Así como la victoria generó euforia de un lado, del otro el golpe recibido fue durísimo. Los tricolores siguen perdiendo puntos, pero además no muestran herramientas futbolísticas para revertir una realidad que hoy pone a su entrenador, Luis González, en una posición incomodísima. Mientras al final del partido la hinchada cerrense festejaba la merecida victoria en las tribunas Argentina y Chile, Juan y Ramón, en ese orden, eran los nombres de pila más pronunciados por los hinchas tricolores que se iban masticando bronca de la tribuna Brasil.

Es tu tarde

En los primeros partidos del Apertura Cerro padeció una tremenda falta de efectividad ante el arco ajeno, pero ayer rápidamente se dio cuenta de que su suerte había variado. Un tremendo tiro libre de Pablo Pallante poco después del minuto de juego puso en ventaja a los albicelestes, que empezaron de manera inmejorable un partido que debían ganar sí o sí. Con un gol desde el vestuario, toda la carga pasó para el otro lado y así fue que a Cerro se le dio el partido que quería. Ante un rival que intentaba algo, pero no le salía nada, se fue adueñando del juego.

Poco después de los 30 minutos, el mundialista Larrionda cobró penal por un agarrón de Tito Ferro tras un córner y la conversión de Caballero inclinó la suerte de los puntos en juego. Antes del final del primer tiempo el Loco Pérez puso el 3-0 con un violento remate desde el borde del área, en otra señal clara de que los muchachos de celeste y blanco estaban de buenas. Sin hacer nada del otro mundo, pero mostrando una efectividad escalofriante, Cerro prácticamente clausuró el partido en un primer tiempo en el que tuvo cuatro chances de gol y convirtió tres. En sus seis primeras presentaciones en el Apertura sólo había hecho dos goles.

No es tu tarde

Con la necesidad imperiosa de un triunfo para arrimarse al pelotón de arriba del campeonato, la tarde no pudo tener peor arranque para Nacional. Con un gol abajo, el equipo de Luis González tuvo que salir a buscar el partido y la buena presión de marca que metió Cerro dejó totalmente expuesta la falta de creatividad ofensiva de Nacional, que apenas se acercó al arco de Rolero con cierto peligro dos o tres veces en los 45 minutos iniciales. Mauricio Pereyra era el más activo, pero su esfuerzo se minimizó en el mar de piernas albicelestes, y el siempre persistente Morro García quedaba muy solo en medio de la zaga rival. Mientras esto pasaba, Cerro seguía sumando goles. La situación en el complemento siguió igual.

Los nervios iban de la tribuna a la cancha, el juego tricolor no mejoraba y apenas cuando faltaban 15 minutos para el final llegó el descuento de Matías Cabrera, que pudo haber sido reacción si no hubiese sido porque el ingresado Cauteruccio malogró el penal que le habían hecho a él mismo a falta de siete minutos. Esta falla selló definitivamente el resultado, aunque no el tanteador. Luis González lo sabía. También los parciales tricolores que honrando la tradición polideportiva del club practicaban boxeo delante de la tribuna cuando la pelota aún estaba rodando y el volante Pablo Caballero se aprestaba a anotar el último gol de la tarde, luego de una corrida del sanducero Bosco Frontán.

El grito triunfal de los parciales cerrenses cerró la tarde capicúa en el Tróccoli, que se abrió y se cerró con festejos locales. La tarde entera entonces fue una extensa desgracia para Nacional, que ahora deberá levantar lo que le queda e intentar dignificar su camino en este Apertura.