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Cultura

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Cultura

Marcianitos asesinos

El 31 de enero de 2012, Cheng Rong-Yu se sentó ante una computadora en un cibercafé de Taipéi para jugar a un videojuego online. Así pasó 23 horas, intercalando con el juego momentos en que, tras poner en pausa su desarrollo, dormía algunos minutos frente al monitor. Pero eventualmente una de esas siestas brevísimas se demoró un poco más. Y más, y más, hasta que, (recién) nueve horas más tarde, un empleado del cibercafé se propuso despertarlo. Pero Cheng Rong-Yu había muerto.