Semana Emprendedora Global en Uruguay con foco en incentivar competencias emprendedoras desde jóvenes

El 18 de noviembre, en la sede de Cubo Itaú —ubicada en Víctor Soliño 349— se realizó la apertura de la Semana Emprendedora Global edición 2024. Esta movida internacional abarca a “casi 200 países para inspirar a emprender”, según consta en un comunicado de la Red Uruguay Emprendedor, colectivo que ofició de nexo entre los emprendedores presentes y las empresas que representaban, a la par con Cubo Itaú.

En un clima distendido, el que dio la bienvenida fue Juan Garrido, Country Manager de Cubo Itaú, una organización sin fines de lucro que tiene como uno de sus objetivos, generar una red de apoyo entre varios emprendedores tanto en Uruguay como a nivel regional. En ese sentido, esta organización funciona de forma presencial y también virtual. “Suceden conexiones a través de las corporaciones que plantean desafíos y las startups [empresas nuevas] plantean soluciones”, afirmó Natalia Cohn, encargada de Corporate Investors en Cubo.

“Cuestión de actitud”

La presidenta de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE), Carmen Sánchez, también estuvo presente y agradeció a Cubo por la organización de la actividad. Sánchez destacó que si bien la Semana Emprendedora Global formalmente se hizo entre el 18 y el 22 de noviembre, a lo largo del mes hubo actividades con diferentes actores. En esa línea, Sánchez destacó que realizaron una actividad en la Fundación La Muralla que fue “un gran desafío para el equipo de ANDE, con casi 800 jóvenes”. Relacionado a esto, el foco de este año de la Semana Emprendedora Global —con sede en Uruguay— será la sensibilización y el desarrollo de competencias emprendedoras desde “edades tempranas”, “buscando fomentar que emprender es más que un negocio: es una cuestión de actitud”.

Además, la presidenta resaltó que “en total son unas 130 actividades” que se desarrollaron algunas en la segunda semana de noviembre en todo el territorio nacional. “Como siempre decimos, la Semana Emprendedora es de todos, es de toda la red, así que es muy importante la participación de todos ustedes”, subrayó Sánchez.

Lanzarse al mundo

Más adelante, llegó el momento en que los emprendedores presentes contaron sus experiencias y sus trayectorias profesionales. Diego Lemos, fundador de la empresa Millsonic, contó al público presente que trabajan con la musicalización de empresas “en Latinoamérica y parte de Europa”. Con alrededor de 5.000 puntos de venta que abarcan a retailers “como grupo Falabella”, cadenas de supermercados, autoservicios y centros comerciales.

“Estamos muy vinculados con la parte neurocientífica, musicalizamos en base a cómo se comporta el ser humano con la música”, explicó Lemos. El fundador de la plataforma de música mencionó que inició su camino en 2017, a través de ANDE. Después, pasaron por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y obtuvieron un financiamiento entre ambas organizaciones de 30.000 dólares. “Ahí hicimos nuestra plataforma y nos aventuramos al mundo nosotros solos”, afianzó Lemos previo a su oratoria, en diálogo con la diaria.

Tejer la red

Por su parte, Ana Laura Trías, de la Red Uruguay Emprendedor, mencionó que en la actualidad en esa “comunidad” hay más de 100 instituciones “en todo el país” alineadas a un mismo objetivo de ser un “ecosistema de apoyo al emprendimiento”. Además, distinguió que “no están integrados emprendedores o personas” sino instituciones, donde “hay un recorrido de respaldo de larga data” a personas emprendedoras. Trías evidenció que el foco del encuentro alude al vínculo entre el sector empresarial o socioproductivo y el ecosistema emprendedor.

A raíz de ese lineamiento, en un estudio realizado entre 2023 y 2024 que englobó a “distintos ecosistemas” de ciudades de América Latina, arrojó como resultado que la investigación no marcó en buenos términos “la formación emprendedora desde edades tempranas”, punto que va de la mano con lo que mencionó la presidenta de ANDE y que es el hilo conductor de la Semana Emprendedora Global de este año. Otra de las áreas que despertó alarma, es el tema del financiamiento a empresas de ciencia y tecnología donde se visualizó que hay un mayor financiamiento desde el sector público, sin embargo, en otras etapas faltó financiamiento del sector privado. En ese marco, se detectaron 25 oportunidades de mejora, donde se priorizaron tres que son fortalecer la educación emprendedora desde jóvenes, la profesionalización del ecosistema en general en lo que refiere a los instrumentos de apoyo y por último, el énfasis dual empresa-entorno.

“Se generó una mesa de trabajo interinstitucional entre toda la red que pone foco en cómo vamos a tender esos puentes entre el ecosistema y las empresas y cuál es la propuesta de valor que tiene el ecosistema para que las empresas se acerquen”, detalló Trías, y agregó que se debe priorizar en lo que es “innovación abierta” entre el sector productivo y académico.

Innovación abierta

En sintonía con lo anterior, Javier Pastorino, integrante del programa de innovación en servicios públicos de la ANII, mencionó que “hace varios años” se encuentran en el trabajo de “incentivar” lo referente a la innovación abierta, que implica “vincular a dos mundos inicialmente separados, pero que pueden agregar valor de manera conjunta”. Cabe destacar que esta iniciativa, se incorporó a la práctica hace cuatro años, según Pastorino, donde se hizo hincapié en brindar soporte a instituciones públicas como el Hospital de Clínicas, por ejemplo, en el desarrollo de tecnología “que permitiera utilizar datos que en general están dispersos” para la atención de pacientes con diabetes.

“Vemos que hay muchísima oportunidad para que startups, emprendimientos, empresas puedan postular ideas de soluciones y desarrollar un nuevo canal de comercialización con el sector público, que es un sector que obviamente tiene recursos. Además, en Uruguay existe la compra pública de innovación, que es otro espacio donde también hay oportunidad para el sector emprendedor”, argumentó el integrante de la ANII. También evaluó que las experiencias en general fueron positivas, sin descuidar “el riesgo” de que las tareas pueden no salir acorde a lo planeado al comienzo. “Es parte de ese riesgo que naturalmente hay que asumir”, reforzó.

Por otro lado, Agustín Gallo, emprendedor y miembro de Prex, encargado de la expansión regional de la empresa, señaló que hay “un vacío entre las grandes instituciones” y “los emprendedores”, ya que estos últimos “muchas veces por no tener burocracia son los que mayor grado de innovación aportan”. En consonancia con ese punto, Gallo identificó que es necesario registrar el problema y “llevarlo a esa lógica de problema-desafío” porque en la innovación abierta, uno de los pilares clave es presentar el problema, acotarlo y tener claro los límites “para saber exactamente qué solución podría venir”.

De igual manera, el emprendedor evidenció que trabajaron desde Prex en la creación de “un kit de innovación”, con aplicación en el sector público y privado.

Este kit se basó en “metodologías ágiles” orientadas en el pensamiento del diseño “a través de cuatro sesiones” con una duración aproximada de un mes.

“Nosotros en realidad trabajamos con los dos sectores, por un lado, con las instituciones públicas o las empresas, definiendo el problema y estudiando cómo acotarlo. Por otro lado, [trabajamos] con el mundo de las startups, empresas, instituciones académicas y centros tecnológicos que podrían ser los solucionadores a esas problemáticas. Entonces vamos trabajando en paralelo con unos y con otros para tener el ecosistema adecuado que permita, frente a una problemática o un desafío, tener una cantidad considerable de oportunidades de solución que se postulen en esa convocatoria”, aclaró Gallo.