El Senado aprobó el martes el Convenio Internacional del Trabajo sobre la violencia y el acoso, adoptado en la 108ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que se realizó este año. El texto del convenio establece que violencia y acoso en el mundo del trabajo son “un conjunto de comportamientos y prácticas inaceptables, o de amenazas de tales comportamientos y prácticas, ya sea que se manifiesten una sola vez o de manera repetida, que tengan por objeto, que causen o sean susceptibles de causar un daño físico, psicológico, sexual o económico, e incluye la violencia y el acoso por razón de género”, en tanto “violencia y acoso por razón de género designa la violencia y el acoso que van dirigidos contra las personas por razón de su sexo o género, o que afectan de manera desproporcionada a personas de un sexo o género determinado, e incluye el acoso sexual”.

El convenio se aplica a la violencia y el acoso que ocurre en el lugar de trabajo, en relación con el trabajo o como resultado del trabajo, y entre otras recomendaciones establece que todo miembro “deberá adoptar una legislación y políticas que garanticen el derecho a la igualdad y a la no discriminación en el empleo y la ocupación, incluyendo a las trabajadoras, así como a los trabajadores y otras personas pertenecientes a uno o a varios grupos vulnerables, o a grupos en situación de vulnerabilidad que están afectados de manera desproporcionada por la violencia y el acoso en el mundo del trabajo”. También expresa que los miembros deberán adoptar una legislación que exija “a los empleadores” tomar medidas apropiadas y acordes con su grado de control “para prevenir la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, incluidos la violencia y el acoso por razón de género, en particular”.