La semana pasada, en el marco del diploma de Economía y Gestión para la Inclusión, que otorga la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República, el profesor Urko López Odriozola, de la Facultad de Ciencias Empresariales de Mondragón Unibertsitatea del País Vasco, brindó la conferencia “Aportes de la innovación cooperativa al desarrollo sostenible”. Poco antes de comenzar una de sus clases, la diaria conversó con López sobre el tema que expuso. Mondragón es un grupo empresarial integrado por cooperativas autónomas e independientes en el que trabajan más de 80.000 personas.
La innovación requiere inversión, pero además iniciativa y decisión. En Uruguay a las empresas tradicionales y también a las cooperativas les cuesta mucho asumir eso. Hay temor a salir de la zona de confort, y muchos se preguntan: si tengo los clientes, facturo lo previsto y tengo ganancias, ¿para qué innovar? Es la eterna pregunta, sobre todo cuando nos instalamos en una zona de confort.
La pregunta sería otra: ¿qué pasa si no innovo? ¿Qué pasa si mi competencia acaba siendo mejor que yo? ¿Qué pasa si a mis clientes ya no les gusta tanto mi producto o mi servicio porque quedó obsoleto? Lo que se ha demostrado es que al no innovar se pierde competitividad dependiendo del sector o rubro. Hay una pérdida de competitividad que luego se traduce en una pérdida de resultados, y finalmente en una pérdida o destrucción de puestos de trabajo. Por no innovar puede llegar a cerrar una empresa, en el medio o el largo plazo. La gran pregunta es esa: ¿qué pasa si no innovamos? No vemos cuáles son las consecuencias que podemos tener y, desde luego, la historia, sobre todo la más reciente, muestra muchos casos de empresas que, al no innovar o no innovar lo suficiente, han perdido competitividad, y a nivel mundial. Podemos ver eso en empresas como compañías que producen celulares o material de media o alta tecnología, como audiovisuales, que hace diez años eran líderes, no innovaron o no apostaron tanto a la innovación muy radical, y poco a poco fueron quedándose atrás. Si los grandes caen o se relegan, los pequeños no son una excepción, son los primeros que suelen recibir ese tipo de golpes.
Innovar no es encerrar a un creativo en una habitación para que piense ideas nuevas para mejorar los productos, sino un proceso mucho más complejo, que además debe tener en cuenta la sustentabilidad, el cuidado del medio ambiente...
Lo que nos pide es una toma de contacto con la realidad mucho más intensa. El día de hoy tenemos exigencias del mercado porque el cliente o usuario de un producto o servicio es cada vez más exigente. Pero también tenemos exigencias medioambientales. Los objetivos son múltiples. Innovar no sólo es un objetivo para ser competitivos, sino para ser competitivos, para ser sostenibles, sin ejecutar ningún tipo de perjuicio hacia el medioambiente. Es más, los desafíos están aumentando cada vez más y no son desafíos que se vayan a quedar quietos.
La innovación no es un concepto lineal, sino que es una especie de sistema de elementos que interactúan dentro y fuera de la empresa. ¿Crees que el cooperativismo desarrollado como el de Mondragón tiene un recorrido previo y en ciertos aspectos está un paso adelante de muchas empresas en materia de innovación?
No creo que sea estar un paso adelante. Los pasos que Mondragón y el cooperativismo vasco han tenido que dar tienen que ver con la propia realidad social y económica, que es la que al final te exige dar esos pasos. Mondragón se ha hecho a sí misma, pero también se ha hecho al contrastar su situación con el entorno, el entorno económico, social y ambiental.
¿Cuáles son los recorridos que ya tiene Mondragón que se pueden poner como ejemplos exitosos de innovación?
Lo primero es cooperar. Solos no vamos a ninguna parte. Mondragón ha conseguido lo que ha conseguido gracias a la cooperación e intercooperación entre las cooperativas y con otros agentes económicos. Antes de empezar a pensar en innovar hay que pensar en tender redes que nos ayuden a construir nichos de colaboración de cara al futuro. Hace falta confianza, trabajar la confianza con otros agentes. Si algo ha hecho Mondragón, es tender redes durante mucho tiempo. A la hora de innovar estamos hablando de lo mismo. Mondragón no posee el cien por ciento del conocimiento del mundo; entonces, ¿qué es lo que hace? Mantiene relaciones, colabora con quien tiene ese conocimiento y siempre bajo esquemas de win-win [ganar-ganar, que todas las partes salgan beneficiadas]. Con eso se garantiza que el día de mañana haya un recorrido de las cooperativas en otros rubros, pero que se garantice el empleo, porque el primer objetivo de una cooperativa, además de tener un plan empresarial sólido y consistente, es generar empleo y volcar externalidades positivas a la sociedad o al entorno en el que opera. Ninguna empresa se puede dedicar a lo que se dedicaba hace 50 años, porque las dinámicas de mercado y las dinámicas económicas mundiales han cambiado y las cooperativas no somos ajenas a esas dinámicas. Tenemos que ir evolucionando, por eso la innovación nos ayuda a evolucionar. Lo que Mondragón ha hecho es ir estableciendo relaciones de a poco, pero también generando estructuras con centros tecnológicos, una universidad, que ayudan a las cooperativas y a las empresas del entorno a ser más competitivas.
Otra de las cosas que se marcan cuando se habla de innovación es que las empresas tienen que tener una organización más horizontal, en la que todos los empleados puedan participar de alguna manera.
Sí, porque al fin y al cabo, independientemente del puesto de trabajo que desempeña un trabajador en la cooperativa, un socio trabajador es un socio, más allá de si estamos hablando de un responsable de ventas o de una persona que no desempeña tal cargo de responsabilidad, sino uno de menor responsabilidad institucional, pero siempre es de mucha importancia para la empresa. Todas las piezas del engranaje de un reloj suizo son necesarias. Pues entonces todos los trabajadores de la cooperativa son necesarios: cada uno tiene su función y, cuando hay que votar en una asamblea, no hay votos ponderados; es un socio, un voto.
Innovar para el desarrollo sostenible. ¿Cuál es tu concepto de desarrollo sostenible?
A nivel de cooperativas, el desarrollo sostenible es el que permite que futuras generaciones también puedan seguir trabajando en las cooperativas y que estas no sólo sean capaces de generar puestos de trabajo consolidados, sino también crecer de una manera sostenible y sostenida en el tiempo sin arriesgar o sin poner en riesgo la integridad de la cooperativa. Si vamos a la economía en general, es la definición clásica de que con lo que hago ahora no esté sacrificando algo que voy a necesitar en el futuro.
Señas particulares
Urko López Odriozola es profesor de Enpresagintza Fakultatea, investigador de Mondragón Innovation & Knowledge, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad del País Vasco y profesor en diferentes programas de maestría e investigador de la Facultad de Ciencias Empresariales de Mondragón Unibertsitatea. A nivel cooperativo, ha sido presidente del Consejo Social de MU Enpresagintza S Coop, la facultad de ciencias empresariales de Mondragón Unibersitatea, miembro del Consejo Rector, vicepresidente de esa institución y miembro del Consejo Rector de la Universidad de Mondragón.