A las 13.00 del martes, la planta de Maestro Cubano en Montevideo, propiedad de Grupo Bimbo, cerró de forma definitiva y 110 trabajadores fueron enviados al seguro de desempleo. La noticia fue recibida como un “baldazo de agua fría” por los trabajadores, que dos días antes habían negociado el envío a seguro de paro parcial durante noviembre y diciembre, y las licencias de enero. Si bien la empresa aseguró que la intención es reintegrar paulatinamente a los trabajadores cuando se liberen vacantes en otras plantas de producción, desde el sindicato afirman lo contrario: “La empresa quiere bajar a toda la plantilla”, dijo a la diaria Luis Ferraz, de la Organización Nacional de Obreros del Dulce y Ramas Afines (ONODRA).

“Si bien había una baja en la producción y ya había compañeros trabajando en el seguro parcial, no lo veíamos venir para nada. Cuando nos citaron el martes pensamos que era para acomodar el tema del seguro o las licencias de enero, pero se despacharon con que cerró la planta”, contó Ferraz, y fue tajante respecto de la supuesta intención de la multinacional mexicana de reinsertar a los trabajadores en el futuro: “La idea de la empresa no es reintegrar a los trabajadores; ya nos lo dijo. Nosotros le propusimos poder reinsertarlos. Ante la prensa y hacia afuera están diciendo que tienen la intención de reintegrarlos a todos. No es así”, aseguró el dirigente de ONODRA. Ferraz afirmó que desde el sindicato intentaron “revertir la situación”, pero la empresa se mantuvo “firme” en alegar que el cierre de la planta estaba mandatado desde México.

La empresa, que además de Maestro Cubano ha adquirido otras marcas y plantas de elaboración en Uruguay, como Los Sorchantes, Pan Catalán, Plucky y Ricard, aduce que el sector galletas atraviesa una “difícil coyuntura” debido a la “fuerte pérdida de competitividad que afecta a la industria local”. Como consecuencia, la producción de la planta de Maestro Cubano será derivada a otras plantas de Grupo Bimbo en Uruguay y la región. Para ONODRA, el argumento es meramente “económico” y no tiene en cuenta el factor social. “Siempre se mide desde el lado económico y no del lado social; es una característica de las empresas multinacionales. Las empresas criollas cuando están en situaciones de este tipo se preocupan por mantener al trabajador y la empresa estable, aunque deban tener menos ganancias”, reflexionó Ferraz.

Al conocer la noticia, los trabajadores ocuparon la planta y se declararon en asamblea permanente. Ante la negativa de la empresa de dar marcha atrás en el cierre, “no quedó otra que hacer una contrapropuesta con respecto a las liquidaciones de despidos, y se consiguió 80% más sobre el despido legal”, indicó Ferraz, y agregó: “Más allá de que el sindicato no negocia despidos, ante esta situación tratamos de ayudar a los compañeros a mejorar” las condiciones de este. Hasta el momento, unos 15 trabajadores aceptaron el despido, pero tienen plazo hasta el viernes para decidirlo. Asimismo, ONODRA mantiene contacto “permanente” con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y espera conseguir una audiencia con el director nacional de Trabajo, Jorge Mesa, y con otras empresas del dulce, para analizar “qué lugares hay para poder reubicar a los compañeros”.