La Cooperativa Nacional de Façoneros de Pollos Unidos (Conafpu) y las sociedades de Fomento Rural (SFR) Tapia, San Jacinto, San Bautista, Santa Rosa, Los Arenales y Migues concretaron una alianza estratégica para la compra colectiva de insumos, que comenzó con la adquisición de ración animal y continuó con la compra de fertilizantes y de semillas. El presidente de Conafpu, Daniel Pereyra, contó a la diaria que la iniciativa surgió de su cooperativa “porque en los estatutos está lo de fomentar el cooperativismo, y no necesariamente el cooperativismo es ser una cooperativa, sino que es cooperar”. “Con ese mandato de los estatutos empezamos a trabajar con las organizaciones de la zona donde está la cooperativa, que son estas SFR. Primero con un grupo de Whatsapp, tratando de coordinar algo, pero no se había podido hacer nada, hasta que el tema de la sequía fue el desencadenante y dijimos: ‘Ahora sí vamos a ponernos las pilas’”, dijo Pereyra. Tanto Conafpu como las SFR que se aliaron están desplegadas en el noreste de Canelones y unen a productores de diversos rubros, pero todos de pequeña o mediana escala. Algunos integrantes de Conafpu son a su vez socios de alguna SFR, la correspondiente a la zona donde producen. Con la primera compra en conjunto se “logró conseguir un buen insumo y abaratarlo. Primero fue alimento para los animales, se hizo una segunda de fertilizantes, y después una de semillas de los verdeos de verano, como moha, sorgo, sudangrás y maíz”.

Para Pereyra, “cada compra significó un ejercicio y mucho trabajo”. “No fue levantar el pedido a los productores, llamar al proveedor y está, hubo que ponerse de acuerdo en un montón de cosas, como la presentación, si la bolsa tiene cinco kilos más o cinco kilos menos...”, sostuvo. Pero la experiencia sirvió, y ahora están viendo la posibilidad de profundizarla, por ejemplo, “previendo el verano y la falta de agua”. “Hay pocas fuentes de agua y se podría hacer una coordinación de limpieza de tajamares y contratar a una empresa que brinde los servicios de limpieza. Estamos pensando en armar algo con eso y luego pensar otra vez en el ciclo del invierno, con alimentación, semillas de invierno y fertilizantes”, añadió.

El presidente de Conafpu aseguró que pudieron superar todas las dificultades que surgieron durante el proceso, como por ejemplo la de un comprador que hizo un pedido importante y después de que se hizo la adquisición retiró la compra para hacer fracasar la iniciativa, pero los demás pudieron colocar ese remanente “con otros productores y hacer el negocio igual”. Para Pereyra, hicieron el ejercicio de conocerse entre quienes, a pesar de estar separados entre sí por sólo diez kilómetros, nunca habían trabajado en conjunto.

Otro de los aspectos en los que quieren profundizar es la comercialización de sus productos, explorando en asociaciones con los pequeños comerciantes. “El comerciante chico compra el producto más caro que las grandes superficies; es lo mismo que le pasa al pequeño productor, al que le cobran todos los insumos más caros. Estaría muy interesante que pudiéramos coordinarnos con los pequeños comerciantes para no pasar por los sobrecostos que hay en la intermediación. Ponernos en contacto con comerciantes chicos de Ciudad de la Costa, de la zona este de Canelones. A veces un producto nuestro viaja 48 horas hasta el Mercado Modelo, luego 48 horas de vuelta hasta Ciudad de la Costa, y no sólo se encareció en el camino, sino que perdió frescura”, planteó.

Las compras realizadas en conjunto se organizaron en un proceso en el que los potenciales proveedores realizaron una licitación que derivó en un análisis de las ofertas y en la adjudicación de la compra. Además, una vez determinado el precio más conveniente para la adquisición de los insumos, se le adicionó 3% para volcar a las finanzas de las organizaciones para los gastos de funcionamiento.

En comparación con los precios que pagaban habitualmente por los insumos, en la compra de los alimentos para los animales los productores consiguieron un ahorro de 35%, mientras que en las adquisiciones de fertilizantes y semillas el ahorro fue de 10%.

La presidenta de la SFR Los Arenales, Yanina Curbelo, dijo a la diaria que la alianza “ha sido una experiencia nueva” y que fue “un éxito”. “Hubo una gran respuesta de los productores, lo que para nosotros era un desafío debido a la logística. Y decidimos seguir apostando, más que por una problemática puntual, a seguir logrando bajarles los costos a los productores. Estamos contentos por eso”, destacó. Considera que es importante que los productores sientan que las organizaciones no están sólo para vehiculizar demandas y recibir subsidios de los organismos públicos, sino también para hacer más cosas juntos. “Estamos mostrando a los productores que somos mucho más que eso, que podemos tener una incidencia en mejorar su producción gracias a poder trabajar en conjunto con otras organizaciones y lograr apoyos por nosotros mismos”, agregó.

Consultada sobre su rol como joven mujer rural –Curbelo tiene 27 años– al frente de una SFR, expresó que cuando accedió al cargo “fue todo un desafío” porque era “muy chica”, y no sabía si iba a “poder con la responsabilidad”, pero después se dio cuenta de que no sólo le gustaba, sino que tenía “un gran equipo atrás”, que siempre la ha apoyado y nunca “hubo un no o un palo en la rueda”. “Las mujeres le damos otro pienso a la ruralidad, y es importante que se animen a ser parte de las organizaciones y a proponer, porque salen cosas muy buenas”, consideró.

Ni corderos y ni lechones

Pereyra dijo que también ha surgido preocupación entre los productores familiares por la posibilidad de que este fin de año no puedan comercializar lechones y corderos. “Hay muchos productores que crían y faenan diez o 15 corderos o lechones de su propiedad y los venden a vecinos y conocidos en las fiestas, con lo que pagan un montón de cuentas, pero existe preocupación en la zona porque habrían detenido a algún productor y lo habrían formalizado por faena clandestina y por abigeato, y eso ha generado gran malestar. La idea es plantear el tema en el Parlamento para que se busque alguna solución y se pueda comercializar. A los productores no les sirve vender los animales en una feria o un frigorífico, porque no ganan nada. En el noreste de Canelones es impresionante cómo se ha desarrollado el cordero, y para los productores chicos la venta de una docena de animales a fin de año es como un aguinaldo”, explicó.

Consultado por la diaria, el comisario mayor Williard González, que desde agosto está al frente de la nueva Dirección Nacional de Seguridad Rural, aclaró sobre este tema que está circulando un video en el que “una mujer manifiesta que se procesó a alguien por faena clandestina asociada a abigeato”, pero se trata de “delitos diferentes”, y en el mismo video se asegura que “la faena clandestina es una falta”, cuando por “una ley bastante antigua” es considerada “un delito, penado con pena de prisión”.

González dijo que tiene claro que en el departamento de Canelones “se han hecho dos operativos vinculados”, uno al delito de faena clandestina y otro al abigeato, y que se formalizó “a una o dos personas”. “La faena clandestina habitualmente ocurre durante todo el año, pero principalmente sobre las fiestas tradicionales de Navidad y Fin de Año. Faenar a un animal propio para su comercialización es una faena clandestina, que es un delito. Un abigeato es una persona que se apropia o le da muerte a un animal ajeno. Ha habido una confusión de interpretación de lo que sucedió”, explicó el director nacional de Seguridad Rural. Aseguró que “no es que la legislación antigua haya sufrido modificación últimamente, sino que la Policía ha tomado conocimiento de algunos eventos y ha dado cuenta a la Fiscalía, como corresponde”. Para el comisario mayor, la faena clandestina es “una costumbre”, y tal vez ahora “haya mayor presencia policial” y se haya intervenido “en alguna faena clandestina que en algún momento no se percibía”.

Dados los reclamos de los productores, el senador del Partido Nacional Sebastián da Silva presentó una nota en la que expresa que la cría y la reproducción de cerdos es “una digna forma de incrementar el ingreso y afincarse en el medio rural”, por lo que apoya que los pequeños productores “encuentren un nicho de mercado en esta zafra de ventas caseras de fin de año, para tener una ínfima liquidez en el ejercicio anual”, y reivindica “el derecho de los consumidores de optar por la compra a un vecino de estos elementos centrales en el plato de las familias en fechas tan particulares”.