Por sus propias cooperativas, por las de sus hijos y por la de los nietos que vendrán. “Esa es la filosofía que nos mueve a los cooperativistas”, aseguró a la diaria Luis Llorca, secretario general de la Federación de Cooperativas de Vivienda (Fecovi). Es que para Llorca el cooperativismo de vivienda es “apostar a la comunidad” y es “conciencia social”. “Fomenta inclusión, dignidad, participación y sociabilización”, algo que, según Llorca, muchas veces no puede ser ejercido por el Estado, sea con el programa que sea.
Pero, aunque el cooperativismo no sea tan solo “construir una casa, un edificio, una vivienda”, en diálogo con la diaria, Gustavo González, secretario general de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam), manifestó que “la situación en el tema de vivienda es crítica”, y se preguntó: “¿Cuándo van a atender a la vivienda?”.
Hace un año, los cooperativistas afirmaban que sin una política activa del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MVOT), al terminar el quinquenio del actual gobierno habría un déficit de 90.000 viviendas. Un año más tarde, la situación no varía: “A esta administración le faltan dos años y no van a poder cumplir. Lo del asentamiento cero es una ilusión, lo de las 50, 60 mil viviendas que plantearon en la campaña electoral es otra ilusión. Entonces, vivimos de ilusiones y de ilusiones no se construye”, aseguró González, y dijo que “si esto continúa así”, no tiene duda de que habrá ese déficit.
Tanto Fucvam como Fecovi tienen un tema en común: “Somos cooperativistas y usuarios y eso es un término no menor”, señaló Llorca, y comentó que justamente por esa razón están trabajando en conjunto para enfrentar los diversos conflictos que presenta el sector.
Principales problemas según Fucvam
Cuando se habla de déficit habitacional, hay dos maneras de contabilizarlo: desde lo cuantitativo o lo cualitativo. Cuantitativamente, González aseguró que actualmente la cifra es de 70 mil unidades habitacionales. Pero si se lo observa cualitativamente, “ya llegaríamos a 100 mil fácilmente”.
Este contexto está arraigado a la existencia de “recortes en el presupuesto, en una partida presupuestaria que ya no daba” y que, por ello, desde el cooperativismo se levanta “la consigna de que la vivienda está en emergencia nacional”.
González explicó que no hay un Fondo Nacional de Vivienda “real”, porque el existente “se nutre de lo que devuelve la gente al Fondo y de las partidas presupuestarias”. Según especificó, a partir de la crisis del 2002, se liquidaron los últimos 100 millones de dólares que el Fondo tenía y “nunca más se reconstruyó”. “A juicio de Fucvam, eso no permite tener una política de Estado de vivienda”, sentenció.
Para González, este es un “problema central”: “No mientan más, no hay Fondo Nacional de Vivienda en el país. El Fondo hay que recrearlo y eso genera los problemas que genera el financiamiento”, arguyó. En ese marco, dijo que han planteado al MVOT aumentar el 1% el impuesto al patrimonio, “es decir a las grandes fortunas, tanto personales como empresariales”, para que la cartera pueda generar “130 millones de dólares por año”.
En medio de tal stand by, González remarcó otro “problema central” que atraviesa el cooperativismo de vivienda: “Sin tierra no se puede construir”. Según el cooperativista, actualmente el suelo “está segregando a la población”, porque por un lado “viven los pobres” y por el otro lado “viven los ricos”, cuando “en una ciudad, donde al haber cartera de tierras, se puede permear y hacer de distintas zonas barrios inclusivos”.
En esa línea, especificó que hace dos años y medio “está parada la cartera de tierra a nivel nacional” y que este punto es “un reclamo fundamental” que se sustenta “en una ley que lo ampara, y por lo tanto el ministerio tiene que empezar a ofertar tierras”. En Fucvam cuentan con carteras de tierra municipales, como en Montevideo, Mercedes, Paysandú y San José, pero preocupa que no haya en todo el país.
“Las autoridades dicen que apoyan el cooperativismo, pero para apoyarlo hay que hacerlo con dos elementos fundamentales que hoy no existen: un verdadero presupuesto y que además comience a funcionar la cartera de tierras a nivel nacional. Sin tierras no se puede construir”, afirmó.
Asimismo, puntualizó en que “las cooperativas siguen creciendo y el cuello de botella es cada vez más angosto”, porque si bien hicieron un cronograma con el MVOT y “ha cumplido”, “las cooperativas afiliadas tenían un año y medio de atraso en la fecha de escrituración”.
Otro de los reclamos prioritarios que está sobre la mesa desde ya hace casi cinco años, es la necesidad de una rebaja de los intereses aplicados a los préstamos que fueron solicitados después de 2008: Fucvam pide que los créditos concedidos por la Agencia Nacional de Vivienda sean de 2% para todas las familias. “Hoy en día hasta la banca privada está dando préstamos al 3.5, y la ministra [de Vivienda, Irene Moreira] nos ha dicho en más de una oportunidad que ve con muy buenos ojos darnos el 2%, pero no se firma”, contó el secretario general.
“El cuarto problema es que increíblemente el país exonera a la industria de la construcción de todos los impuestos para construir viviendas de un dormitorio; 108 mil dólares dos dormitorios, 180 mil dólares tres dormitorios… allí no va la gente que tiene el déficit habitacional. Ahí va la clase media-alta, que no tiene problema”, manifestó González. Según explicó, quienes están dentro del déficit habitacional son “las familias sin capacidad de ahorro”, y mientras la industria de la construcción no paga el IVA ni los materiales de la construcción, “las cooperativas de vivienda sí lo pagamos”. Especificó que, en el último año, las exoneraciones a la industria de la construcción rondaron los 54 millones de dólares.
Lo que no hay, entonces, es “un rumbo claro”, dijo González. Para finalizar, refirió también al Programa Avanzar, anunciado por el gobierno para la regularización de asentamientos, ya que según González “no les va a dar ni para resolver el problema del 10% de los asentamientos irregulares del país”.
Principales problemas según Fecovi
Justamente porque las complejidades que enfrenta el sector son generalizadas, lo puntualizado por Llorca no dista de lo exclamado por González. Desde Fecovi también se remarcó la falta de un presupuesto acorde, ya que según explicó Llorca, “dependen” de los fondos que el Ministerio de Economía y Finanzas vuelca al MVOT. Especificó, además, que el presupuesto de este período “se ha ido achicando” y particularmente en los dos años que se vienen, “son tan tan menguados los recursos que, si bien en este momento volvieron a hacer dos sorteos por año, vamos a entrar en un cuello de botella y eso nos genera una enorme preocupación”.
El cuello de botella, también mencionado por González, implica que aunque las cooperativas salgan sorteadas “no habrá recursos para escriturar la cooperativa, porque para firmar la escritura tiene que haber un fondo”.
En cuanto al recorte de los dos últimos años, Llorca evidenció que se trata de un presupuesto “que era para vivienda” pero que “se inserta el fideicomiso y con ello una modalidad nueva: los nuevos tipos de construcción”. Al respecto, el secretario general de Fecovi trajo a tema “los valores de tasación”: dijo que “año a año el valor que se presta para cada cooperativa en general se hace a través de un cálculo técnico, se analiza la variación que tuvo en los materiales de construcción y en diferentes hitos y en ese momento se establece si subió o bajó, pero generalmente siempre en la resolución ministerial hay un fundamento técnico”.
En ese marco, aseguró que hasta el año pasado la tasación para una vivienda dormitorio eran aproximadamente 2.500 UR, pero este año “apareció una tasación de 3.400 y pico de UR” es decir, “una variación enorme y sin fundamento técnico”. La explicación redunda en que “siempre dijimos que el cooperativismo construye con un valor muy razonable” y en este contexto “quedamos muy arriba sin un fundamento técnico”.
Por otro lado, destacó la existencia de “un déficit terrible de vivienda” que no se va a poder “solucionar con las políticas de crear realojos o fideicomisos”. Insistió, a su vez, en que desde el cooperativismo “más que nadie estamos interesados en que los dineros de todos nosotros ‒porque nunca debemos olvidar que las cooperativas se construyen con dinero de todos nosotros‒ se utilice de la mejor forma. Que ese dinero que se prestó, ese edificio y esas casitas que se construyen, después sirvan como un efecto multiplicador y no que mañana pasado terminen en un baldío”.
Llorca recordó, también, que el interés que pagan “es altísimo, muchas veces aún más que el interés bancario y nosotros no tenemos exoneración de IVA a los materiales”. En otro orden de cosas, informó que el MVOT aceptó mantener para unipersonales el límite de 60 UR, cuando, anteriormente, la cartera había establecido que para las viviendas de dos dormitorios ocupadas por una sola persona, el límite era de 40 UR. En esa línea, afirmó que la relación con las autoridades de la cartera es “buena”, como también lo afirmó González, que complementó con que “el acotamiento que tienen en el tema presupuestal no le permite llevar adelante las cosas como deberían ser”.
A modo de conclusión, Llorca señaló que “el sistema cooperativo de vivienda de usuario es el mejor sistema”, y por esa razón entienden que “brinda respuestas que el Estado no puede dar si me entrega una casita”. Así las cosas, “si entendemos que ese es un sistema que funciona, ampliémoslo. Y si el Estado, el ministerio, entiende que hay cosas que no están funcionando, pues vamos a reunirnos entre todos los actores y vamos a corregir lo que está mal, pero no lo cortemos”.