Alicia Maneiro, presidenta de la Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas (Cudecoop), en el marco de la entrevista que mantuvo con la diaria dijo que a pesar de que en una reunión las autoridades aseguraron que seguirían trabajado con el sistema, “del dicho al hecho hay un trecho: en los hechos, el Ministerio de Vivienda [y Ordenamiento Territorial, MVOT] vio muy recortado su presupuesto, lo que estaba poniendo en el sistema cooperativo era aproximadamente 30% de su presupuesto en los años anteriores, y por eso el movimiento cooperativo de vivienda fue el que más creció en los últimos años, pero ahora eso se detuvo”.
Maneiro, que presidió la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam), recordó que no se trata sólo de dinero, sino que “hay una serie de pautas que están marcadas por el decreto reglamentario que rige al sistema cooperativo, que todavía está vigente, nadie lo tocó, pero tampoco lo están poniendo en práctica, entonces de hecho lo inactivaron”. Ese decreto establece que el cronograma de un año se arma el año anterior y quedan fijados los plazos para que las cooperativas lleguen a los dos sorteos anuales con los trámites terminados. “Hoy no tenemos valor de tasación, que se fijaba en febrero: estamos casi en julio y no tenemos ese valor vigente para este año. Tampoco tenemos cronograma de sorteos; es evidente que es imposible hacer el de julio, salvo que no se haga con nuevas cooperativas sino con aquellas que ya venían presentándose y tienen todo en regla. Eso sería un trámite, pero no hay posibilidad de hacer sorteos con cooperativas nuevas porque no ha habido cronograma de viabilidad de terreno, de presentación de proyectos, y sin el valor de tasación un instituto no puede armar un proyecto porque no sabe qué valor va a tener”, explicó.
A esto se suma que gran parte de las cooperativas que pasaron por el sorteo y deberían haber escriturado no lo hicieron: “Tenemos cooperativas que en dos años podrían haber escriturando, pero esos años ya están vencidos y se les fue un año más. No tener sorteos implica problemas en el interior del país, en especial en la zona donde no hay cartera de tierras, donde las cooperativas tienen que buscar terrenos y generar la reserva con un particular, para lo cual es necesario firmar un boleto de reserva que tiene fecha de caducidad. Si no tenés expectativa de nada, es muy difícil negociar”.
En este momento, además de las reivindicaciones históricas, hay medidas inmediatas que el MVOT tiene que tratar de solucionar, dijo la presidenta de Cudecoop sobre los reclamos de años anteriores, como el pago de 2% de interés a todos los créditos concedidos a las cooperativas por ayuda mutua, o el la exoneración del IVA a los materiales. “Lo que venía de antes era parte de una mirada política, pero había cosas que funcionaban y uno tenía la tranquilidad de que el sistema seguía funcionando; ahora está parado. Las reivindicaciones históricas tienen que ver con una política de vivienda a largo plazo, estas nuevas reivindicaciones tienen que ver con la forma en que están llevando la política actual”, sostuvo.
Maneiro aseguró que, a pesar de todo lo que se ha construido, el déficit habitacional en Uruguay es histórico. “Hay que ver otras variables. La sociedad cambió, hay muchas familias monoparentales, entonces no se necesita una vivienda por familia, se necesitan dos. El déficit no se ha podido bajar. Ahora, si uno viene construyendo puede ser que no baje, pero por lo menos se le van poniendo paños fríos; acá ni siquiera pasa eso”. Hoy hay entre 70.000 y 80.000 viviendas de déficit; Maneiro afirmó que si no se construye, al final del quinquenio vamos a estar en 90.000.
Situación gravísima
Ricardo Pisciottano, presidente de la Federación de Cooperativas de Vivienda (Fecovi), coincidió con Maneiro en que en este momento está “todo trancado” desde hace más de un año en el MVOY y calificó a la situación de gravísima porque “no hay cronograma de construcción de viviendas, no se sabe cuántas ni en qué momento se van a hacer”. “Las cooperativas no pueden esperar eternamente”, dijo, y contó que hay personas que señaron terrenos y se los que se los puede multar por el atraso, o directamente perderán el dinero. Planteó que Fecovi es una federación de cooperativas de ahorro previo y que, si la gente no tiene un horizonte, el proyecto se desarma. Pisciottano entiende que la dificultad no la generó la pandemia sino “problemas económicos y políticos” dentro del ministerio, ya que entre los jerarcas hay distintas visiones en función de las afiliaciones políticas.
Además del problema de las 100 cooperativas que esperan por escriturar, Pisciottano encuentra una contradicción en las políticas destinadas a las viviendas promovidas, antiguamente conocidas como de interés social, ya que en las exoneraciones que les hace el gobierno se deja de recaudar mucha plata, cuando ese tipo de viviendas salen al mercado a un precio al que no pueden acceder las clases medias; en cambio, con el sistema cooperativo se puede construir mucho más barato.
Por su parte, el miércoles Fucvam llevó a cabo otra movilización. Esta vez, además de los reclamos por la realización de sorteos y la firma de las escrituras, la federación emitió un comunicado sobre el fideicomiso para los asentamientos irregulares. “Con los aproximadamente 20 millones que se le quitan al Instituto [Nacional] de Colonización [...] no se puede ni pensar que con esa cifra se vaya a resolver el tema de los asentamientos irregulares”. Señalan que lo que debe hacer el gobierno es reconstruir el Fondo Nacional de Vivienda, y dicen que se están “dando manotazos de ahogado” y que “no se puede permitir la guerra de pobres contra pobres”.