Para la tarde noche de este miércoles el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) pronosticó precipitaciones y tormentas, con neblinas y bancos de niebla con viento noreste de entre diez y 40 kilómetros por hora y ocasionales rachas fuertes en áreas de tormentas. César Rodríguez, integrante de la Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines (Unatra), dijo que en estas condiciones los productores de ovinos, por ejemplo, toman precauciones, puesto que hay varias alertas meteorológicas emitidas por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) pensadas para evitar perjuicios en la producción. Por ejemplo, en el caso de las ovejas se avisa cuando habrá abundantes lluvias y se les advierte a los productores que están haciendo tareas de esquila. “Esto se hace para tomar medidas de manejo para cuidar a las ovejas recién esquiladas, pero no están vinculadas al relacionamiento laboral. Nosotros pedimos que estén vinculados a la actividad al aire libre, porque los hechos fatales ocurren todos los años”, dijo, en referencia a los trabajadores rurales que han fallecido mientras cumplían tareas a la intemperie en condiciones meteorológicas adversas. Todos los años se producen muertes de trabajadores rurales porque son alcanzados por rayos o porque son arrastrados por una crecida al intentar cruzar una corriente o salvar a un animal.

Unatra averiguó que Inumet tiene un listado de instituciones a las que les brinda un pronóstico con cinco días de anticipación, con la condición de que la información sea reservada. A pesar de que esta posibilidad está abierta para que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) acceda a estos pronósticos, el problema es que las patronales no están dispuestas a modificar las actividades, según el sindicato.

“Nos encontramos con una posición cerrada”, dijo Rodríguez, y aseguró que el argumento es que las alertas son muy generales y que cada actividad y empresa tiene una realidad diferente. “Lo que decimos es que está bueno incorporar la experiencia acumulada en cada zona; si bien es imposible hacer un protocolo particular para cada empresa, hay que hacer uno general”, comentó.

Rodríguez agregó que en la octava ronda de Consejos de Salarios, en 2020, se abrió un espacio de negociación en el subgrupo de plantaciones de arroz. Lo que los integrantes del sindicato esperaban era que se cumpliera con el monitoreo a las empresas rurales, tal como señala una ordenanza del Ministerio de Salud Pública (MSP) que obliga a las empresas a hacer un relevamiento del estado de salud de los trabajadores cada seis meses. “Eso nunca se ha realizado”, y estaba enfocado al estado de salud de los trabajadores rurales que tienen contacto con agrotóxicos, comentó Rodríguez. “El argumento de las patronales en ese momento fue que no era un tema para la ronda de negociación salarial sino para una comisión tripartita de salud y seguridad laboral”, y en eso se trabajó en este año y medio, sin que se llegara a un acuerdo. “Ahora la pelota está en la cancha de las gremiales empresariales”, sostuvo.

Propuestas varias

En este tiempo tanto el MTSS como la Unatra presentaron documentos. En mayo los trabajadores formularon 16 reflexiones sobre el trabajo al aire libre. En el texto manifiestan su preocupación por la lentitud del proceso y especifican cómo deberían ser modificadas algunas resoluciones para que estén incluidos todos los fenómenos meteorológicos, pero también señalan que la suspensión del trabajo al aire libre “no exime al trabajador de realizar cualquier otra actividad dentro de su categoría laboral que le sea señalada por el empleador. El empleador no se exime del cumplimiento de sus obligaciones como el pago de la jornada”.

El MTSS también hizo sus propuestas, y los trabajadores estaban dispuestos a trabajar sobre estas, comentó Rodríguez. En el texto, la Inspección General del Trabajo y la Seguridad Social señala que “cuando existan factores meteorológicos como lluvias, viento u otros, que por su magnitud comprometan la seguridad de los trabajadores rurales, se dispondrá la suspensión de las tareas mientras subsistan tales condiciones”, y que “las empresas deberán elaborar protocolos de actuación en función de las condiciones climáticas [...] los referidos protocolos deberán contener, como mínimo, las medidas a adoptar según los fenómenos meteorológicos y sus consecuencias, sistemas de comunicación en caso de emergencias; planes de emergencias y contingencias; e instancias de formación y capacitación”.

A su vez, la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (Inddhh) emitió resoluciones sobre el trabajo rural a la intemperie. En agosto de 2020 inició una investigación de oficio por el fallecimiento de trabajadores, en 2019, mientras realizaban trabajos en medio de alertas meteorológicas. En esa resolución dicen que el Estado uruguayo “no ha cumplido con su deber de prevención, generándose así un riesgo serio de afectación del derecho a la integridad física, psíquica y moral de los trabajadores asalariados rurales”.

En tanto, el 27 enero de 2021 la Inddhh emitió otra resolución ante la muerte de otro trabajador; en ese texto dice que es necesario un cambio normativo que contemple lo recomendado por la institución en la resolución N° 855/2020 “para una mejor protección de los derechos humanos”. “Se solicita en consecuencia a ese Ministerio [de Trabajo] que en el plazo de 15 días hábiles indique las medidas a disponer para el caso que la Comisión Tripartita de Salud y Seguridad del Sector Rural no tome ninguna resolución para reglamentar el trabajo rural al aire libre bajo alerta naranja o roja decretada por Inumet”.

Como consecuencia de esta situación, la tripartita rural está suspendida hasta que las gremiales empresariales respondan al documento presentado por la Unatra. Mientras, la Unatra se reunirá con la Inddhh para intercambiar sobre el tema.