En la sede del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), con la presencia del responsable de la cartera, Fernando Mattos, y del director general de la Granja, Nicolás Chiesa, se anunció el lanzamiento de una convocatoria para el apoyo a la modernización y la recomposición de la producción hortícola bajo cubierta.
Actualmente son 1.046 las empresas en todo el país que producen a través de este método, encontrándose distribuidas principalmente en las zonas sur y norte del país. A través de este plan, se espera beneficiar a los productores del sector que se encuentren en el Registro Nacional Frutihortícola, estableciendo diferentes subsidios según el área de explotación, que permitan la instalación de estructuras de protección metálicas para la modernización y la seguridad del sistema de producción.
Los productores de hasta seis hectáreas y equivalente tendrán un apoyo no retornable de 400 pesos por metro cuadrado, hasta llegar a 1.000 metros cuadrados de estructura construida con macrotúneles.
En la misma línea, los productores que tengan un espacio productivo mayor a seis y menor a 10 hectáreas, se les proporcionarán 280 pesos por metro cuadrado hasta llegar a la misma área de estructura cubierta. Por último, a los que tengan más de 10 hectáreas se les dará apoyo financiero a través del subsidio de la tasa de interés en el marco del Fideicomiso de Garantía de la Granja.
De forma paralela a esta convocatoria, también se lanzó un plan de apoyo a la recomposición de cobertura (nailon). Según explicó Chiesa, hay estructuras de madera tratada que se conservan en buenas condiciones, llegando a una vida útil de 20 años. Por otra parte, el nailon que lo recubre no tiene tanto tiempo de utilidad y muchos productores buscan “poder realizar el cambio”, explicó el director. En ese sentido, se brindará el apoyo de un dólar por metro cuadrado a los productores que tienen hasta 4.000 metros cuadrados de superficie cubierta. Para este programa, la Dirección General de la Granja (Digegra) y la Junta Nacional de la Granja decidieron destinar 100 millones de pesos.
Las convocatorias están desde este martes disponibles en la web de la cartera y se espera que para su llegada a los productores tomen un rol protagónico las distintas gremiales en clave de “aglutinadoras de las propuestas” y “control social del buen uso de los recursos”, explicó Chiesa.
El director detalló que en este sistema productivo el 80% son productores que tienen menos de 10 hectáreas, siendo el 45% del área cubierta. Señaló también que prima la producción en invernáculos, macrotúneles y microtúneles, con estructuras de madera, entre otros materiales. “Uruguay sigue rezagado en el tiempo”, dado que la horticultura bajo estructuras de madera tiene lugar, además de en nuestro país, en Argentina, y en alguna medida en Chile, subrayó por último el referente de Digegra.
Además de lo inherente a la mejoras de las estructuras para el desarrollo de producción, el ministro Mattos señaló la existencia de una “consecuencia secundaria”, vinculada a que las cubiertas cumplan con los requerimientos para poder “ser comprendidas por un sistema de seguros”. “La estructura metálica y el nailon nuevo no son obstáculos para que alguien pueda estar afectado”, y por eso “es muy importante que se sepa que los dos instrumentos tienen que caminar juntos”, dijo el titular de la cartera con relación al trabajo que se debe realizar en infraestructura y, además, a la necesidad de contar con seguros frente a daños.
La visión de los productores
También estuvieron representantes de diferentes gremiales, los que se mostraron, en general, satisfechos con la iniciativa. Teresa Romano, presidenta de la Comisión de Fomento Rural Miguelete y Mendoza, dijo a la diaria que “es una convocatoria muy buena”, pero que ahora resta “cambiarles la cabeza a los productores”. En ese sentido, y teniendo en cuenta el impulso de las estructuras metálicas, destacó que muchas veces “las cosas nuevas cuestan”.
Por su parte, Gianella Gallo, directiva de la Sociedad de Fomento y Defensa Agraria de Paso de la Arena, subrayó en diálogo con la diaria que esta iniciativa “es un logro también de los trabajos articulados” realizados en las diferentes mesas de desarrollo rural, espacios donde confluyen representantes de organizaciones de productores y diferentes equipos técnicos territoriales, entre ellos, los de Digegra. Más allá de esto, la productora llamó a no “perder de vista” que no sólo hay “resistentes a la innovación”, sino que existe una mayoría que pretende modernizarse, pero “no puedo hacerlo” dado que no tiene “rentabilidad”.
“La granja está en crisis hace más de tres años, no logra levantarse”, explicó Gallo, quien entre las principales dificultades, enumeró la existencia de instituciones por fuera de la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM) que marcan precios y el efecto que produce también en el mismo sentido el contrabando.
Mario Buzzalino, vicepresidente de la Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR), resaltó que en estos sistemas la “inversión inicial es más que importante”, por lo cual el apoyo económico es positivo. “A esa estructura, que ya es cara, hay que ponerle la mejor semilla, un buen riego por goteo, fertilizante de acuerdo al suelo, entonces eso es una escalada económica que no tiene techo, y por eso los productores más grandes son los que se ven más favorecidos”, comentó.
Sin embargo, el productor también destacó la inestabilidad del sector hortícola donde “los precios a veces son razonables y a veces son miserables”. “Por más que vos de pronto veas en los supermercados un precio estratosférico de tomate, morrón, zapallito o chaucha, hay que pensar que esa contraestación implica riesgos e inversiones importantes, por lo que ese precio no le llega al productor, y es este tipo de medida lo que vendría a generar una especie de equilibrio”, agregó.