La directiva del Centro de Viticultores del Uruguay (CVU) resolvió “retirar el apoyo y la confianza” al presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi), Ricardo Cabrera. En un comunicado, el CVU dio a conocer que en la sesión del 17 de octubre la directiva tomó “tan importante decisión” como “consecuencia de varios hechos que se han venido suscitando durante varios meses, que no se han corregido pese a las instancias normales de diálogo, y en definitiva atentan contra los intereses y finalidades de esta gremial fundada el 22 de mayo de 1932”.
Entre los “motivos más relevantes”, el comunicado señala cinco, comenzando por “la no aplicación de políticas anticíclicas”. Según se explica, la pandemia por covid-19 hizo que se incrementara “el consumo de vino nacional” y en ese período observaron “cómo se desmantelaban algunas políticas sectoriales que de alguna manera regulaban y preveían un posible problema de sobrestock, básicamente en las variedades Moscatel de Hamburgo y Ugni Blanc”. El CVU entiende que Cabrera se resistió de manera permanente a “admitir los problemas que eran evidentes, documentados por el mismo Inavi y admitidos por muchos actores relevantes del sector vitivinícola”, y que la cosecha 2022, en que “el factor climático desfavorable” jugó una “mala pasada”, encontró al sector “sin stock de alcohol vínico y mosto concentrado, y hubo que tomar medidas de bajar el grado de los vinos y la utilización de azúcar de caña en determinados vinos”.
“Se podían y se debían haber utilizado soluciones provenientes de la uva para solucionar los problemas, y de esa forma evitar o minimizar los impactos y las pérdidas económicas/financieras en el futuro. Las omisiones y desidia en la toma de decisiones reclamadas y reiteradas al presidente” del Inavi son “un hecho relevante a los efectos de quitarle la confianza”, agrega el CVU.
También expresan que si bien Cabrera se comprometió con los viticultores a no modificar su representación luego de ser elegido presidente del Inavi, “no sólo incumplió con la palabra expresada al CVU y a la defensa del sector viticultor, sino que promovió y lideró una modificación en el directorio del Inavi”, buscando dejar en minoría a los viticultores “respecto a la argumentación y debate con la industria”.
En tercer lugar, argumentan que el sector vitivinícola ya tiene 30% de los viñedos en la modalidad de producción sostenible, algo que surgió hace cinco años a través de un Fondo de Promoción de Tecnología Agropecuaria y que “es una herramienta de diferenciación para el mercado interno y externo y por supuesto le agrega valor a la uva producida dentro de este sistema”. “La directiva del CVU propuso al sector generar un plan con el Inavi para que en un plazo razonable esta modalidad alcance el 100% del sector; y solucionar los inconvenientes de un mercado sobreabastecido y así evitar un futuro problema grave de comercialización de la uva a quien no esté dentro de la producción sostenible”, señalan. Sobre estos planteos que le hicieron llegar a Cabrera, los viticultores aún no han “recibido respuesta, viendo a los pequeños y medianos productores excluidos y preocupados por la total falta de respuestas”.
En cuarto lugar expresan que “recientemente se terminó con la etapa de elaboración del Plan Estratégico” y entienden que “fue muy apresurado”, “no se debatieron los temas con el tiempo suficiente” y “todos los temas quedaron en un mismo nivel de importancia, donde no se adjudica financiación para las diferentes acciones a tomar, por lo cual el seguimiento va a ser muy complejo de concretar”.
Finalmente señalan la “falta de liderazgo e iniciativas” desde la presidencia del Inavi: “Resulta muy importante que el presidente como autoridad ejerza un liderazgo a los efectos de promover iniciativas que impulsen al sector, esa capacidad ejecutiva no se vio reflejada en el actuar” de Cabrera. “Esto es independiente al concepto como persona y como enólogo, que de ello no se realiza ninguna consideración crítica”, agregan.