En la actualidad hay aproximadamente unos 1.500 tambos en todo el país. La mayor cantidad de estos establecimientos se ubican entre San José, Florida y Colonia, aunque en Soriano y Paysandú hay otros tantos.
Casi en el cierre del año, el que se declaró en conflicto es el Sindicato de Trabajadores de Transporte de Leche, que cuenta con unos 150 funcionarios sindicalizados a nivel nacional. Los trabajadores son los encargados de transportar el producto a las respectivas plantas para que pase el proceso correspondiente, hasta que es puesto a disposición del público en los comercios.
Según dijo a la diaria Santiago Ponce, presidente del gremio, las negociaciones están estancadas. Agregó que en la última reunión entre las partes, celebrada el pasado miércoles, no hubo avance en las conversaciones por un convenio colectivo –grupo 13- subgrupo 72, “Transporte de leche a granel”–, por lo que el Ministerio de Trabajo convoca para el miércoles 27 a ejecutar la firma del decreto, que sería por dos años.
El dialogo se inició el pasado 3 de agosto y, pese a que se desarrollaron diversas instancias y que se acordó en algunos puntos, incide más las cláusulas en las que no hay acuerdo. “Ahora se presentarán las últimas posiciones que cada sector considera más relevantes, y luego se firmaría el decreto con las pautas del Poder Ejecutivo. Eso significa que no habrá cláusula de paz en el sector. No visualizamos un acuerdo”, explicó.
El dirigente señaló que desde hace tiempo hay un documento que da cuenta de que cuando la tecnología llegó a la industria se eliminaron puestos ocupados por unos 900 trabajadores –muchos recogían la leche en tarros en camiones de 5.000 litros y otros controlaban la calidad–, pero con la llegada de camiones cisterna se prescindió de personal.
En cuanto a la denominada “prueba de alcohol” o “termoestabilidad”, que controla la leche y su estado antes de cargar los camiones, pasó a ser tarea de los trabajadores de la recolección, y las empresas de transporte negociaron con las empresas lácteas, pero las empresas de transporte no negociaron con el sindicato, porque antes no había sindicato.
“Hay reivindicaciones que vienen de hace un tiempo, que este año se sistematizaron. Lo que reclamamos es tener el mismo salario que tenía el trabajador de la industria cuando hacía la prueba de alcohol, antes de ingresar la leche a planta. Tenemos un desfasaje. Además de conducir el camión y de hacer la prueba de alcohol, cobramos un 20% menos de lo que se pagaba antes en esa categoría. No pedimos un 20% de aumento, sino que queremos un acuerdo un acuerdo de cuatro años, con un ajuste salarial del 6% retroactivo (un 1,5% por cada año), pero además la incorporación de una partida accesoria al jornal, que no incide en las horas extras, ni en la remuneración del jornal ni en la nocturnidad”, declaró Ponce.
Las empresas y la cámara empresarial aceptan los cuatro años de convenio y el 6% de ajuste salarial retroactivo, como también la incorporación de un kit para realizar la prueba de termoestabilidad –exigido por Conaprole a las empresas de transporte–, pero lo que piden es que, de ahora en más, cualquier implementación y aplicación de nuevas tecnologías en el sector sea aceptada por los trabajadores. Esto es rechazado completamente por el sindicato, que resaltó que el Ministerio de Trabajo ha propuesto ideas y fórmulas, pero que “así es muy difícil negociar”.
“Los empresarios dicen que firmarían una cláusula en la que señalan que no se afectaría la mano de obra. Entendemos que quizás no afecte a la mano de obra mínima con la que se hace la recolección de leche, pero sí puede afectar a los posibles ingresos al sector”, señaló. Destacó que el sindicato quiere reducir la cantidad de horas extra del sector, buscando así un peso mayor en el jornal y que se contrate más personal.
Leche sin control técnico
En los hechos, el haberse declarado en conflicto significa, principalmente, que la leche está siendo cargada en los camiones sin ser examinada. “Eso conlleva a que la leche que pueda estar en mal estado, por algún tipo de problema o desperfecto eléctrico en el tambo, se puede llegar a mezclar con la leche en buen estado. Eso es lo que recepcionará la planta de la empresa”, dijo Ponce, y aclaró que el 80% de la producción que se remite a planta responde a Conaprole, y que el traslado del producto para esa empresa significa aproximadamente 1.200.000 kilómetros por mes.
La leche se transporta a diario, en jornadas que se dividen entre dos y tres turnos, en unos 150 camiones cisterna en todo el país. Hay dos tipos de camiones: unos transportan 22.500 litros, mientras que otros trasladan 27.000 litros –como máximo–.
Ponce denunció que “para los trabajadores, lo más preocupante que han demostrado Conaprole y las cámaras empresariales transportistas es la falta del control técnico que realizamos sobre la leche. No se está haciendo, y no impactó como creíamos. La leche está ingresando sin controles técnicos a las plantas de Conaprole. Ha sido la apuesta de las cámaras empresariales, de seguir adelante con esa visión. El no controlar. De eso hace nueve días, que es cuando empezamos con las medidas y nos declaramos en conflicto”.
Ante las medidas tomadas, los empresarios anunciaron descuentos del 20% del salario a los trabajadores, quienes anunciaron una “respuesta radical” a la decisión.
Ponce apuntó que para sorpresa de los trabajadores y del sindicato los empresarios no reaccionaron a la situación. Se esperaba que antes de cargar el producto a los camiones alguien se hiciera cargo de los controles, en reemplazo de los trabajadores en conflicto. Entonces, “cuando se carga la leche en los camiones, en el estado en que se carga, y cuando ahí se hace el control de termoestabilidad, este ya no tiene sentido ni validez. Se están violando los controles de seguridad”.
Comentó también que ante la falta de los controles correspondientes la leche ingresa a la planta “con una acidez que se diluye, y que ingresa en ese estado a planta. Conaprole expresó preocupación por el estado de la leche para elaborar sus productos, y eso es todo un tema, que cada vez es más complejo”.