El norte de Uruguay y el sur de Brasil comparten una de las mayores fuentes de agua dulce del mundo: la cuenca formada por la Laguna de los Patos, en Brasil, y la laguna Merín, que cruza sus fronteras. Es aquí donde los gobiernos de ambos países planean construir una hidrovía de 800 kilómetros para facilitar y aumentar las exportaciones de soja, madera y arroz, creando una ruta alternativa hacia el norte que evitaría el tránsito más lento por los puertos tradicionales del sur de Uruguay.

Con un dragado previsto de nueve metros, la vía navegable, aún sin nombre, permitirá el paso de embarcaciones de mayor tamaño que las que actualmente pueden hacerlo y la construcción de un puerto a lo largo de su trazado, en el río Tacuarí (Uruguay). El proyecto, planteado desde la década de 1960, atravesará un ecosistema lacustre de 143.000 kilómetros cuadrados, en un territorio habitado por unos 4,5 millones de personas en ambos países.

Para los gobiernos de Uruguay y Brasil, así como para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el proyecto se ha planteado para reducir los costes del transporte marítimo y aportar desarrollo económico a la zona. Sin embargo, las comunidades que viven cerca de las orillas uruguayas de la laguna Merín temen posibles impactos ambientales y sociales en una zona que describen como ya afectada por diversos factores.

La laguna Merín, ya vulnerable

La cuenca de la laguna Merín abarca algo más de 62.000 kilómetros cuadrados, de los cuales 33.000 están situados en Uruguay. Es una de las mayores reservas de agua dulce del mundo, aunque, irónicamente, su nombre original “Mi-Ri”, que procede de la lengua indígena tupí-guaraní, significa “pequeño”.

Tuberías de agua que conectan una plantación de arroz y la laguna Merín.

Tuberías de agua que conectan una plantación de arroz y la laguna Merín.

Foto: Eitan Abramovich, Dialogue Earth

Cuatro ríos y varios arroyos desembocan en la laguna, cuya cuenca se extiende por tres departamentos uruguayos y se adentra en el estado brasileño de Rio Grande do Sul.

La mayor parte del agua de la laguna es accesible para su uso en actividades productivas, principalmente para inundar los cultivos de arroz que crecen en las cercanías. Sin embargo, tres meses después, cuando dichos cultivos han madurado, esa agua vuelve a la laguna mezclada con fertilizantes e insecticidas.

El cultivo de arroz en estas tierras, que se ha desarrollado en lo que originalmente eran humedales, se considera el principal contaminante del agua de la laguna Merín: los controles realizados en la cuenca entre 2014 y 2021 hallaron más de 80 contaminantes químicos.

La posible expansión de los cultivos de arroz y, en menor medida, de soja, debido al proyecto de la vía navegable, preocupa a los habitantes de los alrededores de la cuenca, que dependen de la laguna para su subsistencia.

“Donde antes había peces y pájaros, ahora hay arroz”, dice el pescador Rafael Carnales. “Es el llamado 'progreso' y no podemos luchar contra él. Y ahora tendremos la vía fluvial en el mismo lugar donde hoy estaba pescando”.

El trabajo académico “Problemáticas socioambientales en el territorio hidrosocial de la laguna Merín: aportes desde la interdisciplina”, elaborado por investigadoras e investigadores del Centro Universitario Regional del Este (CURE) de la Universidad de la República (Udelar) y publicado en 2022, señala cómo los productos químicos aplicados en los cultivos de arroz “se integran en el ciclo hidrosocial”. Esto produce “distintos efectos secundarios en la red alimentaria, la biodiversidad, el estado trófico y la vida de los organismos, incluyendo efectos directos e indirectos sobre las personas”; el artículo señala la preocupación por la salud de los pequeños agricultores que viven y trabajan en las proximidades de la producción industrial de arroz, así como el temor por la contaminación y su capacidad para permanecer en sus localidades a largo plazo.

Los grandes productores de arroz no están de acuerdo con las conclusiones del trabajo académico. “No estamos generando ningún impacto negativo sobre el medioambiente en la cuenca de la laguna Merín”, afirma Alfredo Lago, presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz de Uruguay, quien sostiene que la investigación del CURE y la Udelar toma datos que ignoran la propia historia de la laguna. “La laguna es mucho más grande que la zona arrocera. El arroz en la cuenca no llega a 80.000 hectáreas, por lo que nos parece que el impacto de la actividad arrocera no puede tener la escala que el informe le quiere dar”, declara.

Debido a su situación estratégica, la laguna Merín atrae a un gran número de turistas en verano, ya que se encuentra a sólo 25 kilómetros tanto de la ciudad fronteriza brasileña de Jaguarão como de su homóloga uruguaya de Río Branco. También es relativamente accesible desde Melo, capital del departamento uruguayo de Cerro Largo, que dista 150 kilómetros.

Solimar Rodríguez Sosa y su esposa manejan la posada Alcalá, una de las más antiguas del balneario Lago Merín, en Uruguay, que alberga a menos de 500 habitantes permanentes. Según declaró a Dialogue Earth, está en gran medida a favor del proyecto de canalización, pero expresó algunas reservas. Aunque lleva años luchando para que la ciudad tenga un puerto que pueda apoyar el turismo, “el puerto que quieren construir para la vía navegable sólo va a beneficiar a los cultivadores de arroz”, dijo. “Queremos un puerto deportivo, un puerto que desarrolle el turismo, sobre todo en temporada baja, porque nuestra temporada turística es muy corta, de dos o tres meses”, agregó.

Marcos Míguez, miembro de la Asamblea de Hue Mirí en Defensa de la Cuenca de la Laguna Merín, decidió trasladarse a Lago Merín en 2021 por considerarlo un lugar ideal para criar a su familia. Compraron un terreno que antes era un vertedero, lo limpiaron y construyeron su casa. Sin embargo, desde el año pasado empezaron a ver pasar con frecuencia aviones y drones utilizados para fumigar los cultivos, en vuelos que, según él, asustan a sus vacas. Afirma que a los pocos días de iniciarse las fumigaciones comenzaron a aparecer pájaros muertos en los jardines y patios del pueblo.

Rafael Carnales (i) y un colega, descargan la pesca capturada en la laguna Merín.

Rafael Carnales (i) y un colega, descargan la pesca capturada en la laguna Merín.

Foto: Eitan Abramovich, Dialogue Earth

A principios de este año, la Asamblea Hue Mirí remitió una carta al presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, y a la Dirección Nacional de Aguas (Dinagua) expresando su preocupación por el proyecto de vía navegable y solicitando que el gobierno garantice la participación ciudadana reuniéndose con la población local antes de seguir adelante. Hasta la fecha no ha recibido respuesta.

A pesar de la clara postura de la Asamblea sobre la vía navegable, Míguez afirma que el grupo no quiere imponer sus puntos de vista a la población local: “Queremos que la gente esté informada y decida si el proyecto es bueno o malo para ellos. Hemos celebrado charlas con 60 personas en el salón comunitario, charlas informativas abiertas a todo el mundo, les guste o no el proyecto”. Aun así, adelantó que muchos residentes expresaron su preocupación por el proyecto.

Interés del gobierno

Aunque fue concebido a principios de la década de 1960, el proyecto de la hidrovía cobró impulso especialmente durante las conversaciones mantenidas en 2021 entre el actual presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, y el expresidente de Brasil Jair Bolsonaro. Al asumir el cargo, el actual presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, también ha mostrado interés en el proyecto, oficializándose sus intenciones en setiembre de 2023 en la ciudad uruguaya de Rivera.

Ese día también se inauguró el primer aeropuerto binacional, se anunció la restauración del puente que une las ciudades de Río Branco y Jaguarão, así como el dragado del canal de São Gonçalo, que une la laguna Merín con la de los Patos, al sur de Porto Alegre. Uruguay, por su parte, informó que se construiría un puerto a lo largo de la ruta, en el río Tacuarí.

El pasado mes de diciembre, el gobierno brasileño abrió una licitación para el dragado de la laguna Merín, buscando una empresa que se encargara también del levantamiento hidrográfico, así como de las obras de señalización, por un total de diez millones de dólares.

Sin embargo, estos procesos de licitación han sufrido varios retrasos en ambos países.

Eduardo Morrone es exalcalde de Santa Vitória do Palmar, el municipio brasileño que comparte la mayor extensión de frontera con la laguna Merín. Considera que el proyecto de hidrovía es una buena forma de conectar el municipio con el resto de Brasil, así como de aprovechar los servicios sanitarios y educativos de Uruguay. Sin embargo, cree que su destino estará ligado a si puede cumplir la normativa medioambiental.

Por parte brasileña, se han detectado niveles nocivos de fósforo y bacterias Escherichia coli en las aguas de la laguna. A pesar de ello, el gobierno municipal aprobó el pasado carnaval su idoneidad para el baño basándose en los análisis realizados por la agencia medioambiental del estado de Rio Grande do Sul, Fepam, aunque afirma que la aprobación puede anularse en función de los controles en curso.

Laguna Merín.

Laguna Merín.

Foto: Eitan Abramovich, Dialogue Earth

Dado que la vía navegable y las instalaciones asociadas se encuentran en fase de licitación, los estudios de impacto están aún lejos, pero Morrone afirma que “todo el proyecto” requerirá licencia medioambiental antes de que pueda empezar a construirse. También pedirá que se tengan en cuenta las actividades de los pescadores artesanales locales.

Potencial de exportación y desarrollo

El subsecretario de Transporte y Obras Públicas de Uruguay, Juan José Olaizola, reconoce el potencial de nuevos proyectos turísticos, ganaderos y agrícolas vinculados a la iniciativa de la hidrovía.

Señala que empresas vinculadas a la zona han manifestado interés en el proyecto, dados sus potenciales beneficios en cuanto a costos y tiempos de flete. “También tenemos algunas tierras aptas para el cultivo de soja en el noreste de Uruguay, que hoy, debido a los costos logísticos, no pueden ofrecer un precio razonable para esa producción y que, si tuviéramos la hidrovía, podrían habilitarse o incorporarse a la producción agrícola a un costo más barato”, dijo el funcionario.

En 2023, la Cepal calificó el proyecto de “estratégico” y argumentó que mejoraría la integración del Cono Sur, reduciendo los costes del transporte marítimo así como las emisiones de dióxido de carbono en comparación con el transporte por carretera. También describió el área cubierta por la hidrovía como “subexplotada” y “escasamente poblada” y señaló que podría ayudar a fomentar la expansión de las áreas productivas hasta en un 270% para 2030. El informe fue duramente cuestionado por las investigadoras y los investigadores del trabajo “Problemáticas socioambientales en el territorio hidrosocial de la laguna Merín: aportes desde la interdisciplina”.

Un objetivo clave de la hidrovía es conectar Brasil con las regiones productivas de Uruguay. En 2023, el principal destino de las exportaciones de Uruguay era China, con un 22% del total, seguido de cerca por Brasil, con un 19%, y la Unión Europea, con un 16% del total. Los principales productos exportados ese año fueron carne vacuna, madera, productos lácteos, concentrados de bebidas y arroz.

Olaizola afirma que el gobierno uruguayo no piensa en el proyecto “en términos de competencia entre los puertos internos [de Uruguay]”, sino que busca “mejorar los costes de producción”. Y añade: “Creemos que, en la medida en que preste mejores servicios, proponga nuevos servicios y sea competitivo, este [proyecto] es bueno para Uruguay y bueno para la región”.

Ganadería en arrozal cercano a la laguna Merín.

Ganadería en arrozal cercano a la laguna Merín.

Foto: Eitan Abramovich, Dialogue Earth

Carla Kruk, investigadora de la Udelar y una de las autoras del trabajo académico ya mencionado sobre la laguna Merín, afirma que, aunque los ríos que desembocan y conforman la cuenca ya han sido muy modificados por la producción de arroz y soja, todavía hay zonas donde la flora y la fauna son prósperas. “En la cuenca hay humedales ricos en biodiversidad que hay que proteger”, afirma.

Sin embargo, Kruk afirma que el gobierno seguirá inclinándose por la producción en detrimento de la conservación y la opinión de la comunidad, “con la justificación de que la vida es mejor si aumenta y se intensifica la producción”, un argumento que, en su opinión, estudios como el que realizó con sus colegas “demuestran claramente que no es así”.

Brasil ha abierto licitaciones para obras relacionadas con la hidrovía, para el dragado de un nuevo canal y el puente de Yaguarón que unirá los dos países, y podría concluir su adjudicación en breve, aunque toda la actividad en torno a las cuencas de las lagunas Merín y de los Patos está actualmente en suspenso debido a las graves inundaciones que han devastado recientemente el estado de Rio Grande do Sul.

Artículo publicado originalmente en Dialogue Earth.