A lo largo de la campaña, las encuestas de opinión pública indicaron que la economía era una de las principales preocupaciones de la población a la hora de calificar al gobierno y de evaluar el voto. Con eso en mente, ambos candidatos destacaron y marcaron datos económicos durante el debate que repasamos a continuación.
Grado inversor
Uno de los aspectos mencionados por ambos candidatos a la presidencia es la calificación de riesgo que ostenta Uruguay. El primero que jugó la carta fue Álvaro Delgado, quien destacó que en la actualidad el país tiene “la mejor calificación en la historia”, y contrastó este logro bajo el supuesto hecho de que en 2019, al final de los gobiernos del FA, Uruguay habría estado “a punto de perder el grado inversor”.
Por solicitud del gobierno, en marzo la calificadora de riesgo Moody's recategorizó la nota de riesgo a la calificación “Baa1”, dos escalones por encima del grado inversor y récord histórico para nuestro país. Anteriormente, la agencia Standard & Poor's había elevado la calificación a BBB+, mientras que la agencia Fitch a BBB, un escalón por encima del mínimo aceptable.
Sin embargo, no existen elementos para asegurar que hace cinco años se haya estado en una situación cercana a la pérdida de grado inversor. Los últimos informes bajo administración frenteamplista emitidos por las agencias S&P y Moody's mantuvieron las notas de crédito con grado inversor y “perspectiva estable”. Por otra parte, Fitch, que también mantuvo la nota de riesgo de crédito, señaló la “perspectiva negativa” del grado en caso de que el próximo gobierno no realizara ajustes macroeconómicos pertinentes en materia de inflación y déficit fiscal.
Estas afirmaciones de Delgado provocaron que Yamandú Orsi recordara que Uruguay recuperó el grado inversor durante la segunda administración del Frente Amplio, luego de que S&P aumentara de BB+ a BBB- la nota de deuda soberana. Este nivel se había perdido en febrero de 2002, meses previos a que estallara la
Inflación y salario
Otro de los hechos destacados por Delgado fue que el nivel de inflación actual corresponde a la mitad de la que existía en Uruguay cuando llegaron al poder, guarismo que, según el nacionalista, alcanzaba los “dos dígitos”. La veracidad de esta afirmación varía levemente en función de los puntos que se utilicen para comparar.
Si se compara la inflación del primer mes de gobierno de esta administración contra el último dato anualizado, se observa que pasó de un 9,2% en marzo de 2020 a 5,1% anualizado al cierre de octubre, una reducción del 45,5%.
Asimismo, si se busca evitar las incidencias estacionales y se compara la inflación de 2019, 8,79%, respecto al cierre de 2023, 5,1%, tendremos una baja que, si bien no es exactamente “la mitad”, implica una reducción del 42%.
Este hecho ya fue destacado en los spots que divulgó la campaña del candidato previo a las elecciones internas de junio y fue abordado entonces por el chequeo de la diaria Verifica.
Respecto al ingreso, Delgado destacó que en 2024 se alcanzó el mayor índice de salario real (ISR) en 49 años, lo que es verdadero, pero desde la oposición señalaron reiteradas veces que esta afirmación no contempla la pérdida de poder adquisitivo ocurrida durante los primeros tres años de administración. La recuperación de los datos salariales al valor anterior a la pandemia se dio en enero de este año, cuando el ISR obtuvo nivel más elevado, aunque no alcanzó para recuperar el ingreso no obtenido durante todo el período.
Asimismo, el grueso del aumento del poder adquisitivo del nivel salarial se dio durante las administraciones del Frente Amplio, en las que el salario real aumentó más de 50% en 15 años, mientras que durante el último quinquenio el aumento del ISR fue de apenas 2%.
Deuda externa
“En el 2004 la deuda era 97,7% del PBI, y en el año 2019 había bajado un 30%. Hoy en estos últimos años la deuda creció un 10%”, afirmó Orsi. Si bien el frenteamplista no detalló si se refería a la deuda pública o la externa (deuda pública más deuda privada), el dato más cercano a ese primer guarismo es el señalado en un informe publicado por el Banco Mundial en 2005, que cifró la deuda pública neta en 101% del Producto Bruto Interno.
Otra serie a tener en cuenta es la elaborada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que detalla la evolución de la deuda pública y que, si bien arroja una cifra menor a la señalada, marca la caída de 30 puntos entre 2004 y 2019, al pasar del 81,4% al 49% de deuda respecto al PBI.
De acuerdo a los datos de Cepal, el aumento mencionado para la administración no sería tal, ya que implicaría una evolución de poco más de cuatro puntos. Sin embargo, de acuerdo al último Reporte de Deuda Soberana de la Unidad de Gestión de Deuda Pública del Banco Central de Uruguay, la deuda neta del Gobierno Central habría pasado de 45% en 2019 a un 55,8% al cierre del segundo trimestre de 2024.