A lo largo de su carrera, César Hidalgo ha desarrollado distintas herramientas para procesar y visualizar big data. La información que surge de analizar enormes volúmenes de datos permite, por ejemplo, predecir las oportunidades de desarrollo económico de una región o de un país, explica a la diaria el investigador y docente chileno.
Hidalgo trabajó en la creación del Observatorio de Complejidad Económica, enfocado en comercio internacional, y los distribuidores de datos DataUSA y DataChile. También creó su propia empresa, Datawheel, y dos plataformas que monitorean cambios en el tejido urbano, Streetscore y Streetchange. El experto estuvo a cargo de un equipo de trabajo en el MIT (Massachusetts Institute of Technology), y hoy tiene una cátedra en la Universidad de Toulouse, otra en la Universidad de Manchester y es profesor visitante en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de Harvard.
Esta semana, Hidalgo visitó Uruguay en el marco de un programa del Banco Interamericano de Desarrollo y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto para brindar, junto a otros expertos, un taller de capacitación en complejidad económica, coordinado por esas instituciones. El curso se propone capacitar a los participantes y darles herramientas para analizar las oportunidades de diversificación económica que tienen distintas regiones de Uruguay. Para el experto chileno, la estabilidad política puede ser una “gran capacidad” del país.
¿Cómo definirías el concepto de complejidad económica?
Hace unos 15 años comenzamos a trabajar en ideas que después se transformaron en el área de conocimiento que hoy se conoce como complejidad económica, que ayuda a entender las capacidades de los territorios a partir de las actividades que se realizan allí. Por así decirlo, uno trata de entender qué es lo que una ciudad o un país sabe, a partir de lo que sabe hacer. Es un dato duro que uno puede usar para entender cuáles son las capacidades que los países tienen. Lo que logramos es desarrollar dos métodos cuantitativos que son bastante importantes. Uno es la idea del relacionamiento, o lo que en inglés se llama relatedness, que es una medida de la distancia que un lugar tiene con respecto de una determinada actividad económica. Nos podemos preguntar qué tan lejos está Montevideo de la industria de la biotecnología, de la industria de los videojuegos, de la ciberseguridad, y esa medida de distancia nos permite entender cuál es la probabilidad de que una ciudad o un país sean exitosos en esa actividad económica. El otro método es la medida de complejidad, que te permite medir el conjunto total de capacidades que existe en una región o en un país, y es una medida importante porque ayuda a predecir el crecimiento económico, a explicar diferencias en desigualdad y a entender la concentración espacial de la actividad económica. Entonces, vemos que los países que tienen mayor complejidad económica son más ricos, crecen más rápido, son menos desiguales y también concentran más su actividad económica en ciudades grandes.
Uno de los puntos del taller plantea la pregunta de cómo las ciudades o los países aprenden o generan nuevos conocimientos, y de qué manera esto les permite adquirir nuevas capacidades productivas.
El conocimiento crece y se difunde siguiendo unas leyes que son bastante precisas y de las cuales conocemos bastante hoy en día. Hay una primera ley, que uno puede llamar la ley de la experiencia, que es la que rige estas curvas de aprendizaje. Sabemos que cuando las personas o los equipos o las industrias participan de una actividad económica, mientras más producen más aprenden, y esto se traduce en que producen cada vez a menor costo. Esto no es inmediato. Por ejemplo, si la producción se interrumpe, las personas o los equipos o las industrias también se olvidan y tienen que volver a escalar estas curvas de aprendizaje. La segunda ley es la que rige la difusión de conocimiento. Esta ley tiene dos partes. Una establece que el conocimiento se difunde entre actividades geográficas cercanas. Por ejemplo, de Montevideo a Canelones o Maldonado, que quedan cerca, se puede mover mucho más el conocimiento que hacia Artigas o Brasil. Si vas a Brasil, ya no sólo tienes distancia geográfica sino también distancia institucional, una distancia cultural, otro idioma. De este modo, en la dimensión geográfica tienes muchas distancias distintas. La otra parte de esta ley es que el conocimiento se difunde entre actividades relacionadas. Uno puede tener dos lugares que estén cerca pero que hacen cosas muy distintas, y en ese caso el conocimiento no se va a difundir de manera efectiva. Para que esto ocurra, las actividades que uno quiere incorporar tienen que compartir insumos, estar relacionadas con actividades que ya existen. Finalmente, hay una tercera ley, que es la ley de la intensidad. Uno puede medir la intensidad de conocimiento, de capacidades que existen en un lugar, y eso ayuda a explicar otras variables macroeconómicas: el crecimiento, la riqueza, las variaciones en desigualdad y la concentración espacial de la actividad económica. Esas son variaciones macro que uno puede conectar a esta geografía del conocimiento. Lo que tratamos de hacer es estudiar la economía de forma empírica, pero no basándonos en la geografía del dinero, sino en la geografía del conocimiento, y deducir la geografía del dinero a partir de la del conocimiento.
¿Hay otros mecanismos que puedan contribuir a esta acumulación de conocimiento?
Aparte de esos mecanismos, otro muy importante es la migración. De hecho, hay una parte del curso que dedico a la migración, porque para los países desarrollados la migración es uno de los principales canales a través de los cuales los países adquieren conocimientos y generan actividad de emprendimiento. Por ejemplo, si uno ve las estadísticas en Estados Unidos, más de la mitad de las personas que tienen un doctorado en ciencias de la computación y trabajan allí son extranjeras. También se puede ver cómo la probabilidad de migrar crece por el nivel de educación; cuanto más educadas son las personas, más migran. De los inventores que ya tienen una patente, 10% son inmigrantes. Entre quienes han ganado un premio Nobel, 30% son inmigrantes, y de aquellas personas que han ganado un premio Nobel en Estados Unidos desde la década de 1970, más de 60% son inmigrantes. Es decir que la migración crece con el nivel de destreza. Una dinámica muy importante en el mundo es que los países compiten por atraer a esos inmigrantes que son emprendedores, que trabajan a un nivel de sofisticación y conocimiento muy alto y ayudan a generar nuevos sectores y empleo.
¿Se ha identificado alguna política pública que pueda favorecer esta acumulación de conocimiento?
No. Tiene que haber políticas que estimulen la inmigración de personas con alto nivel de conocimiento y con capacidad emprendedora, con la eliminación de requisitos de visa, por ejemplo, así se genera una migración un poquito más diferencial hacia esa migración talentosa que los países buscan. Hay también otras políticas que han funcionado en países quizás más densos. Por ejemplo, en China hay evidencia de que los trenes de alta velocidad han contribuido mucho al aprendizaje entre ciudades. Cuando las ciudades se conectan de este modo, las industrias que están presentes en ambas ciudades crecen más rápido que las que están presentes en una y no en la otra, lo que sugiere que esas son industrias que están aprendiendo, que no reciben sólo el shock de una mejor infraestructura. Todas las políticas que ayuden a conectar personas, a traer talento, a tener una sociedad que sea más inclusiva también ayudan a la creación de conocimiento, porque los sectores más sofisticados en conocimiento requieren también instituciones que son más inclusivas desde un punto de vista social, de género, de las distintas características o background de las personas.
¿De qué manera se pueden predecir los comportamientos económicos de un país o de una región según el conocimiento que tenga?
La predicción que uno puede hacer es la siguiente: si uno sabe qué industrias tiene una región o cuáles son los productos que un país exporta, puede predecir cuáles son los productos que un país va a exportar en el futuro o va a dejar de exportar en el futuro. Y esto usa técnicas muy similares a aquellas a las cuales las personas están acostumbradas hoy en día; estos son algoritmos de recomendación, como los que Amazon usa para tratar de predecir qué productos te van a interesar o los que Netflix usa para recomendarte películas. Netflix sabe que si viste Star Wars y Star Trek te gustan las películas de ciencia ficción, y que si te recomienda una película de ciencia ficción, te va a gustar. De la misma manera, si uno sabe que un país es bueno para producir arroz, papas, cereales, quizás va a producir trigo y otros tipos de productos relacionados, y esos mapas de los alimentos uno los puede crear usando información de la colocación de industrias o de productos, del flujo de trabajadores entre industrias con data de empleo, etcétera. Por otra parte, usando estos indicadores agregados de conocimiento, uno puede predecir el crecimiento, la desigualdad y la concentración espacial de la actividad económica. En general, las actividades económicas que son más sofisticadas se concentran más en el espacio, entonces, a medida que la economía se hace más sofisticada, la concentración espacial de esta crece y eso genera también una tensión de desigualdad espacial.
Esto se relaciona con la concentración de la población en grandes ciudades, y la migración desde zonas rurales o ciudades más chicas.
Exacto. En países como Estados Unidos o China uno ya ve esa tensión de manera muy fuerte; hay ciudades como San Francisco, Boston o Nueva York, donde hay un desarrollo tecnológico muy grande, una atracción de talento global muy grande, un crecimiento muy grande, una presión enorme sobre el precio de los bienes raíces, que es estratosférico, pero en Misisipi o Nebraska uno no ve ese mismo dinamismo; existe una concentración espacial de las actividades que son intensivas del conocimiento. Actividades como la biotecnología se concentran en Boston mucho más que la manufactura de muebles, a pesar de que sean dos actividades que exportan y que comercian.
¿Este fenómeno es deseable, se debe considerar inevitable o es algo que habría que combatir o moderar?
Por un lado, uno tiene que darse cuenta de que es como una fuerza natural que tiene que aceptar, y después puede preguntarse si es deseable y si quiere algo al respecto. Por ejemplo, si esto es una fuerza natural que lleva a que las personas vivan en ciudades grandes, una de las cosas que uno tiene que preguntarse es cómo incluir más personas en esas ciudades, que haya buen transporte, suficiente oferta de vivienda, servicios de educación y salud. Si uno quisiera pelear esa concentración espacial, puede tratar de descentralizar y hacer crecer otros polos, pero eso puede ser difícil, dado que el conocimiento tiene esa tendencia natural a gravitar hacia lugares principales. Uno quizás puede también hacer distintos polos si es que están conectados por trenes rápidos, sistemas de transporte eficientes que permitan generar redes de ciudades que generen dinámicas virtuosas entre ellas.
¿Cómo se puede trabajar este aspecto en América Latina?
Para que América Latina llegue a la estabilidad que necesita, se requiere no sólo avances políticos, sino también una economía más diversificada y sofisticada, y eso no va a ocurrir por arte de magia ni por la magia del mercado. Va a necesitar una coordinación entre los entes públicos y entes privados para poder entrar a sectores donde hoy no tenemos la capacidad de ser competitivos. Los países que se han desarrollado lo han hecho de esa manera, sea Estados Unidos en el siglo XIX, Japón y Corea en el XX, o China en el XXI. Tienen coordinación explícita para poder ir a áreas estratégicas.
¿Las áreas estratégicas varían de una zona a otra o se pueden identificar algunas comunes en la región?
Varían de acuerdo a las capacidades locales. Porque esas capacidades locales te dicen en cuáles de todas las oportunidades tú podrías ser más competitivo, y son capacidades diversas. Algunas pueden ser recursos naturales, pero hay otras que pueden ser, por ejemplo, en el caso de Uruguay, la estabilidad política, que es una gran capacidad, porque hace que Uruguay sea ahora un lugar muy atractivo en la región para tener un centro de operaciones que maneje las operaciones en Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Perú, Bolivia, ya que uno quisiera tener esa casa matriz en un lugar con estabilidad política. Ese tipo de destrezas también importan.