Alicia Maneiro es presidenta de la Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas (Cudecoop), una organización que representa a todo el movimiento cooperativo y que abarca a más de 3.500 entidades. Cudecoop se creó en junio de 1988, pero fue en 2011, cuando quedó amparada por la Ley General de Cooperativas (18.407), que se inició el proceso de transformación hacia una cooperativa de tercer grado –es decir, formada por otras federaciones–, con la misión de unificar la acción de defensa y la representación de todo el movimiento.
¿Cuáles son los desafíos de Cudecoop este año en que el lema del Día Internacional de las Cooperativas es “Reconstruir mejor juntos”?
Tuvimos un 2020 en el que no sólo arrancó la pandemia sino que también hubo un cambio de gobierno. Primero, el cambio de gobierno genera dudas sobre las cosas que habrá de cambiar y cuántas vamos a poder seguir haciendo de la misma manera. Previo a la asunción del nuevo gobierno, tuvimos entrevistas con las autoridades, a medida que se fueron nombrando, que continuaron una vez que asumieron.
La pandemia generó para los colectivos replanteos de cómo íbamos a seguir, porque el juntarnos cambió. Históricamente en todas las crisis el cooperativismo ha tenido una gran capacidad de resiliencia, y esta no fue la excepción. Las primeras medidas fueron salir al cruce de lo que estaba pasando; el cooperativismo no paró y eso es una realidad; incluso en una etapa en que muchas empresas debieron optar entre usar el recurso del seguro de paro o el del despido, en el cooperativismo la incidencia del seguro de paro es muy baja, nos mantuvimos en un dígito, y los despidos son prácticamente nulos. Hubo modalidades que pudieron adaptarse de forma rápida porque venían implementando el uso de la tecnología, pero esto lo que hizo fue adelantar el proceso. Evidentemente hay modalidades en las que el teletrabajo no se puede aplicar, por ejemplo en las cooperativas de vivienda y en el trabajo agrario.
“Se generaron iniciativas muy buenas de ayuda a los colectivos más vulnerables, que no necesariamente eran parte del movimiento cooperativo; hubo una ayuda muy fuerte a los merenderos, a las ollas populares”.
¿Cómo hicieron para enfrentar la crisis que generó la pandemia?
Cuidamos el trabajo y a los trabajadores, y miramos alrededor. Pusimos en práctica algo que está en nuestros principios y a veces nos cuesta, que es la intercooperación, no sólo para adentro sino para afuera. Se generaron iniciativas muy buenas de ayuda a los colectivos más vulnerables, que no necesariamente eran parte del movimiento cooperativo; hubo una ayuda muy fuerte a los merenderos, a las ollas populares, en una búsqueda de modalidades para asociarse y llegar a esos colectivos. Eso no se ha detenido: la Movida Verde de Fucac llegando a las ollas populares, las cooperativas agrarias cooperando con trigo, y las de trabajo en los molinos. En ese sentido se viene trabajando, aunque tal vez con un ritmo menor porque el país ha empezado a andar. El lema que dispuso la Alianza Cooperativa Internacional marca que la pandemia generó un antes y un después, y ese después no lo tenemos demasiado claro porque lo seguimos atravesando. Está el compromiso de buscar la forma de salir adelante con el convencimiento de que si lo que hacemos lo hacemos juntos, lo hacemos mejor; ese lema está muy bien pensado porque es optimista y realista. No es una utopía; hoy estamos mirando el día después y viendo las modalidades que están siendo afectadas no sólo por la pandemia sino por decisiones del gobierno.
Además de tener presencia en el Instituto Nacional del Cooperativismo (Inacoop), Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) y en el Fondo para el Desarrollo (Fondes-Inacoop), han planteado integrarse al Consejo Superior Tripartito y al Sistema Nacional de Cuidados. ¿Pudieron avanzar en esas solicitudes?
El ingreso al Consejo Superior Tripartito por ahora es un tema a seguir reivindicando. La participación con voz y sin voto en Inefop es una realidad: a pesar de no tener voto, estamos teniendo una participación activa en los distintos ámbitos de discusión y de aporte, no sólo a nivel del consejo directivo sino en las comisiones de las que somos parte. Es evidente que el acceso al voto nos daría otro protagonismo, y creemos que ya hemos tenido el período de adaptación o de precalentamiento para jugar en la cancha grande; de todas formas, es un proceso que no se avizora en el corto plazo y seguiremos actuando con responsabilidad desde el lugar en que nos toca estar. Más allá de que es una reivindicación que no estamos dispuestos a bajar, creemos que hoy hay otras cosas importantes y lo del voto seguirá siendo una reivindicación. En Inacoop tenemos voz y voto, tenemos dos delegados de cinco, hay un buen relacionamiento con los directores políticos, y en el caso del Fondes-Inacoop tenemos un delegado con voto.
“No se está midiendo todo con la misma vara”
Recién decía que hoy hay reivindicaciones importantes. ¿Cuáles son?
Preocupan las cooperativas de trabajo y las sociales, porque aquellas que trabajan con organismos del Estado tienen acuerdos y convenios que están llegado a su fin o ya terminaron, y tiene que darse el proceso de renovación, algo que ha generado expectativas. En 2020 las cooperativas sociales debían hacer el proceso de paso para ser cooperativas de trabajo porque el 1° de enero de 2021 no iba a haber más convenios con cooperativas sociales; después el gobierno fue viendo que no era tan fácil, hubo marchas y contramarchas. En algunos casos los convenios han caído y algunas cooperativas están a la expectativa de que se genere uno nuevo; en otros casos los convenios se han renovado pero por menos dinero y eso implica menos cooperativistas trabajando. Esto no ocurre sólo a nivel del gobierno nacional; el gobierno departamental de Canelones tiene dos cooperativas, que eran sociales e iniciaron el cambio a cooperativas de trabajo previo al cambio de gobierno departamental, a ellas se les garantizó que se iban a seguir trabajado. Tuvimos una reunión con el intendente Yamandú Orsi y nos dijo que no era intención de su gobierno dejar de trabajar con las cooperativas, pero hoy tenemos dos licitaciones en las que no sólo se llama a las cooperativas sino también a empresas nacionales y multinacionales con filiales en Uruguay; estamos hablando de una espalda financiera que las cooperativas no tienen. Esas cooperativas le cambiaron la cara a la limpieza del departamento, tienen un grado muy alto de aceptación por parte de los vecinos y hoy se les exige tener una espalda financiera que no tienen, por mejor gestión que hayan hecho.
“Está el compromiso de buscar la forma de salir adelante con el convencimiento de que si lo que hacemos lo hacemos juntos, lo hacemos mejor. No es una utopía; hoy estamos mirando el día después y viendo las modalidades que están siendo afectadas no sólo por la pandemia sino por decisiones del gobierno”.
Ni bien salió esto de la licitación tuvimos otra reunión con Orsi y él insiste con que las cooperativas pueden competir y que se las va a contemplar. Lo que hizo fue prorrogar la licitación, pero eso corre para todas las empresas, y las condiciones siguen siendo las mismas. Es muy complejo mantener el discurso de que las cooperativas pasan a jugar en la cancha grande si siguen jugando con los botines rotos y los otros entran con las mejores marcas y los mejores tapones; eso constituye una ventaja. En ese sentido se lo reclamamos al intendente, tuvimos una reunión con la presidenta de la Junta Departamental, con dos diputadas del sector al que pertenece Orsi, y estamos a la expectativa, pero no se visualiza una salida posible. Nosotros le planteamos que la licitación se dividiera de manera que para una parte las cooperativas pudieran presentarse y la otra parte estuviera articulada con las empresas, y nos dijo que no.
Lo que pasa es que las cooperativas, en especial las que trabajan con las intendencias, usan el equipamiento de la comuna; si se le cambian las reglas de juego lo que necesitan primero es maquinaria, y las cooperativas tienen espalda para tener las herramientas y equipos, pero son condiciones de la licitación poner en un año mil y pico de contenedores, más otro tanto por año: si con el dinero que tienen cubren la maquinaria después no van a poder comprar los contenedores. No se está midiendo todo con la misma vara, eso es mentira.
¿Están conformes con el marco legal sobre cooperativas actual, o entienden que deben introducirse modificaciones?
Estamos trabajando en los cambios a la ley. Cuando se votó la Ley 18.407 costó mucho, pero se logró algo que el movimiento solicitaba, que es la unificación de todas las cooperativas, con un capítulo para cada modalidad. Fue muy discutida, pero cuando llegó al Parlamento todos los partidos la votaron, eso fue en 2010. Que todo el espectro político vote una ley no es poca cosa, para nosotros fue un espaldarazo muy grande. A partir de esa ley se creó el Inacoop, el instituto de fomento, que es un paso muy importante, y comenzó la cogestión. El tiempo transcurrió y uno analiza que hay cosas que es necesario incluir o directamente cambiar, y más con los cambios que han surgido producto de la pandemia, como las asambleas virtuales o semipresenciales, o el teletrabajo. Hay muchas cosas que han surgido, y creemos que es necesario introducirlas en la ley. Ahora, lo que planteamos es que Cudecoop quiere jugar un papel ahí como representante de todo el sistema cooperativo nacional. A la interna del consejo nos planteamos una discusión, definir los cambios por consenso y que baje un documento del sistema cooperativo que sirva como insumo. Hay temas que tienen que ver con alguna modalidad y el resto de las modalidades lo que tienen que hacer es ver si el efecto de ese cambio puede ser contraproducente para su modalidad. Hay cambios generales que hay que consensuar –en eso ya se está trabajando– y hay otros que pueden afectar a más de una modalidad. Nosotros avanzamos en los cambios que tienen que ver con la gobernanza y con los que afectan a alguna modalidad puntal, además está funcionando una comisión político-técnica para discutir los temas que puedan generar alguna disparidad.
Siempre se habla de la necesidad de intercooperar más. ¿Es algo que les preocupa?
La intercooperación para nosotros es fundamental, está dentro de los principios. A veces hablamos mucho, pero nos cuesta ponerla en la práctica. En eso tenemos el proyecto Sicoop [Sistema de Intercooperación Uruguayo], que intenta generar el abastecimiento de los cooperativistas; vincula principalmente a las cooperativas de consumo, se sumaron las cooperativas agrarias y cuenta con financiación de una cooperativa nuestra: Fucerep, ya se incorporaron las cooperativas de trabajo y se van a integrar las de vivienda, para poder comprar en grandes cantidades y de esa manera bajar los costos. Estamos trabajando para que la intercooperación no sea sólo una expresión de deseo, sino una realidad.