La Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) y la Cámara de la Industria Láctea del Uruguay (CILU) realizaron el lunes a las 16.00 una mesa de negociación bipartita en la que no llegaron a un acuerdo. La causa es el conflicto entre Conaprole y la Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole (AOEC) debido a la situación en la planta de leche ultrapasteurizada (UHT) de Rodríguez, en la que el sindicato dice que la empresa está impulsando innovaciones en las formas de trabajo, mientras que la firma lo niega.

De acuerdo a un comunicado que emitió la AOEC, Conaprole pretende imponer nuevas formas de trabajo a los empleados de la planta de Rodríguez, como “aumentar a tres turnos de producción con reducción sensible del padrón de trabajadores” y eliminar “el régimen de trabajo de nueve horas diarias durante cinco días semanales”, de lunes a viernes, y sustituirlo por 48 horas semanales de lunes a sábados.

Por esos motivos, la AOEC reclamó que se apliquen las cláusulas de prevención de conflictos y de paz, es decir, que la empresa no aplique las innovaciones mencionadas en la forma de trabajo hasta no pasar por un proceso de negociación. En diálogo con la diaria, Luis Goichea explicó que las cláusulas plantean que “cuando haya cualquier situación probable de un conflicto, sea por una parte o por la otra, la parte que entienda que puede llegarse a un conflicto le plantea a la otra dejar sin efecto las medidas que tenían dispuestas”.

Para Goichea, la posición de Conaprole se debe a que en los últimos meses mostró que tiene un “problema de gestión” en su línea de producción en el mercado interno: “Esto es una justificación más para decir que el faltante que hay hoy de productos en el mercado no es responsabilidad de la empresa”, apuntó. Por otro lado, “más de fondo”, comentó que hace tiempo que Conaprole “viene planteando una serie de innovaciones en formas de trabajo, en tratar de que las personas tengan más de una responsabilidad y una tarea”.

Afirmó que desde el sindicato siempre se opusieron a eso, ya que una cosa son los nuevos avances tecnológicos y otra cosa es “pensar que el trabajador tiene que hacer al cabo de su jornada dos o tres tareas distintas, de distinto valor y en distintos sectores, aunque sea en el mismo lugar de trabajo”. “El estrés va a ser distinto, uno tiene una capacidad determinada para atender una tarea y tratar de desarrollarla bien”, agregó.

En la noche del lunes, la AOEC comunicaba que “una vez más, se vio frustrada la aplicación” de la cláusula de paz y de prevención de conflicto por parte de Conaprole, “manteniendo su posición en torno a innovar en las formas de trabajo e imponer en el sector UHT sin negociarlo ni discutirlo, como lo establecen los acuerdos bipartitos vigentes y los laudos lácteos que hacen referencia al respecto”.

“En ese sentido, la bipartita FTIL-CILU cerró su participación en el tema quedando las partes liberadas, por lo que la AOEC, en el marco de la actual situación”, ha dispuesto el trabajo a reglamento a partir de las 0.00 del martes, realizar asambleas de dos horas por turno en todas las plantas entre el 9 y el 12 de mayo inclusive, y convocar a una asamblea general nacional extraordinaria para el miércoles 17 de mayo. También contemplan la posibilidad de que el consejo directivo evalúe tomar nuevas medidas antes de la asamblea general. El trabajo a reglamento implica que no se hagan horas extras, no se cumplan faltantes de personas y no se trabaje en día de descanso ni en feriados.

Debido a las innovaciones tecnológicas, la empresa minimizó el padrón en cada sector, explicó Goichea, que agregó que hay sectores en los que trabajan cuatro o cinco personas, que no tienen relevos por licencia o por enfermedad. “Lo que ocurre es que cuando falta gente normalmente se acude a la voluntad del resto de los trabajadores para cubrir con horas extras el trabajo de los demás compañeros o compañeras”, indicó. El trabajo a reglamento implica no reponer esas ausencias.

Según el dirigente, eso conlleva que comience a “mermar” la capacidad de producción, lo que lleva a un desabastecimiento de productos de “vida útil más corta”, como “los yogures, los postres, los flanes, el lactolate, las leches de bolsa, los quesos de untar, la muzzarella, el queso de sándwich”. Según él, el jueves o el viernes de esta semana se empezará a notar el desabastecimiento de productos.

En cuanto a las exportaciones, señaló que el escenario es distinto, ya que los productos son de más larga duración y se preparan con mucha antelación, por lo tanto, las medidas actuales no afectarán las ventas al exterior más inmediatas. Otra cosa sucede si deciden tomar la medida de no cargar las exportaciones a los barcos, que sí tendría un impacto “inmediato y muy grande”. “Es una medida más drástica; si tomás una medida de no cargar, es una situación más complicada”, consideró.

Con respecto a otras posibles medidas que pueda tomar el sindicato en caso de que el conflicto avance, señaló que una posibilidad es realizar paros de media hora por día de trabajo de forma alternada, lo que “tiene un impacto muy importante”: “Si llegamos a la asamblea general donde se vote eso, estamos hablando de una medida de paro muy baja con respecto al costo económico nuestro, pero de mucho impacto para la empresa”, aseguró. Incluso, añadió que se puede seguir aumentando el tiempo de paro por día hasta llegar a un escenario en el que “capaz que hay sectores que no producen”.