La falta de correspondencia con la realidad de parte del discurso del gobierno se aprecia claramente en las áreas de la seguridad pública y la educación.
Dos cometidos quedan por delante para cualquier sociedad democrática: mitigar todo lo posible los efectos de lo moralmente arbitrario sobre la vida de las personas y determinar si lo que no puede mitigarse es o no injusto.
El foco en la cooperación internacional y las soluciones tecnológicas ha demostrado ser largamente insuficiente para revertir la tendencia creciente de emisiones de gases de efecto invernadero.