Este viernes el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de la República, presentó un informe sobre el impacto de la pandemia en la tasa de informalidad. El ministro Pablo Mieres aseguró que se constató una caída “genuina de la informalidad”, que no se puede atribuir al impacto de la pandemia.
“Al principio, en el mundo entero la informalidad cayó por el efecto de que se cerraron las actividades y la gente se fue para su casa, y se fue del mercado de trabajo. Eso ocurrió en el mundo entero, pero después, en general en el mundo y en particular en América Latina, la informalidad volvió a las tasas prepandemia y no corrió así en Uruguay”, que mantuvo una tasa de tres puntos por debajo de la que había antes de la pandemia, que era de 25%; “ahora está en el orden de 22%”, informó Mieres.
El jerarca sostuvo que esa reducción tiene que ver con muchos factores: “Puede ser que una parte, sobre todo los [trabajadores] de mayor edad, que estaban en la informalidad y fuera del mercado durante dos años, ya no hayan vuelto. Eso puede explicar un poquito, pero también lo que creemos es que hubo una valorización de los beneficios de la formalidad”, interpretó.
Cuando se declaró la emergencia sanitaria, el 13 de marzo de 2020, “los trabajadores formales tuvieron beneficios vinculados con los seguros de paro, con subsidios y créditos para las unipersonales, que los trabajadores informales no pudieron tener por la sencilla razón de que no estaban registrados. Eso hizo que el valor de la formalidad, que no es visible en la vida cotidiana, cuando estalló la pandemia se hiciera visible”, dijo.
Mieres estimó que los trabajadores que tenían la posibilidad de acogerse a la formalidad optaron por ese camino. Asimismo, los empleadores “no estaban en ese momento en condiciones de generar una ampliación de trabajadores formales”, pero el empleado sintió que tenía que encontrar algún camino para estar cubierto, porque “si estás registrado se puede tener acceso a beneficios que de otra manera no tendrías”, apuntó.
El informe señala que también aumentaron las empresas unipersonales, pero el titular de la cartera dijo que la caída de la informalidad no se explica por el aumento de este tipo de emprendimientos. “Algunas unipersonales han crecido, las microempresas (que tienen dependientes) se redujeron [...] Es todo un cúmulo de razones las que pueden explicar este fenómeno [el de la reducción de la informalidad], lo cierto es que para nosotros es un indicador en el que hay que seguir trabajando”, dijo.
Con relación a los datos de ocupación, empleo y desempleo, Mieres dijo que el desempleo en la actualidad está más bajo que antes de la pandemia, cercano a la cifra de 2016 o 2017. “En 2019 hubo una tasa de 8,9% y la de hace seis meses estaba en 7,5%”, dijo. “En otras cosas estamos igual, como en la cantidad de puestos de trabajo. En seguros de paro, si tomamos el seguro de paro total, hay 10.000 trabajadores menos [que antes de la pandemia]”, y subrayó que lo que hay que recuperar es el salario real.
Los datos
El trabajo presentado este viernes indica que hubo una caída de 5,5 puntos porcentuales de la informalidad, comparando el segundo trimestre de 2021 con el segundo trimestre del 2019.
El informe señala que “el mercado de trabajo cuenta hoy con más ocupados que antes de la pandemia. Esto se produce, además, con una caída de 1,5 puntos en el desempleo, y de aproximadamente tres en la informalidad. El incremento en la formalidad podría deberse a la mayor formalización de los jóvenes, tradicionalmente el tramo con mayor informalidad. En cuanto al tamaño de las empresas, los datos indican que en el mediano plazo la pandemia generó una redistribución de trabajadores desde microempresas a empresas medianas”, lo que contribuyó a la formalización, dice el texto.
El informe indica que, si bien en la región hubo una recuperación del empleo tras la pandemia, en lo referente a la informalidad se volvió a los valores de 2019: “Los países con datos disponibles indican que entre 60% y 80% de los empleos recuperados hasta el tercer trimestre de 2021 habían sido en condiciones de informalidad. La tasa ya es de 49%, similar a la que había antes de la pandemia, e indica que una de cada dos personas ocupadas está en la informalidad”.
Una de las explicaciones para esta diferencia respecto de la situación general de la región es, según el informe, que en Uruguay “parte del cambio en la estructura del empleo resulta de políticas públicas específicas orientadas a paliar las dificultades laborales de individuos en situación de vulnerabilidad: el Programa de Oportunidades Laborales (responsable de hasta 15.000 empleos formales en el sector público) y el Plan ABC de la Intendencia de Montevideo (hasta 4.000 empleos en la capital). Es razonable suponer que, en ausencia de estos programas y/o a su término, los actuales beneficiarios pasarían a la inactividad, el desempleo y el empleo (formal e informal)”, lo que implicaría “una tasa de informalidad 1,1 puntos porcentuales por encima de las registradas, aun entre 1,9 y 2,0 puntos porcentuales por debajo de los niveles prepandemia”.