La Comisión Nacional de Programa del Frente Amplio (FA) agrupó las unidades temáticas programáticas (UTP) en cinco desafíos. Dentro del desafío de Desarrollo, en el que se discuten las propuestas sobre desarrollo económico, política macroeconómica, desarrollo productivo sustentable, economía social, políticas de infraestructura y conectividad, y trabajo y empleo, funciona la UTP de Economía Social y Solidaria (ESS). Hace dos semanas, en la Huella de Seregni, de la sede del FA, esta UTP hizo presentó los borradores del documento programático para el período 2020-2025, que se está elaborando en base al debate que se viene dando en la instancia. Hablaron en esa ocasión el coordinador de la UTP, Álvaro Nieves; la referente de la Coordinadora Nacional de Economía Solidaria, Helena Almirati, y Pablo Blanchet, integrante de la UTP de Desarrollo Económico y Política Macroeconómica.
Nieves comenzó refiriéndose a la diferencia básica entre la ESS y la economía tradicional: el carácter redistributivo que tiene la primera. Además, en la ESS “hay una integralidad entre lo social y lo cultural; es una economía solidaria que resuelve sus asuntos de forma participativa”, agregó. Nieves hizo hincapié en que cuantas más personas se dediquen a la ESS, mayores serán las posibilidades de reducir las desigualdades, por lo que hay que tomar a la ESS como “una herramienta de igualación social”. En este sentido, destacó “los avances” de los gobiernos del FA en generar “una mejor institucionalidad” para la ESS “en términos de organismos y de reglas de juego”. Señaló la creación de la figura de las cooperativas sociales para reducir la exclusión social, la aprobación de una ley de cooperativas y el ordenamiento jurídico-institucional de las normas en materia de ESS, la creación del Instituto Nacional del Cooperativismo (Inacoop), el apoyo a las cooperativas de vivienda y la concreción del Fondo para el Desarrollo (Fondes), para fortalecer emprendimientos autogestionados. También destacó la aprobación de la ley de agricultura familiar, que creó un cupo en las compras del Estado para la producción familiar agropecuaria y la pesca artesanal, así como la posibilidad de que el Ministerio del Interior adquiera alimentos para el sistema carcelario provenientes de la ESS. Para finalizar el balance, se refirió a la importancia del aumento de la formación terciaria en el tema y el involucramiento de la Universidad de la República en el estudio y el desarrollo de este tipo de economía.
Nieves mencionó además proyectos de ley que están para aprobarse en el Parlamento, como el que establece la promoción de la ESS por medio de las compras estatales, con el objetivo de “habilitar el acceso de sectores minoritarios a los mercados y licitaciones del área pública, fomentando la creación de trabajo productivo, el desarrollo de habilidades competitivas, la reducción del sector informal y el combate contra la pobreza y la desigualdad del ingreso”, dice la exposición de motivos.
ESS y educación
En tanto, Almirati se refirió a los objetivos y las líneas estratégicas para el período 2020-2015, entre los que figura la inclusión de la ESS “en la agenda del desarrollo sostenible”, es decir: “definir líneas económicas, líneas de desarrollo [de la ESS] dentro de la macroeconomía”. Se propone impulsar “un Plan Nacional de Desarrollo” de la ESS para “fortalecer la inserción, el desarrollo y el arraigo de los emprendimientos en las cadenas productivas definidas por el gobierno” y fortalecer el Fondes volcando los recursos que la ley que lo creó establece para crear “una banca de fomento que atienda las necesidades de financiamiento de las empresas” de la ESS.
Almirati mencionó como una posibilidad que se promuevan alianzas público-privadas, como existe actualmente a partir de la ley de participación público-privada, pero donde “el privado sea la ESS”. Entre otras cosas, se propone incrementar la relación con las autoridades de la educación para incorporar los principios, los valores y las prácticas de la ESS en los programas de todos los niveles de enseñanza y en la formación docente, y extender el Programa de Formación Cooperativa que se implementa a partir de un acuerdo entre el Inacoop y el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional a todos los emprendimientos de la ESS para “asistencia técnica, capacitación, consultorías y realización de proyectos de inversión”.
Almirati también dijo que se propone crear un observatorio de la ESS “participativo”, para mejorar el diseño de las políticas públicas, la toma de decisiones hacia el sector y la generación de instrumentos que permitan el pasaje gradual de las cooperativas sociales a cooperativas de trabajo, e impulsar la creación de cooperativas “de iniciativa social” que se dediquen al cuidado de personas y a la educación, entre otros rubros.
Finalmente, se propone impulsar políticas específicas para promover la participación de los jóvenes y las mujeres en la ESS y que haya un reconocimiento especial de los emprendimientos de la ESS en materia tributaria, estableciendo excepciones y exoneraciones.
Almirati expresó que hay que “mejorar la articulación de las políticas públicas, desarrollando líneas estratégicas en donde se realizan alianzas públicas” y de la ESS, y no dejar de tener “una mirada regional” del tema.
Socializar activos
Por su parte, Blanchet dijo que la UTP que integra estableció en principio cuatro “objetivos de política económica y de instrumentos”. Uno es el “crecimiento para el desarrollo sustentable”; otro, el “incremento de los niveles de ocupación”; otro, “retomar la senda de reducir la desigualdad, que fue muy potente en el primer gobierno y hasta el 2012, pero que entendemos que desde 2012 se ha estancado” y, por último, “el incremento sostenido de los ingresos y activos de la población, en particular los sectores más vulnerables”.
Blanchet se centró en el primer objetivo y sostuvo que es necesario diversificar la economía. “No hay una contradicción entre estimular sectores estratégicos por sus perspectivas y continuar desarrollando sectores” que el país ha estimulado históricamente, como el agropecuario, opinó. Mencionó que hay que analizar qué sectores generan más empleo de calidad y estimular su desarrollo. También evaluó que hay que revisar cómo funciona la institucionalidad, porque existen desconexiones que generan debilidades. Por ejemplo, “por un lado está lo que piensa” la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), “pero tenemos otros organismos que piensan sus propias políticas productivas”, como las empresas públicas o los ministerios vinculados a lo productivo (ministerios de Industria, de Energía y Minería, de Ganadería, Agricultura y Pesca, etcétera). “No hemos sido capaces de coordinarlos bien. Hay que fortalecer a la OPP como el organismo planificador a largo plazo y coordinar las institucionalidades a corto plazo”, sostuvo.
Para finalizar, evaluó que la ley de inversiones es un instrumento “adecuado”, pero “hay que utilizarlo mejor”, focalizando “los estímulos hacia las inversiones” de acuerdo a su “capacidad de generación de empleo”. Agregó que, si bien existe una percepción en la opinión pública sobre el gasto público, “no queda muy visible la cantidad de dinero que se llevan las grandes empresas vía exoneraciones o subsidios”. En cuanto a la reducción de la desigualdad social, dijo que se propone cumplir el objetivo “de manera integral, incluyendo las desigualdad de ingreso, de riqueza y de activos en el que, por ejemplo, está la vivienda y el acceso a medios de producción”. “El activo económico más concentrado que hay en Uruguay es el acceso a los medios de producción, y las políticas que pueden socializar eso son esencialmente las vinculadas a la ESS”, concluyó.