Este lunes fue electo presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF, porque es una ampliación de la Corporación Andina de Fomento) el abogado colombiano Sergio Díaz-Granados. La elección semipresencial, realizada en el Palacio Nacional de México, fue por mayoría del directorio de CAF, integrado por los ministros de Economía y Finanzas, presidentes de bancos centrales y altas autoridades económicas de los países accionistas, según informó la institución en un comunicado.

Díaz-Granados asumirá el 1º de setiembre y ocupará el cargo por un período de cinco años. El presidente electo de CAF fue ministro de Comercio, Industria y Turismo del gobierno del derechista Juan Manuel Santos, presidente de las juntas directivas de Bancóldex y ProColombia, y actualmente se desempeña como director ejecutivo para Colombia en el Grupo BID (Banco Interamericano de Desarrollo).

Hasta el domingo había otro candidato, el argentino Christian Gonzalo Asinelli, representante suplente de su país en el directorio de CAF. Sin embargo, de acuerdo con el protocolo electoral de la institución, las decisiones internas deben tomarse por consenso de todos los países accionistas. Por lo tanto, al no haber conseguido suficientes apoyos, Argentina retiró a su candidato y Díaz-Granados recibió el apoyo de todos los socios de CAF, con excepción de Venezuela, que se abstuvo, según informó El País de Madrid.

Previo a la elección ya se conocía la postura de algunos países, como la de Colombia, Perú, Ecuador, Brasil y Uruguay, en apoyo del ganador, y la de Venezuela, Bolivia, México, España y Portugal, en apoyo de Asinelli. Finalmente, al sumarse Paraguay al apoyo a Díaz-Granados, ninguno de los socios de Argentina en el Mercosur votó por su candidato.

CAF está conformada por 17 países de América Latina y el Caribe, y España y Portugal. Fuentes vinculadas a CAF consultadas por la diaria opinaron que es probable que Argentina no pretendiera imponer un presidente, dada la correlación de fuerzas entre gobiernos de derecha y de izquierda en la región, sino presentar una candidatura para habilitar negociar lo que finalmente se resolvió: elegir al colombiano pero al mismo tiempo crear una vicepresidencia programática, que será ocupada por Asinelli desde Buenos Aires. Según el comunicado de CAF, como parte de esta negociación, Díaz-Granados se comprometió a considerar “el programa elaborado por la candidatura argentina”, consigna El País de Madrid. Días atrás, Asinelli había dado a conocer un documento programático en el que planteaba que “CAF debe estar al servicio de una agenda de desarrollo humano integral con foco estratégico en el financiamiento de infraestructura sostenible y resiliente, elaborada desde el diálogo junto a los países de la región, para disminuir las cinco principales brechas que afectan a nuestros pueblos: la social, la ambiental, la tecnológica, la de género y la territorial”.

La elección de Díaz-Granados fue saludada por el presidente de Colombia, Iván Duque. En su cuenta de Twitter le deseó “éxitos en su gestión” y dijo que es una “gran noticia para el país y la región”. “Estamos seguros de contar con su apoyo en estos tiempos de pandemia”, agregó.

Vale recordar que el anterior presidente de CAF, el economista peruano Luis Carranza dimitió debido a varias denuncias de acoso laboral, abuso de poder y despidos masivos en las diferentes oficinas de la institución, acumuladas durante años, según el medio español.

Antes, y durante 25 años, había presidido el banco el economista boliviano Enrique García, reconocido por su capacidad de conducción y articulación política con los diferentes gobiernos de la región, con independencia de las diferencias ideológicas. Para algunos analistas, su perfil ha sido difícil de sustituir.

CAF es una de las principales fuentes de financiamiento multilateral para la región, con desembolsos anuales que superan los 14.000 millones de dólares para el desarrollo y la integración. El apoyo de este banco para enfrentar la crisis generada por la pandemia de covid-19 es considerado fundamental por los gobiernos de la región, ya que después del BID, es la principal fuente de financiamiento para el desarrollo.