Al igual que el pasado lunes, esta mañana la Federación de Obreros de la Industria de la Carne y Afines (Foica) anunció un paro general nacional desde las 7.30 de este lunes y durante toda la jornada del 31 de diciembre.

Las medidas de paro se dan en el marco de un conflicto que el gremio mantiene desde noviembre. La Foica rechaza que, ante la falta de acuerdo en las negociaciones de convenio colectivo entre empresarios y trabajadores, se sometan a votación los ajustes de salarios de los próximos 24 meses.

La federación ha resuelto no participar en las convocatorias a votación del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), ya que entienden que, de participar, perderían dos a uno y las pautas salariales se harían efectivas prontamente. Por el contrario, al no participar, la votación no puede llevarse a cabo, lo que lleva a una alternativa: el gobierno decreta los ajustes salariales entre 48 y 72 horas después. Este decreto luego debe ser aprobado por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) y el Ministerio de Economía y Finanzas, para finalmente ser firmado por el presidente Luis Lacalle Pou.

“Cuando hay una votación, independientemente del resultado, al otro día ya se publica el acuerdo y se hacen efectivos los ajustes de julio y de enero”, mientras que con el decreto, “como lleva un proceso más largo de entre cinco y 30 días, la aplicación de los ajustes se hace cuando la firma el presidente. Son retroactivos, pero no hay ajustes hasta que el presidente decreta el acuerdo”, explicó Cardozo, consultado por la diaria con motivo del paro del pasado lunes.

En el anuncio del paro de 48 horas, desde la Foica expresaron que “las rondas de consejos de salarios son para negociar, no para decretar” y, en ese sentido, paran “en defensa de la negociación colectiva y los consejos de salarios”.

El paro previo a la celebración de la Navidad fue cuestionado por el presidente de la Unión de Vendedores de Carne, Heber Falero, quien advirtió que la medida afectaría el suministro de asado para las fiestas. Sin embargo, Cardozo desestimó esta preocupación, e indicó que las plantas que paralizan sus actividades son agroexportadoras, por tanto su cuota de abasto al mercado local es mínima.