La Cooperativa Fuente de Salto (Cofuesa) abrió sus puertas en 2002, cuando la empresa de refrescos Urreta se fundió y tuvo que ceder sus máquinas y el arrendamiento de la planta a sus empleados, durante 15 años, como parte del pago de sus deudas. Con el auge de las ventas en ese entonces, los trabajadores abrieron una empresa tercerizada (Ceceyo), encargada de la distribución. El conflicto entre Cofuesa y los trabajadores de esta empresa comenzó en 2015, cuando se creó el sindicato de distribuidores, según uno de los ex empleados, Juan Carlos Albano. Desde entonces, “siempre estuvieron tratando de despedirnos”, explicó.

Cuando el plazo del arrendamiento terminó, Cofuesa tuvo que cambiar la ubicación de su planta y gestionar créditos para rearmar la fábrica. “En 2017 nos despidieron a todos y, después de una ocupación, logramos recuperar los puestos de trabajo”, recordó Albano. La propuesta de los trabajadores en ese momento consistía en crear una empresa autogestionada para seguir distribuyendo el producto, por lo que conversaron con profesionales del Fondo para el Desarrollo para que analizaran la viabilidad del proyecto. “La empresa [Cofuesa] nos seguía diciendo que sí, que iba por ahí”, dijo el ex empleado. Pero en mayo de este año, mientras los trabajadores seguían avanzando en su propuesta, se enteraron de que Cofuesa había entregado la distribución a otra distribuidora: Nortec.

La última reunión con Cofuesa fue este viernes y en esa instancia la empresa “todavía no oficializó” el despido de los distribuidores, El dirigente sindical cree que ese mensaje se comunicará el 22 de julio, durante la reunión tripartita que ambas partes tendrán en la sede de la Dirección General de Trabajo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Hasta el momento, la preocupación de los trabajadores, según Albano, es que el presidente de Cofuesa “nos dice que no nos va a pagar lo que nos debe”, y “nos está debiendo los aguinaldos”.

La semana pasada, Cofuesa cortó la producción: desde el martes no abrió su fábrica. El presidente de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida, Fernando Ferreira, dijo desconocer los motivos por los que no operó la empresa.