Siegler eleva sus manos al aire y se desata el festejo de un puñado de hombres que el lunes van a ir a laburar con una sonrisa de oreja a oreja. El Tanque está primero; no es la primera ni la segunda fecha, ya van nueve, va en serio la mano, ya no hay sorpresa. El conjunto de Tabaré Silva superó un resultado adverso, se mostró como un grupo humilde y muy ordenado que le puso ritmo a un partido que estaba para la siesta.
Los dos equipos se pararon con un 4-4-2 y no ofrecieron un primer tiempo aburrido. A los siete minutos Pablo Soares se mandó por la derecha, levantó un centro al área que conectó el Bigote Ricotero López con un cabezazo al palo derecho de Góngora. El Tanque no encontraba el juego, Callorda estaba solo y bien marcado. Bella Vista sólo podía llegar con algún centro ya que jugando por bajo se encontraban con un muro de la defensa verdinegra. Así se fueron al vestuario, pero los que estábamos en el Nazasi sabíamos que la visita iba a intentar cambiar la pisada.
Los primeros minutos del segundo tiempo fueron tediosos, trabados y aburridos. Todo pintaba para un 1-0 apretado, pero en el minuto 64 despertó El Tanque, y, tras un centro desde la derecha de Washington Camacho, Rodrigo Sanguinetti la peinó ante la salida fallida de Britos y se coló en el arco.
Luego del empate arrancó el “tanque de sensaciones”, la visita se fue arriba de la mano de Novo, que complicó a los papales con su velocidad y dribling, Callorda también acompañó y faltando 15 minutos generó una jugada que tras una serie de rebotes Washinton Camacho la mandó guardar. En los minutos restantes, los locales se fueron arriba, casi lo empata Carlos Rodríguez de cabeza y Federico Rodríguez en un mano a mano que rozó el palo.
La suerte y el sacrificio estuvieron del lado visitante, que terminó con todos los jugadores abrazándose en el medio, disfrutando con su gente una punta merecida a base de sacrificio y trabajo.
Salú, viejo Tanque, a disfrutar... por qué no, a soñar con el título. Total...