En un comunicado que emitió Acodike este jueves la empresa dio su versión sobre los motivos que la llevaron a desvincular a 27 trabajadores. De acuerdo al documento, la demanda de la zafra de envasado es de tres meses y eso implica que el segundo turno, compuesto por los trabajadores despedidos, “no tiene prácticamente trabajo de envasado durante nueve meses al año”. La empresa manifestó que “se buscaron alternativas para intentar que se desarrollara alguna actividad que disminuyera este gasto absolutamente innecesario, con el fin de sostener los puestos de trabajo”, pero, según la firma, el sindicato se negó.
Conforme al comunicado, “parte del personal se negó a trabajar en tareas alternativas, pero sí cobró su sueldo”. Eso implica que los restantes nueve meses, luego de la zafra, la empresa “deberá asumir el pago de sus haberes sin tener actividad alguna a desarrollar”. En ese sentido, Acodike apuntó que las condiciones del mercado del gas licuado de petróleo “imponen” que sean competitivos y eficientes para poder “satisfacer a sus clientes al mejor precio y con el mejor servicio posible”. Por eso, la empresa se vio obligada a “tomar la decisión, con mucho pesar, de prescindir en forma permanente del segundo turno”.
Por otra parte, en respuesta a la empresa, Danilo Barreto, delegado del sindicato de Acodike, dijo a la diaria que “los comunicados son estrategias empresariales para distorsionar”: “Es una práctica usual de (Diego) Guerrero -gerente de Riogas- que siempre hizo en Riogas. Acodike comenzó hace un tiempo a implementarla, a distorsionar y mandar información a medias o información falsa”, agregó.
Sobre las declaraciones de la firma, Barreto señaló que “la organización de trabajo de la empresa fue acordada con el sindicato y siempre funcionó” y que, incluso, la empresa “ha mejorado por encima de las otras” con ese acuerdo. “No se puede decir que no se llegaba a acuerdos cuando teníamos una organización de trabajo que funcionaba de maravilla”, agregó. Además, insistió en que los despidos de la empresa son parte de una reestructura para bajar costos, que implica que se precarice el trabajo: “No es que no precisen a esos trabajadores, los van a precisar o van a hacer trabajar más a los que tienen. Para ellos la eficiencia es hacer lo mismo o más, pero con menos gente”, planteó.
En cuanto a las afirmaciones de la empresa de que el sindicato se rehusó a realizar otras tareas al finalizar la zafra de tres meses, el delegado sindical aseguró que “están lejos de la realidad” y que el período de trabajo es más largo. Comentó que, cuando se habla de la zafra, en la interna de la empresa se marca que dura entre cinco y siete meses; además, muchas veces implica hacer horas extras sábado y domingo e, incluso, hacer un tercer turno en la noche.
Según él, “la única baja real que se nota” es durante marzo y noviembre, ya que en esos meses los trabajadores del segundo turno comienzan a trabajar en el taller de reparaciones de la empresa y están “realmente ocupados”.