La Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) es el prestador de salud más grande del país, y, por lo tanto, siempre es un desafío para las autoridades sanitarias de cada período. Durante los primeros meses del actual gobierno, el foco estuvo puesto en la situación laboral de Álvaro Danza, presidente del ente, que finalmente resolvió con su renuncia a casi toda la actividad por fuera de ASSE, aunque el tema derivó en dos interpelaciones.

Mientras se definía el asunto, en el prestador público se dieron diversos cambios administrativos, de gestión, atención, infraestructura y modelo, aun sin haberse aprobado el presupuesto para el quinquenio, para mejorar algunos problemas instalados, como las largas listas de espera para acceder a especialistas, la falta de medicamentos y la compra de servicios. En diálogo con la diaria al término del año, Marcela Cuadrado, la vocal de ASSE, repasó gran parte de los cambios.

En principio, aclaró que la gestión actual de ASSE arrancó con 20 prioridades nacionales, y detalló varias de ellas, como fortalecer el primer nivel de atención, mejorar las unidades de enlace –es decir, el contacto entre el primer nivel y el segundo–, salud mental, embarazo, infancia y adolescencia, reducir las “brutales listas de espera que nos encontramos cuando llegamos”, potenciar el uso de la telemedicina –que venía con un buen desarrollo, digitalización y sistemas de información–, profundizar la complementación dentro de lo público y también con lo privado, que el usuario tenga una puerta abierta para quejas, recomendaciones o para dialogar con el prestador; la gestión de los medicamentos, SAME 105, la atención de las personas privadas de libertad, así como la profesionalización de la gestión, descentralización y regionalización del prestador y “para muchas de estas cosas no precisamos dinero, por lo que empezamos en marzo”, agregó la vocal.

Medicamentos: “romper con la cultura de convivir con faltantes”

Sobre la falta de medicamentos, Cuadrado explicó que “la gente estaba sin medicación, era una queja permanente”, por lo que lo primero fue “comunicar a todos los equipos de ASSE y a los directores regionales que era fundamental que la medicación no faltara y que cualquier gasto que se necesite se iba a priorizar”.

A través de la dirección de medicamentos “trabajamos en la coordinación estratégica para la eficiencia presupuestal que conlleva una articulación entre la dirección de medicamentos, las cuatro direcciones regionales y las unidades ejecutoras, para activar los procesos de compra”. Con esto “se logró la gestión activa del crédito, se realizó un análisis financiero general que permitió aumentar el crédito para las unidades ejecutoras con necesidades críticas y se implementó un monitoreo bimensual de todas las unidades para chequear que no falte medicación, pero también para identificar problemas y apoyar enseguida las faltas”, detalló. Todo esto para “romper con la cultura de convivir con faltantes”.

Los resultados fueron que en la Red de Atención Primaria metropolitana, donde el faltante inicial era de 97 medicamentos básicos, quedaron “prácticamente todos cubiertos”, y está en curso la licitación centralizada para tener mejores precios y mejor cobertura de los faltantes que se mantienen.

Para mejorar la gestión de los medicamentos se protocolizaron algunos tratamientos claves y se unificó el vademécum único para todo ASSE, “porque había tantos como unidades existentes”. Si bien algunos varían porque no es lo mismo el listado del Instituto Nacional del Cáncer (INCA) que el Hospital Pereira Rossell, “al menos es bastante similar”.

Para las excepciones, sobre todo medicamentos para enfermedades raras, se hizo un formulario para entrega de medicamentos que no estaban dentro de los listados de medicamentos de ASSE.

Por otra parte, Cuadrado resaltó un “gravísimo problema con los sistemas de información”, en lo que se está trabajando, pero aún no se terminó. Explicó que la dificultad está en que conviven unos cuatro sistemas diferentes, lo que es un problema porque los usuarios pueden retirar medicación doble o triple porque queda registrado en distintas plataformas. “Estamos trabajando en Emedicamentos como un único sistema de referencia para todo el prestador; es un sistema muy amigable que se está implementando por unidad, está integrado con la historia clínica electrónica”, adelantó.

Por último, agregó que ASSE firmó un convenio con el Correo Uruguayo para el traslado de medicamentos desde el INCA, que fracciona medicamentos que se utilizan en quimioterapias, para la zona oeste del país, pero también para llegar a todos los pacientes crónicos que tienen dificultades de movilidad, sin costo para los pacientes, y que lleguen también a todas las farmacias del país.

Tiempos de espera: reorganización de las especialidades y depuración de listas con más de cuatro años

Según Cuadrado, en marzo los tiempos de espera en ASSE eran un “gravísimo problema con listas brutales de más de 400.000 personas”.

En principio, “identificamos que las dificultades más grandes con la agenda eran las personas que esperaban consultas con especialistas desde 2019”, recordó. Se detectaron más de diez especialidades con mayor demanda: oftalmología, dermatología, psiquiatría, psiquiatría infantil, psicología, odontología, urología, otorrino, neurología, cardiología, endocrinología y traumatología.

Determinaron que la agenda no se abra por mes, sino para tres meses, y se depuraron las listas de espera llamando para saber qué había pasado con cada paciente, si había sido atendido o no, con lo que se pudo reducir las listas 8%.

Se detectó “que no faltaban especialistas, sino que había que organizar mejor las fechas; por ejemplo, se implementó un llamado o mensaje de texto a modo de recordatorio para que los pacientes confirmen si asistían o no”, detalló.

En los lugares donde era bastante complicado el acceso a algunas especialidades, por ejemplo, a oftalmología –la más demandada–, “se intentó llevarla al lugar para reducir las listas”, en este caso, con equipos del Hospital de Ojos.

También se redistribuyeron las cargas horarias de los especialistas. “Los cardiólogos tenían muchas agendas distintas según la afección, se unificaron para que vaya quien necesite los días que está, sin importar el motivo”, ejemplificó. Hay que “seguir en el ajuste de horarios”, ya que “hay especialistas que por distintas razones actualmente están trabajando menos horas de las que deben, con horarios en el interior con arreglos para que los médicos trabajan en varios lugares”. “No tenemos necesidad de contratar más; hay que mejorar el cumplimiento y la distribución horaria”, resumió.

Por medio de la telemedicina también se pudo mejorar las listas. “Había gente que no quería unirse, se la informó y adhirió”, explica Cuadrado. Actualmente, se hace un monitoreo semanal continuo, con un reporte cada viernes para saber cómo van las demandas.

Cambios en los modelos de compras, complementación de servicios y atención al usuario

En cuanto a la compra de servicios, la vocal recordó que en ASSE se debe hacer un proceso licitatorio para comprar, que tiene sus tiempos y su protocolo. “Lo que sucedió durante los últimos años es que se perdió esta forma de comprar y, por ende, la transparencia”, por ello, “comenzamos a reinstalar la licitación para comprar”, comentó. El exceso de compras directas generó que actualmente haya varias auditorías en curso para analizar el gasto en ASSE durante el gobierno anterior; algunos resultados ya se conocieron.

“Nos encontramos con convenios de complementación que eran más bien contratos con algunas empresas privadas de salud, donde se compraban muchos estudios médicos, lo que en los últimos dos años aumentó muchísimo el gasto”, agregó, y dijo que lo mismo pasaba con compras de camas de cuidados moderados, CTI, internación en salud mental y servicios quirúrgicos, servicios en los que había “muchas compras directas”.

Ahora “buscamos garantías de que estamos comprando al mejor precio y lo que no hace ASSE”. “Estamos impulsando la resolución por regiones con los servicios de ASSE y, si no se puede, recién ahí comprar a un privado y, a su vez, al que ofrezca el mejor precio, esto como criterio universal”.

Sobre la atención al usuario, hace unas semanas ASSE resolvió eliminar la figura de facilitador, decisión que generó repercusiones y un pedido de informes del diputado del Partido Nacional Federico Casaretto. Sobre esto, Cuadrado explicó que, si bien “los facilitadores fueron figuras creadas para atender al usuario, últimamente no estaban haciendo eso”.

Sobre los cambios en esta área, explicó que lo que se hizo fue separar afiliaciones y atención al usuario, que no sea la misma dirección. Luego se analizó el padrón de usuarios para tener un mapeo nacional y saber qué oficinas de atención existían a nivel nacional, para fortalecer donde no las hay y generarlas.

Por último, dijo que próximamente se hará una encuesta nacional de oficinas de atención al usuario para evaluar el servicio.