El equipo darsenero jugó el partido sabiendo que tenía media clasificación en el bolsillo y no recibió a un equipo con grandes herramientas para dar vuelta el resultado de 3 a 0 en carácter de visitante que ostentaban los dirigidos por Juan Ramón Carrasco. Terminaron ganando por 2 a 1 luego de 80 minutos de llegadas sin gran profundidad y con poco peso. De contragolpe terminó consiguiendo la victoria que no hizo más que engrosar el resultado global. La dársena se cruza ahora con el Vitória de Bahía.

River recién llegó a los goles en los últimos minutos del partido y los dos llegaron por medio de contragolpes mal defendidos por los bolivianos. Lo cierto es que la mitad de la cancha era un latifundio muy poco poblado, la pelota llegaba a recorrer 20 metros en un pase por bajo, sin que nadie intercediera. En el primer tiempo esa característica la aprovechó Bruno Montelongo, que sin mayores barreras trasladaba el balón con comodidad, pero no lograba encontrar a sus compañeros de cara al gol. En la primera que tocó el capitán de turno dejó solo para correr a Federico Puppo, que quedó cara a cara con el golero Jemio; el dudoso desenlace dejó al delantero en el piso pidiendo un penal que el paraguayo Arias desestimó.

La primera parte transcurrió con una tranquilidad enorme, donde el equipo de JR pudo llevarlo con calma y sin ir mucho al ataque consiguió algunas opciones que podrían haber aumentado la ventaja conseguida entre Santa Cruz de la Sierra y los escritorios de la Conmebol (en Asunción). Los remates de afuera del área eran la primera opción de River para llegar al gol, que no llegó en los primeros 45 minutos de partido.

La otra mitad

Si el terreno de juego estaba claramente dividido entre la zona ofensiva y la defensiva, los cambios que hizo JR para el segundo tiempo más abrió la brecha entre un área y otra. Los ingresos del Monoco Zambrana y Japo Rodríguez sumaron más gente vestida de rojo y blanco en el ataque. River pasó a jugar con una línea de tres en defensa y fue en búsqueda de goles. En la primera del segundo tiempo el argentino Córdoba dejó en vibrador el travesaño luego de una linda combinación de tiqui-tiqui darsenero. Ese pequeño indicio de cambio para el complemento se diluyó rápido y el que empezó a buscar más -sólo en cantidad- fue el equipo boliviano. Mediante centros hacia un lado y hacia otro buscaron de todas formas al largo argentino Hernán Boyero, que nunca pudo concretar. El partido estaba más movido que en la primera parte, pero las distancias entre líneas subrayaban con resaltador los errores defensivos de ambos equipos. Eso fue lo que le permitió al Blooming buscar un poco más. Totalmente entrados en la locura de encontrar un gol, en medio de un partido que había demostrado muy poquito, River sacó una contra con al menos seis jugadores en el ataque y después de haber desperdiciado más de uno con las mismas características otra vez Jorge Córdoba definió entrando al área fuerte y de derecha para romper de una vez por todas el cero en el tablero electrónico. Apenas unos minutos después enmarcado en una confusión defensiva-ofensiva el recién ingresado José Luis Chávez la encontró en el punto penal después de un córner y puso el empate. El autor del gol de River Plate quiso rechazar y de taco se la terminó sirviendo en bandeja al número 8 boliviano, que definió. Blooming pareció que quiso ir por más, pero de un tiro de esquina a su favor terminó recibiendo otro gol. Sólo quedaban tres vueltas en el reloj y entre Zambrana, Diego Silva y Montelongo sacaron un nuevo buen contragolpe y uno de los destaques darseneros la tocó en la línea para decretar el 2 a 1 definitivo. Ahora River jugará en la cuarta semana del mes de setiembre ante el Vitória de Brasil en los octavos de final de la Copa, lugar al que no había podido acceder el año pasado, y en esta ocasión aprovechó para seguir haciendo camino en la ruta internacional.