¿Y por casa cómo andamos?

Los sindicatos cumplen, según Ramada, un papel fundamental en la recuperación de residuos y no ha sido muy fácil lograr que se comprometan con la causa. “Queremos que los sindicatos se involucren más en este tema. Es importante que realicen un trabajo interno de clasificación, separando los residuos en el mismo lugar de trabajo y generando un circuito para el reciclaje”. Por otra parte, dijo que se quiere comprometer a los sindicatos de la salud en relación con los residuos hospitalarios. “Los hospitales pagan por deshacerse de los residuos peligrosos y generalmente no se hace una selección adecuada, se elimina la jeringa peligrosa dentro de la caja de cartón que traían las jeringas sanas, con el plástico que traía el suero, etcétera. Eso les sale más caro porque pagan por peso de material que tiran y desperdician un montón de cosas que son recuperables”, señaló.

La convocatoria fue para el viernes de tarde en la sede central del PIT-CNT. En cuanto a la participación, el panorama no fue muy alentador. Si bien concurrieron alrededor de 15 personas, faltaron actores clave: no participó nadie de las intendencias metropolitanas ni de la Dirección Nacional de Medio Ambiente. El coordinador de la secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente de la central obrera, Jorge Ramada, dijo a la diaria que el motivo puede haber sido que “la convocatoria fue muy artesanal y quizás a algunos lugares no llegó correctamente la invitación”. La reunión contó con la participación de Raúl Andino, de la Unión de Clasificadores de Residuos Urbanos Sólidos (UCRUS), y el asesor de este sindicato Jorge Hernández. Además participaron dos representantes de Redes Amigos de la Tierra (Martha Cunietti y Carlos Surroca), Ricardo Salvarrey, de la Dirección Nacional de Ordenamiento Territorial (Dinot), y Gerardo Sarachu y Mariana Fry, integrantes de Extensión Universitaria de la Universidad de la República. También estuvieron presentes integrantes de ADEOM Canelones, del Sindicato de Trabajadores de la Industria Química, de la Federación de Obreros, Papeleros y Cartoneros del Uruguay y de la Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios.

Enterrados

Ramada inició la reunión argumentando que es fundamental que exista una política nacional de residuos “que tenga como objetivo básico la incorporación de los clasificadores a un sistema productivo armónico en el que se respeten sus derechos como trabajadores”.

Sobre esa base, fue crítico con el modelo de gestión de residuos que ha llevado adelante la Intendencia de Montevideo (IM). “La única política general que tiene la comuna es enterrar lo más posible, es decir, sacarse la basura de encima de la manera más rápida, no hay una idea de mirar más allá. Se han buscado soluciones técnicas en las que lo social queda en segundo plano. A nadie se le ocurrió pensar que poner los contenedores iba a aumentar el número de niños recolectando basura, ya que entran fácilmente allí. A nuestro juicio en las oficinas municipales hay una mentalidad tecnocrática y alejada de la realidad”, opinó.

Surroca coincidió con Ramada y agregó que lo único que se ha hecho es “ir para adelante y para atrás” con las distintas acciones llevadas a cabo por la IM.

Salvarrey consideró que no se trata solamente de una temática ambiental sino que implica además el ordenamiento territorial, ya que el tema de los residuos está relacionado directamente con el uso del suelo.

La falta de una política de valorización de los residuos fue otro de los temas discutidos durante la reunión. La intermediación entre los clasificadores y las empresas que compran el material reciclado se planteó como un gran problema que debe ser regulado. Hoy en día los intermediarios que compran material a los clasificadores lo venden a un precio cinco veces mayor. “Creemos que el valor generado debe volver fundamentalmente a quien lo genere. Hay un sector que controla bastante esas cosas, juega con los precios y es el que más lucra con este tema”, dijo Ramada.

También se criticó el fracaso de propuestas como las bolsas y los contenedores naranjas y la puesta en práctica de la Ley de Envases. Por su parte, Andino consideró que es necesaria la inclusión de tecnología para poder realizar correctamente el trabajo de clasificación. “Seguimos trabajando a nivel del piso y no hemos podido sensibilizar a las autoridades de la intendencia. Venimos muy retrasados en ese tema”, señaló.

Desde Extensión Universitaria se ha trabajado en distintos estudios sobre la gestión de residuos en conjunto con los clasificadores. Según Sarachu es necesario “pensar que estamos ante un problema complejo, que no se trata sólo de políticas sociales, como se trabajó desde el Mides [Ministerio de Desarrollo Social], sino también integrales, productivas, y de desarrollo. Si podemos generar ese debate público que permita fortalecer la organización del sector sería muy bueno”.

Al finalizar la reunión se fijaron los futuros encuentros y algunas líneas de acción. La idea es que el ciclo concluya en abril del próximo año, con una propuesta concreta para la gestión de los residuos sólidos.