo, están dentro de lo “esperable” si se considera el tiempo desde que los casos positivos se mantienen en aumento. “Sabemos que después de dos a cuatro semanas de aumento de casos también es esperable que aumenten los casos que ingresan a cuidados intensivos y las muertes”, explicó el asesor del MSP.
Albornoz comentó, además, que, si bien ha habido un aumento progresivo de los casos en el entorno de las últimas cuatro semanas, “parece que hay una estabilización”. Según dijo, hay varios factores que afirmarían esa hipótesis, aunque no lo puede asegurar por completo porque los testeos se redujeron, a diferencia de antes de las nuevas disposiciones, cuando “el aumento de casos era muy representativo de lo que estaba pasando”. Aún así, remarcó que el factor que más se acerca a la idea de una estabilidad es que “se venía en un aumento progresivo de la positividad de los test y eso se estabilizó”. Sin embargo, subrayó que “es difícil saber lo que va a pasar”.
Los casos graves y la cocirculación
Actualmente, son 40 las camas de CTI que están ocupadas con pacientes covid positivos. Según informó a la diaria Julio Pontet, presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI), la mitad de los pacientes son incidentales, es decir que ingresaron por otra razón ‒como un traumatismo‒ y tras hisoparlos dieron positivo. La otra mitad son ingresos por covid-19, específicamente como “infección respiratoria grave”.
Pontet también ha observado un aumento sostenido de los ingresos por covid-19 al CTI, en particular desde la segunda mitad de mayo hasta ahora. “Sobre fines de abril y principios de mayo teníamos menos de 2% de las camas por covid y ahora andamos en 6% del total”, dijo.
En cuanto a las personas que ingresan por esta razón, Pontet señaló que “no hay un patrón nuevo” y se trata, en su mayoría, de personas con comorbilidades como la obesidad, la hipertensión, la diabetes, y mayores de 60 años. Albornoz agregó que la mayor mortalidad también se da en las personas no vacunadas o parcialmente inmunizadas, que ingresan aunque “no tengan una carga de comorbilidad muy alta”.
Para Pontet, sin embargo, el porcentaje de camas ocupadas por personas con covid no es “alto, porque la dificultad ahora no es el covid solo, sino la suma de infecciones respiratorias”. En la línea de lo planteado por Albornoz, hizo énfasis en que la cantidad de casos de infecciones respiratorias y de bacterias que no son covid suman más de 80 camas ocupadas, más del doble que con covid.
Según Pontet, usualmente el pico de infecciones respiratorias comienza en junio y se mantiene en julio, pero “ahora ese ascenso se dio en mayo”. A propósito, de acuerdo al presidente de SUMI, hay dos factores que pueden estar influyendo: por un lado, la “explosión de actividades sociales y de interacción humana” luego de las restricciones sanitarias, y por otro lado, “una gran cantidad de población que tuvo covid y que los ha dejado en una situación de vulnerabilidad” que genera una mayor predisposición a adquirir las otras infecciones, o porque luego de la covid permanecieron ciertas lesiones.
“Si ahora la vas a llamar tercera ola, no es de covid, sino que es de un grupo de infecciones respiratorias agudas, pero obviamente queda solapada en el covid”, aseguró Pontet. Aún así, también afirmó que si se considera el número de casos positivos, se puede “hablar de tercera ola, pero es más pequeña que la segunda y mucho más pequeña que la primera”.
Según Albornoz, el aumento de otros virus respiratorios y de forma anticipada está sucediendo en el cono sur, sobre todo en Brasil. Para el infectólogo, se debe a que “estamos entrando en el invierno” y además “porque venimos de dos años en los que ha habido poca circulación de virus respiratorios que no sean Sars-CoV-2, y como hay una parte de la población que tuvo menos exposición, genera más probabilidad de una circulación más intensa”. Albornoz llamó a “estar alerta”: “No diría preocupación, pero sí un estado de alerta respecto de que podemos tener una circulación de virus respiratorios más intensa en este invierno”.