La semana pasada, la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, hizo el balance de su gestión como titular de la cartera, cargo que ocupó ininterrumpidamente desde el comienzo de esta administración. Con algunos hitos y otras luces amarillas, la ministra destacó la reducción del déficit fiscal, la contención de la inflación y el manejo de la deuda externa.
Déficit fiscal
Para medir el gasto fiscal primario se tienen en cuenta los ingresos totales menos las erogaciones del Estado durante un año. Luego, para evaluar la situación macroeconómica se lo compara con el producto interno bruto (PIB) para tener una evaluación relativa al tamaño y capacidad de producir valor de una economía. Además, puede tenerse en cuenta el resultado financiero si a los gastos anuales del Estado se le añaden los intereses de deuda que deba afrontar en ese período.
De acuerdo a los datos divulgados por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el déficit fiscal primario, correspondiente a los gastos del gobierno central más lo que se lleva el Banco de Previsión Social (GC-BPS) cerró en 2024 a -3,4% del PIB. Esto significó una evolución positiva de 0,5 puntos del PIB respecto de 2019, cuando el déficit GC-BPS cerró a -3,9%, lo que arroja un ahorro equivalente a 400 millones de dólares.
El déficit alcanzó su punto máximo en 2020, cuando alcanzó el -5,8% del PIB, producto de los gastos extraordinarios de la emergencia sanitaria, y pasó a reducirse gradualmente: en 2021 cerró a -4,1%, en 2022 a -3,2% y en 2023 a -3,3%. Por otra parte, el déficit fiscal estructural pasó de -4,5% del PIB en 2019 a -3,7% al cierre de 2024.
Deuda externa
En uno de los aspectos en que el gobierno tuvo números más complicados fue en el manejo de la deuda externa, que se vio incrementada durante el período de emergencia sanitaria y que no tuvo grandes retrocesos desde la normalización de la actividad económica.
Tanto la deuda bruta como la neta (esta es la deuda bruta menos los activos del país) aumentaron fuertemente en 2020. La deuda bruta pasó de 48% del PIB en 2019 a 61,3% en 2021 y, de acuerdo al dato preliminar del MEF, esta cerró en 57,2% en 2024. Esto supone casi diez puntos más que al cierre de la pasada administración. Asimismo, la deuda neta pasó de 44,4% del PIB en 2019 a 56,2% en 2020 y retrocedió a 53,3% en 2024.
Producto interno bruto
En línea con otros indicadores económicos, el PIB se deterioró durante el primer año de gobierno, al pasar de 62.166 millones de dólares en 2019 a 53.615 millones de dólares al cierre de 2020, una retracción en pesos de -7,4% anual. Sin embargo, la economía tuvo un rápido repunte en los años siguientes y para mediados de 2021 ya había recuperado el nivel prepandemia. Al cierre de 2024, de acuerdo a los datos preliminares, el PIB cerró en 79.715 millones de dólares, lo que arroja un PIB per cápita récord de 23.173 dólares.
Inflación y dólar
Según propios y extraños, uno de los grandes logros de esta administración fue la contención de la inflación, que logró mantenerse dentro del rango meta fijado por el Banco Central por más de 20 meses, en una franja que se ubica entre el 3 y el 6% interanual. La inflación fue uno de los grandes problemas que debieron afrontar las administraciones frenteamplistas.
Luego de un período de inflación interanual de dos dígitos durante los primeros meses de la pandemia, cuando llegó hasta 11,05% en mayo de 2020, el gobierno logró contener y reducir gradualmente la inflación hasta llegar a un mínimo de 3,68% en abril de 2024. Este logro fue cuestionado por la oposición a partir de la comparativa con la evolución del salario real (ISR), que se contrajo primero y comenzó a repuntar levemente a partir de agosto de 2022. Esto se tradujo en que el ISR de diciembre pasado estuvo 2,7% por encima de diciembre de 2019.
A la par, otro de los aspectos cuestionados fue el referente a la cotización del dólar, que se mantuvo “planchado” durante buena parte del período y produjo señalamientos debido al fenómeno de atraso cambiario. Mientras que la tasa de cambio promedio en 2019 fue de 35,3 pesos por dólar, en 2020 la cotización subió a 42,1 pesos y alcanzó su máximo en 2021 con 43,6 pesos por dólar. No obstante, la cotización se redujo paulatinamente en los años siguientes. El promedio en 2022 se redujo a 41,1 pesos por dólar y en 2023 alcanzó su piso de 38,9 pesos promedio, a contracorriente de la región donde varias monedas locales de la región se devaluaron respecto de la divisa norteamericana. Finalmente, en 2024 hubo un avance del dólar con relación al peso, cuya cotización pasó de 39,14 pesos por dólar en enero de ese año a 42,47 pesos en diciembre, lo que cerró un promedio anual del entorno de 40 pesos por dólar.
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