Desde las primeras horas de la tarde del jueves hasta las dos de la mañana del viernes, representantes de UPM, de las empresas constructoras y del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA) estuvieron negociando un preacuerdo para fijar las condiciones de trabajo para los próximos 12 meses. Este viernes, en tres asambleas, los trabajadores aprobaron las medidas negociadas.
Pablo Argencio, responsable de la Secretaría de Relaciones Laborales del SUNCA, dijo a la diaria que se trata de un acuerdo que lleva dos meses de negociaciones y que genera algunas condiciones más beneficiosas en comparación con el convenio general del sector.
Argencio dijo que algunos de los elementos centrales son la seguridad y la higiene. “Esa es una obra muy compleja, por la cantidad de trabajadores [1.800] y por las distancias entre las distintas obras. Es una planta que tiene casi 13 kilómetros”, lo que genera problemas de seguridad, explicó. “La obra contará con cinco delegados de seguridad en esta etapa y eventualmente se conformará una comisión de seguridad para seguir con el monitoreo cuando se vuelva más compleja. Lamentablemente, hemos perdido a algún compañero en la construcción de las papeleras anteriores, por lo que queremos empezar a generar las condiciones para que eso no nos pase”, agregó. El integrante del SUNCA aclaró que por ahora, y aunque las obras empezaron hace un año con la remoción de tierra, la siniestralidad es muy baja.
De acuerdo con Argencio, se continuará trabajando con el protocolo para evitar contagios de covid-19 que fue establecido en marzo. “Los trabajadores de esta planta se trasladan desde diferentes localidades y van en un ómnibus con la mitad de la capacidad, respetando las distancias sanitarias recomendadas por el Ministerio de Salud Pública”, dijo. Además del uso obligatorio de tapabocas durante las horas de trabajo, también se respetan las distancias en los comedores, hay alcohol en gel disponible y se desinfectan los baños y los vestuarios. “En ese sentido tenemos un protocolo muy estricto y se cuida mucho”, comentó.
Otro de los puntos negociados fue el ingreso de mujeres a las obras. “Es democratizar el derecho al trabajo. La Constitución es clara cuando dice que el Estado tiene que garantizar la posibilidad de los habitantes de trabajar, pero muchas veces pasa que hay distintos tipos de discriminación. Un ejemplo son las mujeres. La industria de la construcción no está pensada para mujeres, por responsabilidad del patriarcado en el que nos criamos”, dijo Argencio. “Desde hace mucho estamos peleando por su inclusión. Lo que a veces se consigue es que en una obra pública, si es por sorteo, alguna compañera entre de peona. En esta obra ya tenemos al día de hoy varias compañeras trabajando (camioneras, maquinistas, herreras y peonas), pero peleamos para que se asegure un piso mínimo, ya que la única diferencia con los trabajadores hombres es que hay que tener vestuario y un baño diferente”, afirmó.
En esta etapa los trabajadores lograron acordar que haya un mínimo de 25 mujeres, que ingresarán antes del 31 de julio. En la actualidad hay 15 sólo en la obra, ya que se suman otras en áreas como catering o servicios de prevención. Si bien 25 parece una cifra pequeña en el total de 1.800 trabajadores, el integrante del SUNCA dijo que van a seguir insistiendo en que entren más y aclaró: “En la papelera anterior, entre mujeres, personas con alguna discapacidad y gurises del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente [INISA] logramos que se firmara un piso de 15. En esta primera etapa logramos un piso de 25 exclusivamente de mujeres”.
Argencio comentó que para las personas con alguna discapacidad, para los adolescentes del INISA y para las personas liberadas del Patronato Nacional de Encarcelados y Liberados se establecieron 30 cupos. Esto se acordó con “la lógica de que en materia de seguridad ciudadana no se resuelven los problemas con más palo, sino con más trabajo”, dijo. El sindicalista aclaró que lo ideal es que entren un mínimo de diez personas por cada uno de estos grupos, pero dijo que el Programa Nacional de Discapacidad no tiene registrado personal con alguna discapacidad en la zona, por lo que se llenarán esos cupos con otros trabajadores.
El integrante del SUNCA informó que entrará por sorteo la totalidad del personal contratado en la categoría peón práctico, 50% en la categoría de medio oficial, y 25% en las demás. “Ninguna obra dice que no toma personas mayores de 50 años, pero los compañeros tienen tres veces más problemas para conseguir empleo que los menores de 50, y queremos generar una apertura en ese sentido”, agregó.
También se crearon comisiones para generar mejores condiciones en la vivienda y la alimentación, así como en la cultura. Sobre la negociación con los representantes de las empresas, dijo que fue compleja pero se alcanzaron acuerdos para esta primera etapa, aunque aclaró que habrá otra instancia cuando inicie la construcción.