Entre el silencio de La Esmeralda, un mensaje se hace escuchar en forma reiterativa. La bienvenida al balneario rochense, ubicado entre Punta del Diablo y Aguas Dulces, la da un cohete hecho de cartón que muestra expresiones escritas por los vecinos y vecinas. “Por nuestra fauna, nuestras dunas, nuestros bosques, nuestro mar limpio, decimos: ¡no al puerto espacial! ¡Sí a la vida!”. Antes de ingresar al territorio, cuando se marcha por la ruta 9, una de las primeras imágenes que se observa es otro cartel con la misma exigencia: “No al puerto espacial”. Y la historia se repite antes de ingresar a la playa, en casas particulares y en la biblioteca local que está en construcción.

La comunidad de vecinos de La Esmeralda no es la única que está preocupada y movilizada por los posibles impactos que pueda generar la actividad espacial que pretende realizarse por primera vez en el país y en su territorio. Los locatarios de Punta del Diablo, por ejemplo, también están siguiendo la temática. Existen al menos dos proyectos de puertos espaciales que buscan instalarse en un padrón del Ministerio de Defensa que tiene 1.900 hectáreas y se encuentra aproximadamente a un kilómetro de la Laguna Negra, sitio que en febrero ingresó al Sistema Nacional de Áreas Protegidas por su biodiversidad. Por si fuera poco, en el padrón estatal se ubican los únicos concheros arqueológicos existentes en la costa atlántica uruguaya. El sitio nos habla de las costumbres que tenían nuestros antepasados y nos permite comprender nuestra historia.

En este sentido, un grupo de investigadores e investigadoras del Centro Universitario Regional Este de diferentes ramas académicas se encuentra trabajando para acceder a más información y brindar su posición ante la Junta Nacional de Política Espacial; este se creó en febrero de 2022 y funciona bajo la órbita del Ministerio de Defensa Nacional, si bien cuenta con la participación de miembros permanentes y miembros asesores. En paralelo, el ministro de Ambiente, Edgardo Ortuño, planteó cambios en cuanto a cómo se analizarán los impactos permitiendo que las comunidades participen en el proceso. Mientras tanto, las compañías realizan anuncios en medios de comunicación.

Los proyectos y la falta de respuestas a la comunidad

Los vecinos y vecinas de La Esmeralda y Punta del Diablo realizaron pedidos de acceso a la información pública en 2024 al Ministerio de Defensa, Ministerio de Ambiente, Presidencia de la República e Intendencia de Rocha. El objetivo de las solicitudes fue conocer los proyectos que existen de puertos espaciales y el estado de los trámites en las reparticiones.

Costa de La Esmeralda, Rocha.

Costa de La Esmeralda, Rocha.

Foto: Camila Méndez

Hasta el momento, únicamente la cartera ambiental les brindó una copia del expediente de uno de los proyectos, el que presentó Tlon Space, compañía argentina que comenzó con las solicitudes en 2022. Por otro lado, Presidencia de la República expresó el 17 de diciembre de 2024 que “la documentación presentada junto con proyectos de iniciativas privadas no se incorpora a los expedientes en formato electrónico, por lo que no se conservan registros en esta Presidencia una vez que el expediente es remitido a otro organismo, sin perjuicio de permanecer ciertas actuaciones relativas al trámite cumplido”. En base a este argumento, Presidencia negó la solicitud de acceso a la información pública.

Dos meses después de la respuesta, Telemundo publicó que el Ministerio de Defensa está estudiando el proyecto de otra compañía, Atria Spaceport, que tiene sede en Uruguay aunque sus responsables provienen de Brasil y Estados Unidos. Según consignó el medio en febrero, el puerto espacial proyectado contaría con tres plataformas de lanzamiento y la capacidad para elevar cohetes de hasta cinco toneladas, lo que permite realizar lanzamientos comerciales, como el envío de satélites y otras misiones espaciales. El proyecto fue analizado por la Junta Nacional de Políticas Espaciales y los integrantes elaboraron informes con sus opiniones. La iniciativa, según se informa en el portal, estuvo sobre la mesa durante el período de transición. Los vecinos no han podido acceder a documentos de este proyecto.

Por otra parte, Tlon Space tiene tiempo hasta el 25 de julio de 2025 para presentar la solicitud de autorización ambiental previa. Según consta en un documento del expediente firmado por Eduardo Andrés, anterior director nacional de Calidad y Evaluación Ambiental, el proyecto fue clasificado como categoría B, que incluye aquellas “actividades, construcciones u obras, cuya ejecución pueda tener impactos ambientales significativos moderados y cuyos efectos negativos pueden ser eliminados o minimizados mediante la adopción de medidas bien conocidas y fácilmente aplicables”. Bajo esta categoría, los privados deben presentar un estudio de impacto ambiental sectorial y las autoridades no están obligadas a convocar una audiencia pública (momento en que se presenta información a la población y pueden generarse intercambios).

Tlon Space, como señaló la diaria en un artículo anterior, busca llevar adelante de uno a cuatro lanzamientos de nanosatélites al espacio por semana. Según la información que presentaron los privados al Ministerio de Ambiente, los dispositivos tienen una altura total de 9,5 metros y un diámetro de 38 centímetros.

¿Cambio de perspectiva?

Hace poco más de una semana, Ortuño estuvo en Rocha y conversó con vecinos y vecinas sobre varias problemáticas que tienen lugar en el departamento. Fue una instancia que duró más de dos horas, donde planteó cuáles van a ser las líneas de trabajo de la cartera y escuchó los posicionamientos de representantes de colectivos que defienden la costa y alertan sobre impactos de varios proyectos. “Han tocado muchos temas acá, pero creo que esta es la cereza en la torta de los proyectos inéditos. A nadie se le hubiera ocurrido instalar un puerto espacial. Las primeras veces que escuchamos esto parecía insólito y nadie le dio mayor importancia. Por suerte, algunos vecinos nos hicieron ver que no era solamente una idea, sino un proyecto”, comentó una vecina, que habló en representación de las agrupaciones de La Esmeralda y Punta del Diablo. Enseguida, remarcó al jerarca que no han podido acceder a la información sobre el proyecto de Atria Spaceport.

En línea continua, padrón del Ministerio de Defensa ubicado en el balneario La Esmeralda; En línea punteada, segmento que pretende utilizar Tlon Space para instalar su puerto espacial. Fuente: Expediente del Ministerio de Ambiente

En línea continua, padrón del Ministerio de Defensa ubicado en el balneario La Esmeralda; En línea punteada, segmento que pretende utilizar Tlon Space para instalar su puerto espacial. Fuente: Expediente del Ministerio de Ambiente

“El Ministerio de Ambiente clasificó el proyecto como B cuando estamos ante una actividad que es inédita en el Uruguay. No hay actividad espacial, no hay ningún tipo de antecedente y de todas formas lo hizo, evitando la instancia de participación pública de los vecinos”, apuntó con molestia la participante y enumeró aspectos de la biodiversidad presente en la zona, tanto del padrón del Ministerio de Defensa como sus inmediaciones. “En el predio está la Laguna Redonda y también ha sido, en múltiples ocasiones, lugar de incendios. Desde ese lugar se han provocado incendios que quemaron casas en La Esmeralda. No es solamente una hipótesis esto, sino una realidad”, sumó. Dijo que están “totalmente en contra del proyecto” y le pidieron a Ortuño que, al menos, “revalúe la clasificación que tuvo el gobierno anterior, permitiéndonos la participación a los vecinos”. “También pedimos que tengan en cuenta el otro proyecto que tiene carácter clasificado y al que no pudimos acceder”, finalizó.

El ministro de Ambiente respondió que si bien existen “resoluciones” del gobierno anterior, en este proyecto tienen “margen de definición”. Es decir, no tienen “contratos firmados y firmes, como en otros casos”. “Tenemos una acción administrativa de la anterior administración al frente del Ministerio de Ambiente. Entiendo que puede cambiar con una nueva decisión del Ministerio de Ambiente actual, con su equipo de gestión”, resaltó. El jerarca aseguró que la voluntad de la cartera es garantizar “la mayor rigurosidad técnica y ética de los estudios de impacto ambiental”. Y anunció: “Vamos a recategorizar el proyecto [de Tlon Space] de B a C, no sólo para que tenga mayor nivel de estudio de impacto, sino para que tenga las instancias de participación, como la audiencia pública y la presentación del proyecto; y para lo más importante: la recopilación de preocupaciones y de planteos, tanto de ciudadanos como de la academia”. Indicó que recibirán “inquietudes, propuestas, además de experiencias comparadas sobre estos proyectos y su avance en otros países”.

La categoría C incluye “actividades, construcciones u obras, cuya ejecución pueda producir impactos ambientales negativos significativos, se encuentren o no previstas medidas de prevención o mitigación”. Los proyectos clasificados de esta forma, según lo determina el Reglamento de Evaluación de Impacto Ambiental, requieren un estudio de impacto ambiental completo, puesta de manifiesto y audiencia pública.

En noviembre de 2024, el grupo de vecinos de La Esmeralda, de Punta del Diablo y docentes del Centro Universitario Regional Este escribieron una carta que, a las pocas horas de circular por diferentes medios, contó con más de 325 firmas. Uno de sus pedidos era la recategorización del proyecto a la categoría C. “Un proyecto de esta naturaleza debe ser informado mediante mecanismos abiertos, participativos y contar con la opinión de la sociedad civil y, particularmente, de los pobladores locales”, argumentaba la misiva. Decía que “no se visualiza cuál es el beneficio para la población del departamento” y sumaba que el puerto espacial no implicaba “la generación de muchos puestos de trabajo”. “¿Cuál es la ecuación costos-beneficios para el país y para el departamento de Rocha? ¿Se calculan los costos ambientales y socioeconómicos que supondrá la pérdida para el turismo?”, preguntaba. El conjunto de personas también cuestionaba por qué las empresas privadas pedían instalarse en un padrón propiedad del Ministerio de Defensa. Aún quedan varias respuestas pendientes. Mientras tanto, el jueves, los vecinos de La Esmeralda se concentraron para manifestar su rechazo al puerto espacial en el balneario.