¿A qué te dedicás y desde cuándo?
Soy joyero artesanal desde hace unos 20 años.
¿Cómo afecta la pandemia tu trabajo?
En lo laboral me afectó bastante. Los locales con los que trabajo están cerrados, sigo trabajando con clientes de hace años, pero desde que se instaló la pandemia hay ingresos que no tengo más.
En lo personal, el tiempo me afectó mucho; tengo una hija de ocho años y con las clases virtuales soy padre y maestro, porque tengo que estar ahí presente para ayudarla con los deberes, con el apoyo en general. Eso lleva a que mis horas de taller que eran de ocho o nueve horas, se redujeron a tres o cuatro horas y al horario que puedo.
¿Qué cosas habría que hacer para mejorar tu rubro?
Que la gente consuma y se vuelque a lo artesanal, que lo valore. Todo bien con lo industrial, que se compra afuera, todo bien con los anillos que traen de China, de India, que salen 20 pesos, y acá te los venden a 3.000, pero podés comprarte un anillo hecho acá, hecho por un artesano, con un diseño único por 1.500 y no por 3.000.
¿Qué te parece que va a pasar en el futuro con la covid-19?
Y lo que va a pasar a futuro es lo que va a dejar esta pandemia. ¿Qué va a ser? Caos, inseguridad, incertidumbre, porque hoy o mañana puede aparecer otro covicho, porque se habla de todo y no sabemos nada. Se habla de que fue un murciélago, se habla de que se escapó de un laboratorio, capaz que dentro de 20 años –capaz que yo me muero y no me entero, pero mi hija sí–, se sabe qué pasó con el virus y de dónde salió, si fue a propósito, si es algo que está fuera de control. Es una incertidumbre total. Lo que sí seguro va a pasar y se está viendo es falta de trabajo, hambre y toda la crisis económica que va a traer. Esto recién empieza.
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