Que no es un problema de la Cámara de la Industria Láctea del Uruguay (CILU) fue subrayado tanto por Ariel Londinsky como por Hermann Quiring, ambos directivos de la gremial, este jueves en una conferencia de prensa. “Este es un conflicto con una empresa distribuidora independiente que no pertenece a la CILU. A pesar de esto los sindicatos han decidido llevar el conflicto a toda la industria. Nos parece sumamente injusto y abusivo”, afirmó Londinsky.
La empresa distribuidora independiente es Fritran SA, que reparte helados y congelados de Conaprole; y la situación de conflicto corresponde a la suspensión de todos los trabajadores sindicalizados de la empresa luego de una asamblea del sindicato. Además, hay cuestionamientos por el despido del presidente del sindicato y denuncias sobre una reestructuración del trabajo en la empresa, que viola el convenio colectivo vigente. Por estos motivos, la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) comenzó a trabajar a reglamento -sin horas extras- desde el martes y este jueves realizó un paro de 24 horas en todo el sector lácteo.
Para Londinsky, el problema “tendrá que dirimirlo la empresa” o el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, “que estará haciendo su trabajo de intermediación”. Recalcó que el conflicto es “ajeno” a las empresas de la industria láctea y cuestionó la aplicación de medidas sindicales “en plena zafra primaveral”, “un momento absolutamente crítico del año”.
En diálogo con la diaria, Enrique Méndez, dirigente de la FTIL, expresó que si bien Fritran no pertenece al grupo del sector lácteo en los Consejos de Salarios, “trabaja para Conaprole, en una planta de Conaprole, con herramientas de Conaprole y con la marca de Conaprole”. “Es el principal distribuidor de congelados de Conaprole, que es la principal industria láctea del país. Hay que ser bien claro”, agregó. A su entender, “una de las opciones” para resolver el conflicto “debería ser” la intermediación de la CILU.
Sin embargo, en un comunicado emitido al término de la conferencia de prensa, la CILU manifestó que “no puede hacer nada para contribuir a encontrar una solución al conflicto instalado”.
Quiring definió como “muy importante” que el sector lácteo “pueda trabajar en condiciones razonables”, con paz, dado que “cada vez que suceden estas situaciones de fuerza se afecta a toda la cadena”. Aseguró que en “una cantidad de departamentos” no hay suficiente leche disponible para cubrir las entregas. “Quizás muchos de ustedes no ven la falta de leche porque se da en almacenes de barrio”.
Al respecto, Méndez apuntó que desde el inicio del trabajo a reglamento la FTIL ha tenido los “cuidados suficientes” al momento de recibir la leche para “que no haya pérdida de materia prima”. “Nosotros somos responsables”, expresó.
Pese a la negativa de la CILU a mediar entre Fritran y la FTIL, Quiring exhortó a “encontrar nuevos mecanismos para poder conversar”, porque “no hay nadie que salga ganando con estas medidas de fuerza”. Mencionó que los trabajadores “están perdiendo salario”, los almacenes “esta facturación no la recuperan” y los distribuidores “esta leche no la van a tener para vender en otra oportunidad”. En tanto, los productores “queremos más leche para hacer más competitiva a la industria”.
Confrontación, incumplimiento y decisiones unilaterales
La FTIL resolvió parar en respuesta a sucesivos fracasos en ámbitos de negociación con Fritran. Según un comunicado de la federación, el propietario de la empresa distribuidora “inauguró una forma de relacionamiento con la organización sindical, con sus representantes y con todo el personal, basada en la confrontación, el incumplimiento y la toma de decisiones unilaterales”, después de firmar un convenio con los trabajadores.
Méndez agregó que Fritran “viene reprimiendo a trabajadores”: “Tenemos sancionados a casi la totalidad de la plantilla de afiliados sindicales”. Afirmó que tanto el despido del presidente del sindicato como las suspensiones forman parte de una “reestructura unilateral” que la empresa viene ejecutando “sin negociar absolutamente nada con el sindicato” y que “está impactando en los ingresos de los trabajadores”.
Por su parte, Fritran expresó a través de un comunicado que el conflicto “se originó por la negativa del sindicato” a “aceptar el despido de un trabajador”. Según informó El Observador, la empresa sostiene que tras una investigación se constató que el presidente del sindicato “utilizaba una computadora de la empresa para dirigir un emprendimiento personal destinado a la cobranza de morosos en Canelones”. En cuanto a las sanciones, Fritran niega que se trate de “persecución sindical” y afirma que se debe a “errores sistemáticos” de los trabajadores, tales como “no marcar el ingreso y la salida para concurrir a una asamblea”.
Acerca del despido del presidente del sindicato, Méndez señaló que la FTIL ha planteado como opción “intermedia” que “ni que se confirme ni que se retire el despido”, sino “que quede en suspenso durante todo el proceso de negociación”. No obstante, expresó que actualmente la negociación no existe porque Fritran “se ha encargado de dinamitar” el espacio de diálogo.
La CILU y la FTIL firmaron en agosto un nuevo convenio colectivo por tres años tras diez meses de idas y vueltas, con varias medidas sindicales de por medio. En el acuerdo establecieron modificaciones a una cláusula de paz para la prevención de eventuales conflictos por temas salariales. Ambas partes coinciden en que, en el caso puntual de Fritran, la cláusula de paz no corresponde por tratarse de una empresa distribuidora que, técnicamente, no forma parte de la industria láctea.