Peñarol vivió su noche más apacible en lo que va de la temporada. Derrotó en forma inapelable 5 a 1 a Tacuarembó y de esa manera llegó a la primera posición en la tabla del Apertura. Tras nueve fechas disputadas el equipo aurinegro suma 20 unidades, dos más que El Tanque, la sensación del campeonato.

Jugando de visitante en el Centenario por la ya habitual disposición de la directiva tacuaremboense, Peñarol no tuvo inconveniente alguno en borrar de la cancha a su rival y gracias a una tremenda contundencia liquidó el partido antes de los 30 minutos de juego. En 14 minutos los dirigidos por Keosseian metieron cuatro goles, incluyendo un doblete del colombiano Mejía, que hasta se dio el lujo de meter uno de cabeza. En ese primer lapso de encuentro Peñarol azotó y lastimó a un rival que nunca tuvo armas para responder a las agresiones futbolísticas recibidas. Los norteños salieron a jugar al césped del Centenario con una propuesta táctica ambiciosa, un 3-3-1-3, pero el tema es que en la cancha los jugadores dirigidos por Culaca González no pudieron aplicar seguramente nada de lo que pregonó su técnico antes del encuentro. Porque más allá de que el sistema en lo teórico es ciertamente audaz, en la práctica Tacuarembó no atacó ni defendió. Ni siquiera tuvo esos momentos de tenencia de pelota que había mostrado en el partido del fin de semana ante Nacional, en el que igualmente fue goleado.

El lirismo lánguido de los norteños chocó de frente con el pragmatismo de los carboneros, que después de la rápida y furiosa puesta en ventaja se limitaron a llevar el partido hasta el final sin mayores sobresaltos.

En el segundo tiempo el trámite fue tal cual era esperable, chato. Pasó bastante poco en la cancha, Tacuarembó logró el descuento con gol del artillero isabelino Aldo Díaz y el trajinador Pato Sosa puso el último gol del partido, el segundo en su cuenta personal.

Consciente del momento que se estaba viviendo, faltando pocos minutos para el final Keosseian sacó de la cancha al Pato, generando la ovación más grande de la noche en el Centenario. La parcialidad aurinegra ofrendó al jugador-hincha una calurosa despedida, mientras los compañeros del Pato que estaban en el banco de suplentes se mofaban de la inusual conducta goleadora del volante. Pero en definitiva esas sonrisas son un reflejo de la actual realidad deportiva del equipo.

En exactamente una semana la mano cambió bastante en el universo aurinegro, que pasó de quedar fuera de la Copa Sudamericana ante el Goiás a ser el líder exclusivo del Apertura cuando sólo faltan seis fechas para la culminación del torneo. Así las críticas a Keosseian, resistido abiertamente por la mayor parte de la comunidad aurinegra, quedaron relegadas por los gritos de gol. Las objeciones por ahora se rinden ante los resultados, que en definitiva terminan siendo los jueces de los entrenadores.

Con ese impulso ganador, Peñarol encara la recta final del Apertura con la ambición bien fundada de quedarse con el primer título de la temporada.