La forma de trabajar cambió drásticamente con la llegada del coronavirus al país. Las prácticas laborales se modificaron para adecuarse a los protocolos sanitarios y garantizar el cuidado de los trabajadores: el teletrabajo pasó a tener un rol primordial, se implementaron turnos rotativos, se comenzó a controlar la temperatura y a aplicar alcohol en gel cuando se ingresa al local. Estos cambios aparecen ilustrados en el informe “La organización del trabajo y los cuidados sanitarios en contexto covid-19 en Uruguay”, elaborado por María Julia Acosta, directora del Área de Desarrollo Social de Equipos Consultores, en el que se da cuenta de los cambios en la forma de organizar el trabajo por parte de las empresas y el impacto en algunos trabajadores que viven una “situación de vulnerabilidad” no sólo por lo que refiere al trabajo sino también “respecto a la seguridad y salud en este contexto”.
A partir de los datos obtenidos del Monitor de Trabajo de noviembre del año pasado, el informe muestra cuál fue la “incidencia de prácticas de cuidado en los lugares del trabajo” desde el inicio de la pandemia. Se advierte una “disminución general” a partir de setiembre de algunas prácticas, que va en consonancia con la “disminución de la atención colectiva dada al tema ‒tal como señalan los distintos estudios de opinión pública‒ y a la flexibilidad en la aplicación de las medidas en función de cierta creencia colectiva de tener la expansión del covid-19 relativamente controlada”.
Es así que se detalla que en marzo los lugares de trabajo habían implementado “buena parte de las medidas”, como “la desinfección de los lugares comunes, la suspensión de reuniones presenciales y de viajes”, pero se observa que la mayor parte de la aplicación de medidas para fomentar el cuidado comienza a disminuir a partir de setiembre.
Otro aspecto que se destaca como uno de los más “significativos” del informe es el que refiere al impacto de la pandemia en la rutina laboral: “Se desprende que casi un 40% de trabajadores declara que el covid-19 no ha tenido afectaciones a su rutina, y sigue trabajando de la misma forma. Este dato es muy relevante en la medida que se complementa con otros que son indicativos del riesgo sanitario en el que muchos trabajadores se encuentran y que debiera significar una alerta”.
El informe también muestra que existen diferentes impactos en el trabajo según el tipo de trabajador, a lo que llama “afectaciones de cuidado”. “Los datos muestran que son los trabajadores que realizan tareas manuales rutinarias los que manifiestan una menor afectación en la rutina de su jornada laboral: un 46% de ellos declara que su rutina laboral no se ha visto afectada versus un 26% de quienes realizan tareas intelectuales. Quienes realizan tareas intelectuales también declaran trabajar físicamente más alejados de sus compañeros y compañeras que antes en mayor intensidad, casi un 40% frente a un 31% de quienes realizan tareas manuales rutinarias”, se sostiene en el informe.
El informe indica que uno de cada tres trabajadores reconoce que trabaja más alejado de sus compañeros que antes. En el caso de los trabajadores que desempeñan tareas de “alta proximidad” con personas, sólo 24% afirmó en noviembre que trabaja más alejado de los demás que antes.
El trabajo también muestra las diferencias en el impacto de la jornada laboral entre los trabajadores formales e informales. Mientras que 60% de los trabajadores formales deben cumplir con medidas de protocolo de higiene, sólo 40% de trabajadores informales afirma lo mismo.
Según el informe, existen “condiciones diferenciales” en cuanto a las medidas sanitarias para los trabajadores. En ese sentido, se advierte que tanto las mujeres trabajadoras como los trabajadores con niveles educativos más bajos son los que están expuestos a mayores riesgos por las medidas de higiene adoptadas por las empresas.
El informe destaca que la pandemia ha dejado a la vista las diferencias ya existentes y otras nuevas en cuanto a la organización del trabajo. También se advierte que los trabajadores han quedado “expuestos a prácticas de gestión heterogéneas bajo las cuales se encuentran en mayor riesgo”, y se menciona a los trabajadores que realizan tareas manuales, de contacto cercano y los trabajadores que “están insertos en el sector comercio, restaurantes y hoteles”.
“Sin embargo, tampoco puede creerse que los problemas se concentran sólo en algunos sectores de actividad o en un contingente particular de trabajadores; por el contrario, en todos los sectores de actividad y tipos de trabajo pueden verse prácticas diferenciales que evidencian situaciones de riesgo sanitario para los trabajadores. Esto, sin duda, es un desafío para pensar e implementar medidas de contención de la pandemia en el país, pero urge tenerlo en cuenta”, concluye el informe.
Los datos
La encuesta del Monitor de Trabajo se llevó a cabo en la web “en una muestra no probabilística utilizando la publicidad en redes sociales (Facebook e Instagram) para su distribución”. 616 trabajadores componen la muestra, que fue “ponderada por edad, sexo, región, nivel educativo, condición de actividad y sector con base a la Encuesta Continua de Hogares 2019 del Instituto Nacional de Estadística”, se afirma en el informe.