El PIT-CNT tiene una deuda que entiende necesario solucionar, y desde ese sentir surgió el Centro de Documentación de la central, que se propone servir a sindicatos y la población en general como archivo y memoria viva de la historia uruguaya. Hoy se inaugura a las 10.00 en Eduardo Acevedo 1400, con la proyección y presentación de algunos de los documentos recuperados. Dos de los integrantes del proyecto conversaron con la diaria sobre el proceso de conformación y los desafíos a futuro.
La idea nació en 2013, como iniciativa de los miembros de la comisión de fundadores de la Convención Nacional de Trabajadores (CNT) del PIT-CNT. Wladimir Turiansky, Daniel Baldassari, Hugo Bianchi y Jorge Voituret se acercaron a la Escuela Universitaria de Bibliotecología y Archivología (EUBCA) –actualmente integrada a la Facultad de Información y Comunicación (FIC)– y presentaron la propuesta al entonces director de la escuela, Mario Barité, quien constituyó un grupo de trabajo conformado por Paulina Szafran, Nilda Mila, Rodolfo Miguez y Noemí Ramírez.
En noviembre de ese año se organizó una jornada de diálogo con el entonces rector de la Universidad de República (Udelar), Rodrigo Arocena, y varios dirigentes sindicales, en la que se sentaron las bases para elaborar el proyecto. Aun así, no fue hasta cinco años después que el Parlamento aprobó por unanimidad los fondos al Ministerio de Educación y Cultura y al Archivo General de la Nación para iniciar el centro, en el entendido de que tanto los partidos políticos como el movimiento sindical son las dos grandes instituciones fundacionales de la república.
“Recuperar para el movimiento obrero su memoria es en sí un ejercicio de justicia, conocer el rol que los trabajadores sindicalizados han cumplido en la construcción de valores como la democracia, la solidaridad y la justicia social, resaltar su profunda vocación pluralista en la que se inscriben la búsqueda, la concreción y la permanencia de la unidad en la diversidad, y su tradición autónoma, que le ha permitido mantenerse independiente –pero no indiferente– del Estado y los partidos políticos, rescatando su compromiso con las libertades y resaltando su capacidad de elaboración política y programática, son los propósitos que nos comprometen con este proyecto”, establece el grupo fundador en un documento que justifica la creación de un centro de documentación que cumpla con las funciones de archivo histórico y biblioteca de la institución, y dé cuenta de la historia de la central sindical a la vez que se constituya en un área que facilite y potencie su rol principal.
La instalación de un Centro de Documentación pretende servir para hacer “conocer, divulgar, educar sobre la historia de la clase trabajadora, su protagonismo en las luchas sociales y políticas y en la elaboración de soluciones frente a las crisis, reconstruir los recuerdos, los testimonios, la identidad, el orgullo y la conciencia de pertenecer a ella”, se sostiene en el documento. También se entiende como un aporte decisivo a los programas de formación sindical que desarrolla el Instituto Cuesta Duarte.
Los archivos y el proceso de conservación
El Centro de Documentación contendrá información histórica del movimiento sindical y funcionará en dos áreas: la biblioteca especializada en el área sindical –experiencia inédita en el país–, que incluye libros de historia y derecho laboral, seguridad en el trabajo, publicaciones hechas por propios sindicalistas, entre otros; y el archivo, que abarca todos los documentos que se produjeron o producen en cualquier soporte de registro.
Ramírez, archivóloga del centro, contó que el acervo actual consiste en colecciones donadas por particulares de libros, video, fotos, películas y audios. La pieza más vieja data de 1945 y consiste en “un afiche de la policlínica de los textiles” y “un boletín que anuncia su inauguración”, dos antecedentes de organización de los trabajadores previo a la conformación de la CNT en 1964; los más interesantes para esta archivóloga son los comunicados de la CNT de 1968 y 1969 sobre la huelga general.
Después de recibir los documentos, el primer paso consiste en clasificar y ordenar, limpiar con la miga de la goma de borrar las manchas o tierra que puedan tener, quitar las grapas, por el daño que provoca la interacción entre el ácido del papel y la corrosión del metal, y también las cintas adhesivas, porque desprenden ácidos que deterioran la calidad. Se reparan las roturas que existan y se coloca la pieza en una bolsa de propileno dentro de una caja. A partir de esto se genera un inventario con nombre y serie, en un vocabulario que sirva para sistematizar y acceder de manera sencilla al archivo.
La FIC está colaborando en la digitalización de toda la documentación: estudiantes de las carreras de Archivología y Bibliotecología intercambiarán trabajo por créditos en la carrera. También colaborarán con la tarea integrantes del movimiento sindical capacitados previamente en talleres de cuatro clases teóricas y prácticas sobre las herramientas necesarias para organizar y gestionar, que comenzarán en junio.
Para Ramírez, la inauguración es un empuje necesario para poner el tema en la agenda pública: la necesidad de contar con una adecuada gestión de archivos. También asegura que, en este sentido, la interacción con su público objetivo y con centros documentales de centrales sindicales de otros países será “clave” para posibilitar una retroalimentación y mantener el compromiso.
A su vez se apuesta a que cada sindicato tenga su propio centro de documentación, porque se entiende que la historia de cada uno es fundamental, y además se pretende promover esta responsabilidad en cada interna. “Hay algunos sindicatos como el de salud pública, el SUNCA [de la Construcción y Anexos], la UNMTRA [del Metal y Ramas Afines] y AEBU [de Empleados Bancarios] que han hecho avances. Durante estos años se han hecho trabajos de recuperación y hay sindicatos que organizaron en alguna medida sus archivos, pero necesitamos que eso se dé en cada rincón, y para esto pensamos que el Centro de Documentación puede tener un papel de catalizador en la recuperación de todo lo que está disperso”, sostiene Voituret, de la comisión de fundadores de la CNT.
De momento –por este año y el que viene, al menos– el centro funcionará donde se ubicaba el Observatorio Luz Ibarburu –una casa antigua–, y esto genera preocupación por no contar con las condiciones necesarias para la conservación de los archivos.
Si esa será la sede física, los integrantes consideran importante “trascender las fronteras de lo físico” y “usar a nuestro favor las tecnologías de la información”, establece Ramírez, quien cuenta que además del software libre desarrollado por el Consejo Nacional de Archivos habrá una plataforma que gestione los contenidos para que se pueda acceder de forma remota.
Los primeros proyectos
Los primeros dos proyectos del proyecto consisten en una sistematización de las notas de prensa sobre el 1º de mayo entre 1964 y 1973, cuando funcionó la CNT, trabajo que se apuesta a seguir con otros períodos y sobre el que actualmente están trabajando ocho estudiantes de la FIC; y la digitalización y tratamiento del audio del 1º de mayo del 1983, recuperado por Carlos Bouzas, histórico dirigente de AEBU, que durante la dictadura fue el referente de la CNT en España y recibió un casete con el audio por encomienda.
La comisión de fundadores también está trabajando en una película que registre la jornada ese día por medio de la recuperación de un archivo fílmico en súper 8. La historia es curiosa: “A Fernando [Pereira, presidente del PIT-CNT] le gusta recorrer las ferias buscando cosas que pertenecieron al movimiento sindical, y en uno de sus recorridos por la feria de Larravide y 8 de Octubre ve en una manta una caja de plástico que decía ‘1º de mayo del 83’. La compró y resultó que era la cinta original de la película robada a uno de los miembros del grupo Hacedores del Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT)”, cuenta Voituret. A partir de esto, se hizo un convenio entre la Udelar, la Universidad Católica, la Universidad de Udine de Italia y la Universidad de Escocia para digitalizar y recuperar el archivo e incluirlo en la película, que además contará con entrevistas a dos de los oradores del acto: José Pedro Ciganda y Richard Read, y otra a Rodolfo Porrini, historiador que se encargará de contextualizar el acto.
Recuerdos de mayo del 83
Si bien estaba preso cuando sucedió, Voituret tiene una opinión consolidada sobre aquel domingo 1º de mayo de 1983: “[Fue] uno de los jalones de la derrota de la dictadura, un acto muy importante y simbólico porque expresa la unidad del movimiento sindical. Los compañeros fueron a pedirle a la Jefatura de Policía para hacer el acto como PIT, porque como CNT no los iban a dejar, pero en los hechos ya era el PIT-CNT. Pidieron para hacerlo en [el cruce entre] Colonia y Agraciada, donde siempre se hacía, y eso se lo negaron. En cambio, le autorizaron el Palacio Legislativo porque pensaron que iban a quedar perdidos en la gran explanada, pero la realidad fue todo lo contrario: se llenó totalmente, y eso fue un símbolo, porque no acudieron sólo los trabajadores y los sindicatos, sino también los estudiantes y el pueblo en general. Desde el punto de vista de lo que significó la dictadura, en el arrasamiento contra la democracia, el movimiento sindical fue la única institución que mantuvo su unidad”, concluyó.