“Vamos a seguir con la obra pública respaldando la fuerte inversión privada”, dijo este jueves el nacionalista Enrique Antía, en el acto en que asumió su segundo mandato en la Intendencia de Maldonado. Además, aseguró: “Una de las fortalezas del gobierno ha sido la solidaridad, y vamos a ser más solidarios que nunca para que no se nos quede nadie en el camino”. En esa línea, anunció que se buscará garantizar el trabajo y se continuará con los descuentos y tasas especiales para favorecer la inversión. Mientras Antía realizaba su discurso, integrantes del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA) se manifestaron contra el jerarca tirando bombas de estruendo y tocando bocinas.

Michael Pistone, secretario general del SUNCA de Maldonado, dijo a la diaria que querían dejar de manifiesto que no estaban apoyando a Antía. Cuando terminó el acto, en la cancha de tenis del Campus de Maldonado, ingresaron dos sindicalistas a hablar con el intendente, después de pasar por un protocolo correspondiente para prevenir contagios por covid-19. Según contó el sindicalista a la diaria, el primer punto de la carta que le entregaron fue el que más discrepancia generó con el jefe comunal.

El punto planteaba la situación de 127 trabajadores despedidos el miércoles; por esto los integrantes pedían una mesa de diálogo “con el fin de que se vuelvan a retomar las tareas”. Pistone contó a la diaria que el intendente aseguró que no había despidos. “Según entendía él, nosotros debíamos estar agradecidos porque entendía que habían hecho gestiones en estos años para sostener puestos de trabajo; nosotros le decíamos que no había nada que agradecer, porque se perdieron puestos de trabajo y se prometieron obras que nunca arrancaron. Hasta nos discutió un poco; decía que los 127 trabajadores y trabajadoras a los que cesaron no estaban despedidos”. El integrante del SUNCA contó que a estas personas se les dio la finalización del contrato, y en el Banco de Previsión Social (BPS) figuran como despedidos. Hoy los integrantes del sindicato tendrán una reunión con Alejandro Lussich, ex director general de Vivienda, Desarrollo Barrial y Salud. “En ese momento él [Antía] no tenía ninguna solución, pero insistió en que no había despidos”, dijo Pistone.

Aunque estas personas estaban contratadas por una gestoría que administra los recursos de la comuna, “los trabajadores en realidad responden a la Intendencia. Cuando discutían algo de la obra lo hacían con la comuna”, expresó Pistone.

Los otros puntos reclamados fueron: “Saber qué tipos de inversiones públicas se van a hacer en el departamento”; dialogar sobre las obras con excepciones, “cuántos metros cuadrados se proyectan de construcción para Maldonado el año que viene, qué cantidad de puestos de trabajo en promedio, y cuándo darían comienzos esos proyectos”.

En el último punto pedían la conformación de una comisión anexa a la de la Junta de Maldonado con la participación del SUNCA para que los trabajadores puedan saber si el inicio de las obras “se cumple en tiempo y forma”. Además, pedían que esta comisión constate que se contraten mujeres, “ya que en años anteriores no se cumplió ni con el ingreso ni con los porcentajes, y lo mismo para el ingreso de personas con discapacidad”.

Según dijo Pistone, Antía admitió estos puntos y “en lo único en que no estaba de acuerdo era en que los compañeros habían sido despedidos”.

Sobre la situación actual de la construcción en Maldonado, dijo que hay 3.400 personas en el rubro; el pico máximo fue en 2012, cuando trabajaban 9.000 personas, y en 2016 se dio el pico más bajo, cuando estaban empleadas 2.300 personas, aproximadamente.

“Es un número variable de cara al inicio de la temporada, que será buena o mala, pero siempre se aceleran las finalizaciones de las obras”, dijo. El integrante del SUNCA estimó que tendrán más problemas de empleo en enero, febrero y marzo, porque “las obras de gran porte estarían finalizando a fin de año, y no vemos a corto plazo que la Junta despegue un poco con algunos proyectos grandes. Sabemos que los procesos son largos. Si nos dicen que en abril arranca una obra, recién van a tomar trabajadores cuatro o cinco meses después”, contó.

Pistone aseguró que el problema que trajo el cierre de fronteras por el coronavirus no sólo afectará a los trabajadores de la construcción por falta de obras, sino a los que durante la temporada se dedican al comercio y los servicios. “Capaz que más a futuro nos afecte la falta de algún inversionista, pero tenemos el problema de que el trabajador de la construcción cambia de rubro en el verano y la pandemia va a repercutir”, estimó.

El integrante del SUNCA dijo que apuestan a la inversión pública para poder mantener su trabajo.