El 1° de marzo, cuando asumió el presidente de la República, Yamandú Orsi, en los festejos se destacó la figura de Laura Alonsopérez, esposa del mandatario. Con notoria alegría y los dedos marcando la V de la victoria, la pareja del presidente arengó a la militancia frenteamplista desde el balcón central del Palacio Estévez y suscitó comentarios de todo tipo en redes sociales.
El debate dividió aguas por filiación partidaria. Algunos celebraron el saludo descontracturado, mientras otros señalaron un comportamiento inoportuno para la pareja de un presidente. Sobre esto, la senadora nacionalista Graciela Bianchi opinó a través de la red social X que “en la casa del presidente Orsi hay una mujer que manda” y que “en una República democrática el protocolo debe respetarse”. No obstante, no hay tal deber, ya que el cargo protocolar de primera dama (o primer caballero) no existe en Uruguay y la normativa no contempla ninguna responsabilidad.
Un poco de historia
El término fue creado en Estados Unidos a comienzos del siglo XIX para referirse a las esposas de los presidentes, y adoptado por las repúblicas que nacieron alrededor del mundo en los años siguientes. Esto surgió como un resabio de las monarquías que utilizaban el término de reina o rey consorte, pero que en el caso de los países republicanos no contaban con un término equivalente.
En algunos países, los estados suelen destinar recursos, equipo y responsabilidades para quien ocupe el puesto de acompañar al presidente o presidenta. En Estados Unidos, la primera dama cuenta con personal a cargo para sus actividades y dispone de una oficina propia en la Casa Blanca, sede del Poder Ejecutivo. Inclusive, disponen del término “segunda dama” o “segundo caballero” para referirse a la pareja de quien ocupe la vicepresidencia. Este mismo criterio se extiende a los gobernadores de los estados que conforman la federación.
En Brasil, las primeras damas también suelen ocupar cargos de relevancia impulsando proyectos sociales y su figura es utilizada ante los medios como herramienta de impulso a la popularidad del presidente. En los últimos años, tanto las esposas de Jair Bolsonaro como de Lula da Silva ocuparon cargos de relevancia, primero en las campañas electorales y luego en el ejercicio del gobierno.
Asimismo, en Argentina, el caso más cercano, las primeras damas solieron ser personalidades de destaque, especialmente en épocas de gobierno peronista. El caso más relevante es el de Eva Perón, quien realizó una intensa actividad durante la primera presidencia de su marido desde la fundación que llevaba su nombre. Administró programas sociales y distribución de recursos entre las poblaciones más vulnerables e impulsó el derecho al voto de la mujer. Fue tal la relevancia que obtuvo durante el tiempo que acompañó a Juan Domingo Perón (propiciada también por la propaganda del gobierno), que fue propuesta por la Confederación General de los Trabajadores para acompañar a Perón en la vicepresidencia, fórmula que rechazó integrar por el avance de su enfermedad.
La situación se repitió años más tarde, con menor éxito, cuando al regreso de Perón a la Argentina en 1973, se presentó a la elección acompañado en la vicepresidencia por su tercera esposa, Isabel Martínez de Perón. Martínez, quien nunca gozó la popularidad de Eva, terminó sucediendo a Perón en la presidencia tras la muerte de este meses después de asumir y ocupó el cargo hasta marzo de 1976, cuando fue destituido en un golpe de Estado por la Junta Militar.
Durante el kirchnerismo se dio por tercera vez una situación similar, luego de que Cristina Fernández sucediera en 2007 a su esposo Néstor Kirchner y pasara, si bien contaba con una trayectoria política propia como diputada y senadora, de primera dama a presidenta de la Nación, invirtiendo los roles ocupados por ambos, ya que Kirchner pasó a ser “primer caballero”.
Las primeras damas en Uruguay
Si bien la Constitución de la República no menciona ninguna disposición para las parejas de los presidentes, en Uruguay existe una tradición de que quien ocupa la posición de hecho sea una persona de incidencia en la vida pública, ya sea acompañando al presidente en actos protocolares o impulsando proyectos sociales.
Por ejemplo, Matilde Ibáñez, esposa de Luis Batlle Berres y madre de Jorge Batlle Ibáñez, ocupó un lugar destacado durante la presidencia de su marido, desde donde impulsó programas con foco en las infancias y creó el hoy Hospital Filtro, la Fundación Pro Salud y Bienestar del Niño y el Pabellón de Niños Enfermos Mentales de la Colonia Etchepare. Asimismo, incidió con su profesión de periodista que desempeñó en Radio Ariel.
Josefina Herrán, esposa de Juan María Bordaberry, durante el gobierno de facto de su marido fundó el Cuerpo de Voluntarios de Coordinación Social, cuya vocación oficial era la del desarrollo de actividades en hospitales y el área de la salud, pero que fue utilizada como herramienta política que impulsó la visión conservadora que tenía la dictadura cívico-militar sobre el rol de la mujer y la familia.
Por otra parte, Marta Canessa, historiadora y profesora, se negó a recibir la denominación “primera dama” durante las presidencias de su marido Julio María Sanguinetti y no desempeñó papel protocolar, salvo en escasas ocasiones, ni impulsó proyectos desde el Ejecutivo.
La esposa de Luis Alberto Lacalle, Julia Pou, creó Acción Solidaria, institución de beneficencia desde donde obtuvo gran visibilidad mediática. Incluso organizó en 1990 una maratón televisiva para recaudar fondos con motivo del “Día de la Discapacidad” y cuyos beneficios serían destinados al Instituto de Reumatología.
Mercedes Menafra, esposa de Jorge Batlle, fue presidenta de honor de “Todos por Uruguay”, institución sin fines de lucro que impulsó el programa de mujeres emprendedoras “HechoAcA”.
Con la llegada de Tabaré Vázquez a la presidencia, su esposa, María Auxiliadora Delgado, impulsó el Programa de Salud Bucal que dispuso tratamientos a población vulnerable y programas educativos. El programa, que actualmente lleva el nombre de Delgado, quien falleció en 2019, sigue vigente y está a cargo de la Administración de Servicios de Salud del Estado.
El caso de mayor preponderancia tal vez sea el de Lucía Topolansky, quien, además de ser la compañera de José Mujica, cuenta con una vida de militancia política, primero como integrante del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros y luego como integrante del Movimiento de Participación Popular, por el que llegó a ser diputada, senadora y vicepresidenta. En 2010 se dio la situación de haber sido quien tomó juramento a su marido como presidente de la República por ser la senadora oficialista más votada e incluso asumió la presidencia interina en casos de ausencia simultánea de Mujica y Danilo Astori.
Por último, Lorena Ponce de León, exesposa de Luis Lacalle Pou, impulsó el programa de mujeres emprendedoras Sembrando, para el que se destinaron recursos desde la presidencia de la República, e incluso contaba con un despacho propio en Torre Ejecutiva. Luego de que la pareja se separó oficialmente en 2024, Ponce de León siguió a cargo del programa, del que se despidió en los últimos días de febrero, próximo al cambio de mando.